David Sonboly, el germano iraní de 18 años que el viernes asesinó a tiros a nueve personas en Múnich antes de suicidarse, acumulaba informaciones sobre matanzas y actos violentos, según desveló ayer la policía alemana, que atribuyó lo ocurrido a un "acto de locura homicida" y descartó que el joven tuviera vínculos con el yihadismo. "No existe ningún indicio que relacione al agresor con el Estado Islámico", afirmó un portavoz policial. Los investigadores creen que el autor de la masacre, que se encontraba en tratamiento por depresión, fue víctima de acoso escolar y quiso vengarse de sus compañeros de clase turcos citándoles en la hamburguesería McDonalds en la que disparó contra los clientes. Para ello utilizó un perfil falso en la red social Facebook, en el que se hizo pasar por una joven turca.
La canciller alemana, Angela Merkel, garantizó ayer que el Estado y la policía seguirán haciendo todo lo posible para proteger "la seguridad y la libertad de todas las personas". Tras reunirse con su Gabinete de seguridad, Merkel agradeció tanto la actuación de los cuerpos policiales implicados en el operativo de Múnich como los innumerables mensajes de solidaridad llegados de todo el mundo. "Es bueno saber que contamos con su solidaridad en la lucha contra la violencia y el terrorismo", dijo la mandataria alemana, que tuvo palabras de consuelo para las familias de los fallecidos. "Compartimos vuestro dolor, pensamos en vosotros y sufrimos con vosotros", señaló.
El Gobierno de España manifiesta su enérgica condena y repulsa por esta acción criminal. El Gobierno reitera el máximo apoyo y colaboración al Gobierno y autoridades alemanas en la lucha contra la violencia y en favor de la democracia y libertad.
80 muertos en una manifestación chii
Un ataque suicida contra una manifestación pacífica en la capital de Afganistán causó ayer al menos 80 muertos y 231 heridos. La mayor parte de las víctimas son de la minoría hazara, de la rama islámica chií, organizadores de la marcha. El ataque fue reivindicado por el autodenominado Estado Islámico A través de la agencia Amaq, vinculada al grupo yihadista. El ISIS indicó que "dos combatientes detonaron cinturones con explosivos entre una concentración de chiíes en la zona de Dehmazang en Kabul". Según informó el Ministerio del Interior afgano, el ataque fue perpetrado por tres terroristas, aunque el tercero de ellos fue abatido por las fuerzas de seguridad.
La manifestación, que en el momento de las explosiones se estaba concentrando en la zona de Dehmazang, había reunido a cientos de personas. El acto, que transcurría entre fuertes medidas de seguridad, se había organizado para protestar contra la exclusión de una provincia de esta minoría de un multimillonario proyecto eléctrico.
El presidente afgano, Ashraf Gani, se mostró "profundamente entristecido" por la matanza y aseguró en un comunicado que entre los fallecidos y heridos se encuentran "miembros de las fuerzas de seguridad y defensa". El portavoz de los talibanes, Zabaiullah Mujahid, se apresuró a negar cualquier relación de su grupo con el atentado a través de su cuenta oficial en Twitter. "Condenamos cualquier ataque que cause división (…) Es algo que beneficia al enemigo", aseguró. El portavoz de la Secretaría de Estado de EE UU, John Kirby, señaló que "este tipo de ataques sólo reforzarán nuestra resolución a continuar nuestra misión en Afganistán y reforzar el apoyo al pueblo y el Gobierno afganos".
Editoriales de la prensa impresa española
Munich. síntoma de un fracaso europeo ( ABC): Las autoridades alemanas se equivocan si consideran que la matanza de Múnich tiene menos importancia por tratarse del acto de un joven desequilibrado, presuntamente menos preocupante que un crimen yihadista como el de Niza. El problema más grave que sufren en estos momentos Alemania y la Unión Europea en su conjunto tiene que ver, sobre todo, con la gestión -desastrosa, sin paliativos- de la llegada de cientos de miles de personas desde las zonas de conflicto en Oriente Próximo, y no sirve de nada intentar tranquilizar a la población con la excusa de que la intención del asesino era una u otra. Nada puede justificar un hecho como este, y tal vez no lleguemos a saber con claridad las motivaciones de este criminal, pero no cabe duda de que quería matar a mucha gente y que en ese gesto tuvo mucho que ver su atormentada percepción de las relaciones entre alemanes y extranjeros. La UE ha sido la garantía del más largo periodo de paz en los últimos siglos, pero la violencia terrorista, más allá del episodio protagonizado por un joven trastornado, está sacudiendo sus cimientos desde dentro, en una crisis moral y de identidad que solo beneficia a las fuerzas populistas que quieren destruirla.
Ataque de locura en Múnich(LA VANGUARDIA): En esta ocasión no ha sido un atentado terrorista, pero hubiera podido serlo perfectamente, porque las tendencias homicidas latentes en algunas personas encuentran también su vía de expresión en los argumentos yihadistas.
Tras el trágico tiroteo de Múnich(EL PERIÓDICO): Ni una sociedad tan vigilada como la alemana vive a salvo de sucesos trágicos como el de Múnich, pero, en la medida de lo posible, sería positivo eludir una espiral de alarmismo desaforado, y así intentar plantar cara en la batalla del miedo que están ganando los yihadistas.
El valor de nuestros valores (I. Méndez de Vigo y Tibor Navracsics ABC):La educación inclusiva y la promoción de nuestros valores comunes se encuentran entre las medidas clave para frenar al terrorismo.
El efecto desmoralizador del miedo (Màrius Carol LA VANGUARDIA):Lo peor que podríamos hacer ante la ola de terrorismo que vive Europa es vivir con miedo e intentar descubrir en el prójimo al enemigo.
"Esto es una guerra" (Antonio Burgos ABC): El terrorismo a escala mundial es una guerra no declarada cuya importancia no estamos valorando. Quizá estamos viviendo ya la III Guerra Mundial.
El mapa de Caoslandia (Ángel Expósito ABC): El mapa del terror abarca se extiende y tiene tres denominadores comunes: yihadismo, pobreza y explosión demográfica. Lo que aboca a sus habitantes a tres caminos: emigrar, enrolarse en el Daesh o morir de miseria.
