El organismo científico más importante de España, adscrito al Ministerio de Ciencia, se pronuncia en el documento titulado Una visión global de la pandemia Covid-19: qué sabemos y qué estamos investigando desde el CSIC, texto de 258 páginas en cuya elaboración participaron medio centenar de científicos y que incluye toda la evidencia científica conocida hasta el momento sobre el coronavirus.A los niños les dedica un capítulo, ya la vuelta al colegio un amplio apartado donde se analiza si el retorno es seguro o no, aunque el efectuado hasta el momento se ha realizado con escasos incidentes, centrados en apenas el 0,6% de los 28.624 centros que según el Gobierno tienen matriculados 8.294.270 alumnos y han registrado algún positivo o por ello no han podido abrir. La conclusión de los expertos es que no lo es en todos los casos, si bien en su presentación se advierte que nuestro conocimiento sobre la pandemia y su evolución está cambiando rápidamente, y por ello una parte importante de los contenidos de este informe deberán actualizarse, esperamos que tanto la investigación en el CSIC como a escala nacional y global logren que podamos describir en el futuro como estos avances han logrado que la pandemia quede controlada, advertencia firmada el 15 de agosto por Victoria Moreno, Vicepresidencia Adjunta de Áreas Científico-Técnicas, coordinadora del informe. Pero a dia de hoy, y a la espera de que Galicia y Castilla y León, donde ya había empezado infantil y primaria, completan el retorno con el resto de ciclos, como en Andalucía, en general hay en toda España más educación presencial de la que se esperaba y menos incidencia del coronavirus de la que se vaticinaba en los medios de comunicación, si bien de momento siguen las pruebas a docentes y trabajadores, coordinadores de COVID en las escuelas, grupos burbuja, distancia y geles hidroalcohólicos, además de protocolos de aislamiento. Y de los 40.000 maestros extra Incorporados en toda España en Madrid es la que lleva menor cumplimiento, lo que sea traducido en problemas como la mayor concentración de niños incluso de diferentes edades en algunos colegios.
Los autores de dichos apartados sobre los niños y la vuelta al colegio, Ugo Bastolla, Miriam Rodríguez García y Antonio Figueras Huerta, exponen los riesgos de la apertura de las aulas para los alumnos mayores. «Los jóvenes por encima de los 20 años tienen una propensión a infectarse similar a la de los adultos, una alta propensión a hacerlo de forma asintomática y más difícil de controlar, frecuentan clases con muchos participantes y alta probabilidad de contagio y no causan problemas de conciliación familiar si frecuentan clases en remoto», aseguran.
A la espera de datos de los casi dos millones de alumonos incorpordos a clase este lunes, así como de Galicia y Castilla y León, que ya habían empezado infantil y primaria y ahora completan el retorno con el resto de ciclos, como en Andalucía, hay en toda España más educación presencial de la que se esperaba y menos incidencia del coronavirus de la que se vaticinaba en los medios de comunicación.
Aunque reconocen que «la disminución de los contactos sociales en una etapa de maduración importante puede tener un coste afectivo y psicológico», concluyen que «la relación coste-beneficios parece sugerir que sería conveniente seguir con cursos universitarios no presenciales, que en el periodo del confinamiento han dado buenos resultados». «Consideraciones parecidas probablemente valgan para estudiantes de bachillerato de más de 16 años», explican. Los científicos agregan que «no hay evidencia» de que los adolescentes, «y menos todavía los jóvenes mayores de veinte años», tengan menor propensión a propagar el virus que los adultos.
De hecho, el CSIC plantea dudas también sobre el retorno de los niños de entre 10 y 16 años. «Los riesgos de infección son comparables con aquellos de los adultos, aunque un poco menores», resalta, pero en este caso, los menores «no son todavía autosuficientes, y cerrar su colegio puede generar problemas tanto de conciliación familiar como de aprendizaje, y también de naturaleza psicológica en una edad difícil como es la adolescencia».
La conclusión es que en esta franja de edad «sería conveniente reabrir los colegios con medidas adicionales respecto a los niños de menos de 10 años, como reducir el tamaño de las clases aumentando el número de profesores o alternar entre clases presenciales y en remoto e introducir la obligación de usar las mascarillas durante las clases». El Ministerio de Educación y las comunidades autónomas obligan al uso de mascarilla (desde los 6 años), también quieren reducir el ratio de alumnos y en su protocolo dejan la puerta abierta a la semipresencialidad a partir de 2º de la ESO (13-14 años), pero en la práctica, apuestan por la presencialidad total.
Para los menores de 10 años, los autores del informe no tienen dudas. Aunque el «riesgo cero» no existe, los beneficios de la presencialidad están por encima de los costes. El cierre de los colegios, relatan, ha agrandado las desigualdades entre los niños de familias que pueden permitirse una educación a distancia y las que no y puede tener consecuencias en la socialización y en la salud mental de los menores, por el abuso de las pantallas y ya en las familias, ha creado problemas de conciliación y ha aumentado la brecha de género, al hacerse cargo las mujeres, en mayor medida, de la educación de los hijos. «Para los niños de Primaria entre los seis y los diez años, el riesgo de reabrir las clases seguiría siendo reducido, y habría grandes beneficios en términos de aprendizaje, conciliación familiar y desarrollo emocional», dicen los investigadores, que, eso sí, piden especialmente «intentar reducir los riesgos asociados a los comedores».
Este lunes reabrieron las aulas para el medio millón de estudiantes de Cataluña, seis meses después obligados a seguir medidas excepcionales frente al coronavirus. El martes harán lo mismo en Canarias.
Las escuelas en Canarias también arrancarán con un protocolo sanitario pionero en las islas para evitar contagios de coronavirus.
España contrata casi 40.000 maestros-extra por el Fondo del Coronavirus pero Madrid lleva solo incorporados 365 de los 10.610 anunciados
España ha contratado a casi 40.000 maestros extra a partir del Fondo del Coronavirus para reducir las ratios de niños, desdoblar las clases, garantizar la suplencia de las bajas y crear nuevos puestos como los “coordinadores COVID-19” o más profesores de adaptación intensiva para alumnos con necesidades especiales y en riesgo de exclusión. Cabe pensar que las bajas por contagio, por lo tanto, podrían cubrirse de inmediato gracias a esa bolsa de trabajo, según informa Mónica Zas Marcos (@MonicaZas) en eldiario.es. La realidad, añade, es más complicada.
José María Ruíz, portavoz de Educación de CCOO, cree que la prioridad debe ser agilizar la incorporación de estas personas a los centros, “que tarda en torno a 10 o 15 días”. En ese tiempo, el claustro del colegio debe hacerse cargo de las clases sin profesora o profesor al frente. ¿La consecuencia? “La movilidad rompe cualquier atisbo de grupo burbuja, lo que se ha vendido como la gran medida de seguridad para la vuelta al cole”, expone el representante sindical. “La otra son las ratios por aula, que ya se sabe que no se están cumpliendo en muchos colegios”, indica.
Aunque en Madrid el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso anunció 10.610 contratos "extra" de maestros para paliar la situación COVID-19, solo 350 se han incorporado de momento y cientos de ellos han renunciado a la plaza ante las dudas por la duración y las condiciones de las mismas, como anunció CCOO. Esto, unido a que las 1.117 personas de refuerzo solo permanecerán hasta navidades, es otra muestra de “la precariedad que produce ir por la vía de la sustitución”, se lamenta Galvín. “Puede suponer que Madrid no consiga atraer ni mantener al profesorado necesario para poner en marcha una vuelta al colegio segura”, sentencia.
En el caso de la capital, la Consejería ha prometido que los contratos trimestrales solo afectarán a las plazas de refuerzo, pero que los 6.000 docentes destinados a las vacantes de la educación pública “pueden estar tranquilos”. Algo que no ocurre en otras comunidades como Andalucía y Murcia, donde todos estos contratos durarán en principio hasta finales de año. En Catalunya, Aragón, La Rioja, Extremadura, Canarias, Galicia y País Vasco y Valencia, en cambio, las nuevas incorporaciones se mantendrán todo el curso lectivo.