Las ONG a bordo del barco, que se encuentra a 34 millas de Italia y a 27 millas de Malta, reclamaron a las autoridades marítimas italianas "una solución para la seguridad de los 629 náufragos", entre los que hay 123 menores, 11 bebés, enfermos, heridos y mujeres embarazadas y consideraron que viajar hasta las costas españolas podría hacer que la situación se volviera "crítica", por lo pidieron su "desembarco inmediato".
El vicepresidente y ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, anunció que el Aquarius se dirigirá a España "lo antes posible". En su cuenta de Twiiter escribió: "Victoria. 629 inmigrantes en dirección a España. Primer objetivo cumplido". El ministro de Infraestructuras, Danilo Toninelli, aseguró que en la mañana de hoy martes enviarán víveres y un equipo de médicos al barco, al tiempo que elogió "el gran acto de responsabilidad de España". "Pedimos solidaridad internacional y realizamos un llamamiento a todos para permitir que en un plazo breve de tiempo otros países tras España abran sus puertos", dijo. El Gobierno italiano ofreció que una nave de la Marina Militar y otra de la Guardia Costera acompañen al Aquariushasta España para garantizar su seguridad.
Los diarios españoles destacan que esta es la "primera decisión de calado" como presidente de Pedro Sánchez y algunos alertan del posible "efecto llamada" de la medida. "Sánchez lanza un mensaje a la UE al acoger a los migrantes rechazados", titula EL PAÍS. EL MUNDO destaca en portada: "El ultra Salvini canta 'victoria' tras acoger Sánchez a los inmigrantes" y en páginas interiores titula: "España tiende la mano al Aquarius: 'No miremos para otro lado'". ABC subraya que "la UE agradece a Sánchez el gesto humanitario pese al temor por el efecto llamada". LA RAZÓN titula: "SOS: el traslado del Aquarius hasta España es inseguro" y apunta que "la llegada de migrantes por mar a Italia baja un 80% y se duplica en España". LA VANGUARDIAdestaca en su titular: "Sánchez ofrece acogida a 629 refugiados que rechaza Italia". EL PERIÓDICO dice. "España da un paso al frente por los migrantes" y señala: "La política europea de acogida, de nuevo en evidencia".
El cierre de fronteras italiano no es más que la confirmación de las promesas antimigratorias del
partido ultraderechista italiano Liga Norte. Y la disposición de acogida de estas personas por parte del
nuevo Gobierno socialista liderado por Pedro Sánchez ejemplifica el intento de cambio en la política de asilo que, hasta el pasado mes de mayo, llevó el anterior Gobierno conservador del Partido Popular, que ni siquiera cumplió con los
compromisos de acogida a los que se comprometió hace ahora casi tres años.
El nuevo Gobierno liderado por Pedro Sánchez comenzó por un gesto simbólico: el Ministerio de Empleo y Seguridad Social pasó a denominarse Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. La inclusión del término ya adivinaba un cambio en la política migratoria que se vio ejemplificado con el ofrecimiento de puerto seguro al Aquarius. "Ha habido un
cambio en el enfoque y acción del nuevo Gobierno en relación con la política de asilo. El Gobierno ha impulsado un cambio de rumbo y ya lo está ejerciendo", explica
Ruth Ferrero, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid. "Esto es un golpe sobre la mesa que demuestra que no todos los países de la Unión Europea están actuando en la misma dirección", añade.
No obstante, este no deja de ser un cambio simbólico que, argumenta, tendría que concretarse en acciones más concretas. Y señala, como ejemplo, la
ley de asilo y refugio, cuyo desarrollo reglamentario lleva
paralizado desde el año 2009. "Si hay un cambio en el rumbo tiene que haber un desarrollo de la ley o una nueva ley con su reglamento correspondiente. Tenemos una ley de asilo que no se ha desarrollado y las ONG dicen que está desfasada", critica.
Por tanto, para Ferrero, no basta con el ofrecimiento. Sin duda, reconoce, es un paso que desmarca al nuevo Ejecutivo del anterior, pero los gestos sin acciones, explica, acaban en papel mojado. No obstante, además del Gobierno, también es importante, según Ferrero, el papel que han jugado "los ayuntamientos del cambio". Habla de València, Madrid y Barcelona, que se han bautizado como
"ciudades refugio". Estas ciudades, al margen del Estado central, se vieron dispuestas a ofrecer acogida a migrantes y refugiados.
En este sentido, continúa, València tiene más de 1.000 plazas de acogida disponibles para las 629 personas que viajan a bordo del
Aquarius. "Hay dispositivos preparados y hay colaboración con otros ayuntamientos que también han ofrecido plazas", explica. "Se les puede acoger", confirma. Y con ella coincide
Vicente Baeza, de Movimiento por la Paz, que opina que el argumento de la falta de recursos para la acogida es, simplemente, ideológico. "No es fácil, pero España fue capaz de acoger en otros momentos de empobrecimiento del país", explica. Por tanto, en el caso de que se produzca el desembarco en València, estas personas iniciarían el proceso ordinario de solicitud de asilo.
"Según el Convenio de Dublín, [los migrantes] tienen que solicitar el asilo en el primer país europeo que pisen, y no podrán salir de él" hasta que se resuelva, explica
Daniel Rivas, miembro de Maydayterraneo. "El Gobierno tiene instrumentos para alojarles mientras se tramita", asegura.
Es ideológico porque el principal argumento que emplean los países que impiden la acogida y el asilo es que este tipo de políticas generarían un
"efecto llamada" que desbordaría, según argumentan, sus recursos. Baeza, a este respecto, no niega que este gesto del Gobierno del PSOE provoque que las ONG, que tienen por bandera "la vida de las personas", busquen puertos seguros que les permitan el desembarco de los refugiados. Pero esto no sería un "efecto llamada", sino, a su juicio, el
"cumplimiento del derecho internacional". "Aquí los que incumplen las leyes son Italia y Malta con el consentimiento de la UE", lamenta.
María Jesús Vega, portavoz de Acnur España, por su parte, opina en este sentido que "es evidente que, muchas veces,
cuando se cierra una vía se abre otra y las mafias se reorganizan y buscan la manera de seguir adelante con la desesperación". "No sería de extrañar que pudiera haber cambios de ruta", advierte, pero en este momento, en su opinión, no se puede anticipar nada, más aún cuando la decisión de Italia y el ofrecimiento de España se ha dado después de un cambio en el Gobierno. Habrá que ver, por tanto, si ambas decisiones son un anticipo de la política que emprenderán o meros gestos simbólico.
En este sentido, ¿podría Italia enfrentarse a sanciones por impedir el desembarco de los refugiados en sus puertos? Según todos los expertos consultados por infoLibre, la decisión tomada este fin de semana por Salvini constituye un
incumplimiento de las leyes internacionales de derechos humanos pero, sin embargo, no está tan claro que el país pueda enfrentarse a algún tipo de sanción. "Hay un vacío legal porque no se establece la obligación de abrir los puertos. Pero, en cambio, la legisación sí dice que hay que llevar a las personas al puerto seguro más cercano", explica Rivas, que afirma que existe, en este sentido, una "contradicción".