El autor considera que el monarca es el jefe de la casta parasitaria y el principal responsable de la actual crisis, por los errores puestos en marcha, de manera irresponsable, al comienzo de la transición para evitar un referéndum monarquía o república.
También, treinta años después, despeja toda la hojarasca sobre el autogolpe monárquico del 23-F y denuncia el silencio de Zarzuela respecto a las numerosas acusaciones de presunta corrupción.
Llamativas las revelaciones sobre el pensamiento reaccionario del joven Luis María Ansón, monárquico oficial.
La República presidencialista es la propuesta regeneradora para que la sociedad española sobreviva.