jueves,18 agosto 2022
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El modelo financiero autonómico y el Estatuto de Cataluña

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El modelo financiero de las Comunidades Autónomas (CC.AA) de régimen común o modelo LOFCA, como también se le conoce, nunca ha podido cerrarse del todo debido a las continuas presiones de Cataluña en su pretensión de diferenciarse de las demás regiones a las que también se aplica –a todas, excepto País Vasco y Navarra-. Cataluña ha intentado de manera permanente buscar una vía propia, diferenciada y privilegiada de financiación alegando el sobrenatural –y por lo tanto humanamente ininteligible-

      

   El modelo de financiación LOFCA, lejos de cerrarse como hubiera sido lo razonable tras de más de 25 años de rodaje, se ha ido complejizando y evolucionando hacia una mayor insolidaridad. La iniciativa del cambio siempre ha correspondido a Cataluña comenzando por la propia Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) que incluso fue aprobada después que el Estatuto de Sau de 1979 y que, en esencia, recogía –y generalizaba al resto de la CC.AA de régimen común- el sistema financiero allí acordado.

   La LOFCA comenzó su andadura en 1980 y se ha revisado en dos ocasiones: en 1996 y en 2001. La tercera se hará en un futuro próximo como consecuencia de las recientes modificaciones de algunos de los Estatutos autonómicos y señaladamente del de Cataluña. Dicha Comunidad, ha abierto de nuevo la brecha en el cambio de financiación y en esta ocasión con unas consecuencias económicas imprevisibles.

    Efectivamente, el Estatuto de Cataluña de 2006, con independencia que sea declarado constitucional o no, es profundamente insolidario, especialmente en cuestiones financieras con el resto de los ciudadanos y regiones españolas. Aunque a lo largo de su interminable articulado existen numerosas manifestaciones de ello, una de las más elocuentes es la que regula que con el objeto para evitar que una futura financiación autonómica pudiera implicar “…efectos discriminatorios para Cataluña respecto de las demás Comunidades Autónomas…” (art. 201.4 del Estatuto), corresponderá al Estado garantizar que la “… aplicación de los mecanismos de nivelación no altere en ningún caso la posición de Cataluña en la ordenación de rentas per cápita entre las Comunidades Autónomas antes de la nivelación” (art. 206.5). Si bien el alcance real de la aplicación de este artículo del Estatuto catalán se desconoce, su intencionalidad es clara: excluir a Cataluña del principio de solidaridad que proclama la Constitución en su art. 2. 

   Otra de las pruebas palpables de la peligrosa vía que abre el Estatuto de Cataluña de 2006 hacia la insolidaridad, es la creación de una Comisión Mixta de Asuntos Económicos y Fiscales Estado-Generalidad con el objeto (dice el art. 210) de diseñar, aplicar y hacer el seguimiento del sistema de financiación catalán. Con la creación de dicha Comisión, Cataluña consigue, por fin, bilateralizar sus relaciones financieras con el Estado como ya las tienen el País Vasco y Navarra. Ello le permitirá a Cataluña quedar al margen de la negociación financiera multilateral (con el conjunto de las CC.AA-LOFCA) en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera. A dicha Comisión Mixta le corresponderá acordar el alcance y condiciones de cesión de los tributos estatales y los porcentajes de participación de Cataluña en el rendimiento de los mismos; las condiciones en que Cataluña contribuye a la solidaridad; negociar su participación en los fondos estructurarles de la UE; la valoración de los servicios traspasados por el Estado a la Generalitat, etc. Es decir, una negociación bilateral entre el Estado y la Generalitat al margen de todo control parlamentario y del resto de las CC.AA de régimen común.

   Cuando se practica la demagogia con los nacionalismos y el Estatuto catalán lo ha sido en grado sumo, pueden surgir bravuconadas como la del actual Presidente socialista de la Generalitat, José Montilla, que en un articulo publicado en El País (10 de mayo de 2008) con el título Falso dilema, amenazaba con que de no llegar a un acuerdo inmediato con el Estado sobre la financiación bilateral, en Cataluña se podría producir una reacción similar a la Liga Norte italiana.

                                         www.aum.es/donato.fernandez

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