jueves,18 agosto 2022
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El Rey de España aboga por globalizar la solidaridad

El Papa denuncia el uso de la ONU para disfrazar guerras

Redacción
El Papa Francisco ha denunciado este viernes ante la ONU en Nueva York, , dentro de la cumbre mundial sobre desarrollo sostenible, la manipulación interesada de la Carta de las Naciones Unidas para disfrazar de legalidad guerras que en realidad estaban planificadas "con intenciones espurias".El Rey Felipe VI pidió actuar "como un solo mundo" para cumplir la Agenda de Desarrollo Post-2015 y librar al planeta de "la pobreza extrema y el hambre que todavía hoy afligen a buena parte de la humanidad"
La Cumbre ha reunido en la sede de la ONU a más de un centenar de jefes de Estado y 80 jefes de Gobierno y fue inaugurada por el Papa Francisco, quien reclamó que se respete y aplique la Carta de las Naciones Unidas "con transparencia y sinceridad, sin segundas intenciones, como un punto de referencia obligatorio de justicia y no como un instrumento para disfrazar intenciones espurias" con el objetivo de alcanzar "resultados de paz". El Pontífice puso como ejemplo de "buena voluntad política y del derecho ejercitados con sinceridad, paciencia y constancia" el acuerdo sobre desarme nuclear centre Estados Unidos e Irán y abogó por "una total prohibición" de las armas nucleares.

Según Jorge Mario Bergoglio, quien en diversas ocasiones ha dicho que vivimos una atmósfera de III Guerra Mundial, confundir "la norma con un simple instrumento, para utilizar cuando resulta favorable y para eludir cuando no lo es", constituye "un fraude" de consecuencias imprevisibles: "Una ética y un derecho basados en la amenaza de destrucción mutua –y posiblemente de toda la humanidad– son contradictorios y constituyen un fraude a toda la construcción de las Naciones Unidas, que pasarían a ser Naciones unidas por el miedo y la desconfianza. "Hay qué empeñarse en un mundo sin armas nucleares, aplicando plenamente el Tratado de la no proliferación, en la letra y en el espíritu, hacia una total prohibición de estos instrumentos".  

Tras aprovechar su previa intervención ante el Congreso norteamericano para pedir la abolición de la pena de muerte, el Papa dijo también ante la ONU que los 70 años de existencia de Naciones Unidas –y en especial de los últimos 15 años— demuestran tanto la eficacia de las normas internacionales como la ineficacia de su incumplimiento: "Si se respeta y aplica la Carta de las Naciones Unidas con transparencia y sinceridad, sin segundas intenciones, como un punto de referencia obligatorio de justicia y no como un instrumento para disfrazar intenciones espurias, se alcanzan resultados de paz. Cuando, en cambio, se confunde la norma con un simple instrumento, para utilizar cuando resulta favorable y para eludir cuando no lo es, se abre una verdadera caja de Pandora de fuerzas incontrolables, que dañan gravemente las poblaciones inermes, el ambiente cultural e incluso el ambiente biológico".

El Papa basó la primera parte de su discurso en un alegato a favor del planeta y de los más desfavorecidos, muy en línea con su encíclica Laudato si, y pidió soluciones urgentes alejadas de la retórica. Dijo: "El abuso y la destrucción del ambiente, al mismo tiempo, van acompañados por un imparable proceso de exclusión (…) Lo dramático de toda esta situación de exclusión e inequidad, con sus claras consecuencias, me lleva junto a todo el pueblo cristiano y a tantos otros a tomar conciencia también de mi grave responsabilidad al respecto, por lo cual alzo mi voz, junto a la de todos aquellos que anhelan soluciones urgentes y efectivas".

Añadió que "un afán egoísta e ilimitado de poder y de bienestar material lleva tanto a abusar de los recursos materiales disponibles como a excluir a los débiles y con menos habilidades, ya sea por tener capacidades diferentes (discapacitados) o porque están privados de los conocimientos e instrumentos técnicos adecuados, o poseen insuficiente capacidad de decisión política. La exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente. Los más pobres son los que más sufren estos atentados por un triple grave motivo: son descartados por la sociedad, son al mismo tiempo obligados a vivir del descarte y deben sufrir injustamente las consecuencias del abuso del ambiente. Estos fenómenos conforman la hoy tan difundida e inconscientemente consolidada cultura del descarte".

Discurso del Rey Felipe VI 

Por su parte, el monarca español subrayó que incluso en países desarrollados "la experiencia de la reciente crisis global ha puesto al descubierto la fragilidad" de muchas realidades que se consideraban sólidas. "Nadie es inmune a las debilidades de un modelo de crecimiento que ahora hemos de corregir y perfeccionar preservando sus fortalezas y eliminando sus excesos", indicó.

Felipe VI recalcó que "la globalización de las finanzas, de la tecnología o la información debe ir acompañada por la globalización de la solidaridad, el conocimiento, la equidad, la libertad y la dignidad humana" y transmitió el "firme compromiso de España" con la nueva Agenda de Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Durante su visita a Nueva York, el Rey se reunió con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien reconoció el trabajo de España como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU. También mantuvo encuentros con el rey Abdalá II de Jordania, con el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, con el presidente de Nigeria, Muhammdu Buhari, el de Colombia, Juan Manuel Santos y con el primer ministro de Líbano, Tamam Salam.

 

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