También recuerda que la falta de instalaciones para llevar a cabo los análisis clínicos supone que muchas mujeres no puedan saber si tienen el sida, hasta que están indispuestas y no pueden hacer frente a las infecciones más sencillas.
“La pandemia del sida roba la infancia de millones de niños, así como la vida de sus madres”, precisa Save the Children, “los niños están cuidando de sus madres, no asisten a la escuela, y tienen que trabajar porque ellas están demasiado enfermas para cuidarles”. También hizo un llamamiento a los países más ricos del universo, al Fondo Mundial para la lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, al Banco Mundial y a la Comunidad Europea, solicitando ayuda económica.
Más de tres millones de africanos resultaron infectados por el sida el pasado año, lo que supone el 64% del total mundial y la cifra más alta en continente africano. “Sólo en África subsahariana, más de 12 millones de niños menores de 15 años han perdido a los padrespor el sida y para el próximo año, con el ritmo actual de infecciones, se calcula que el número puede llegar a 18 millones de personas contagiadas”.
Por otra parte, estudiosos norteamericanos e ingleses han comprobado que al 31,3% de los hombres se les ha roto el condón durante las relaciones carnales. Tras entrevistar a cerca de 300 personas de entre los 18 y los 35 años, los autores del trabajo, que se ha publicado en “Sexuality Transmited Infections”, comprobaron que había algunos factores que aumentan el riesgo de que el preservativo no sea eficaz”.
Así mismo, se ha mostrado en Ginebra el Informe sobre la Epidemia Mundial de Sida, al finalizar las tres décadas de la pandemia que causa más de 7.500 nuevas infecciones por día. Así lo manifiestan los datos que cada año mandan 147 Estados al plan de las Naciones Unidassobre esta lacra social. Según las estimaciones aumentará a los 3,5 millones de contagiados por el virus de la muerte en el próximo año.
Las acciones para la prevención del sida, según la cumbre mundial de los Ministros de Sanidad, deben respetar “los valores humanos y espirituales” y debe proteger “los derechos humanos y la dignidad de la persona”.
Clemente Ferrer
