viernes,19 agosto 2022
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Cuestión de estereotipos

Ellas también valen para ingenieras (pero huyen)

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Las chicas dominan en prácticamente todas las carreras universitarias, sin embargo hay un área que parece resistirse: la técnica. En las titulaciones de esta rama, como son las ingenierías, las mujeres apenan representan el 27%. ¿Acaso tienen peores aptitudes que los hombres para estas cuestiones? La repuesta es no. La aptitud de las mujeres para las matemáticas es similar a la de los hombres y según, diversos estudios, es más bien una cuestión de estereotipos.

 

Tal y como publica el diario ‘El País’, la menor aptitud media de las chicas para las matemáticas es la razón que se suele aducir para que la escasez de mujeres en las carreras de Ingeniería, Tecnología y Ciencias Exactas, un fenómeno que afecta de modo similar a todos los países desarrollados. Pero los últimos datos descartan esa explicación. ¿A qué se debe entonces el fuerte sesgo de género en estas carreras?

Para muchos, el problema podría estar relacionado menos con el talento que con la motivación y otros factores psicosociales.

Un reciente estudio dirigido por la psicóloga social Mercedes López Sáez, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y financiado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, analiza precisamente la influencia de esos factores psicosociales en el desequilibrio de las matriculaciones. Un desequilibrio que empieza a gestarse en la elección de modalidad (artes, humanidades y ciencias sociales, ciencias de la naturaleza y de la salud, o tecnología) que las chicas eligen en el bachillerato.

La mayoría de las chicas (55%) eligen la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales; otro 36% prefiere la de Ciencias de la Naturaleza y de la Salud; el 5% se matricula en la de Artes; y sólo el 4% elige la modalidad de Tecnología. El estudio de López Sáez y sus colegas examina cómo influyen en ello la actitud de los profesores y de los propios alumnos, las creencias estereotipadas sobre las diferentes modalidades de bachillerato, las actitudes implícitas hacia los hombres y mujeres que estudian medicina o una ingeniería, y la relación que mantiene cada sexo con el ordenador y la informática.

Según la encuesta entre los profesores, "se tiende a desvalorizar las modalidades de bachillerato que integran el área de letras (humanidades y ciencias sociales), tanto en lo que respecta a las capacidades intelectuales que requieren como a las posibilidades profesionales que abren". El desequilibrio de género se explica "por diferencias en actitudes y motivaciones debidas a la socialización, según las cuales los chicos se sentirían más inclinados hacia unas áreas, mientras que las chicas serían más proclives a otras".

Los prejuicios aparecen más instalados aún entre los propios estudiantes, donde "persisten fuertes estereotipos de género asociados a cada especialidad". Mientras que ven humanidades y ciencias sociales como una rama masculina y femenina por igual, sitúan tecnología siempre como una rama masculina. "Claramente", concluyen los autores, "la elección del bachillerato tecnológico de las chicas no se encuentra en este momento reforzada por el entorno social del grupo de pares".

Los estereotipos de los adolescentes (4º curso de ESO) tampoco ofrecen un cuadro muy luminoso: "Los adolescentes creen que la chica más femenina es la de ciencias naturales y de la salud, seguida de la de humanidades y ciencias sociales, siendo la chica del bachillerato tecnológico la considerada menos femenina". Inversamente, "en atribución de masculinidad a los chicos, la mayor puntuación la otorgan al chico del bachillerato tecnológico, seguido del de humanidades y ciencias sociales y del de ciencias naturales y de la salud".

El test para detectar las asociaciones implícitas que establecen los adolescentes ofrece el siguiente resultado: "Las actitudes implícitas hacia las mujeres médicas son más positivas que hacia las mujeres ingenieras; las actitudes implícitas hacia los hombres ingenieros son más positivas que hacia los hombres médicos; las actitudes hacia las mujeres médicas son más positivas que hacia los hombres médicos; y las actitudes hacia los hombres ingenieros son más positivas que hacia las mujeres ingenieras".

Por último, López Sáez y sus colaboradores han hallado un déficit en las chicas en las actitudes hacia la informática y el ordenador: "Tienen creencias estereotipadas más negativas que los chicos en cuanto a las características de la profesión, utilizan menos el ordenador y se consideran menos competentes que los chicos en informática y en el manejo de los ordenadores".

Fuente: El País

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