Los ministros europeos destacaron la necesidad de construir "un sistema de enseñanza superior dinámico y flexible" como vía ara lograr una recuperación económica sostenible. "Por lo tanto, consideramos que la inversión pública en enseñanza superior es una prioridad absoluta", reza el manifiesto firmado por los ministros.
Ante la actual crisis económica, la contribución estatal de las universidades "debería incrementarse, y no reducirse", afirmó el comisario europeo de Educación, Cultura y Juventud, Jan Figel, en rueda de prensa.
A su juicio, el proceso de Bolonia constituye "una de los principales instrumentos de los que disponen los países para hacer frente a la crisis". En la UE hay actualmente unos 90 millones de estudiantes y un millón y medio de investigadores, recursos que actualmente "no están bien utilizados", según Figel.
"Si mejoramos las posibilidades de empleo y potenciamos la aportación de todos estos recursos humanos, habrá grandes beneficios para toda la sociedad", dijo el comisario.
Asimismo, los ministros acordaron ampliar el acceso a la universidad con especial atención a los grupos sociales más desfavorecidos y "eliminando todas las barreras para el estudio". En particular, los ministros se comprometieron a "crear las condiciones económicas apropiadas para que los estudiantes puedan beneficiarse de oportunidades a todos los niveles".
Universidades sin fronteras
En cuanto a la movilidad, ésta se define en el texto como "la característica distintiva del EEES". En 2020, al menos dos de cada diez estudiantes titulados en el EEES deberán haber completado un período de estudios o prácticas en el extranjero, según acordaron los ministros.
Para alcanzar esta meta, recomendaron la ampliación de los programas de becas para los desplazamientos, la culminación de los procesos de armonización de créditos y títulos, y la aplicación de la garantía para el reconocimiento de créditos en todo el EEES, además de la facilitación de los visados dentro de este área.