¿Cómo evitar desastres financieros tales?
En Caja Madrid, durante la presidencia de Miguel Blesa no funcionaron los controles internos y tampoco los externos. En el libro "El Lobo de Caja Madrid" calificamos como "caudillaje" o "presidencialismo" el modo y las maneras como actuó Miguel Blesa al frente de esta entidad financiera. Así, en el orden interno, no funcionaron ni ejercieron ningún control ni garantía los órganos colegiados: Comité de Dirección, Comité de Inversiones, Asamblea General.
Todas las decisiones importantes de Caja Madrid durante su presidencia las tomaba Miguel Blesa con un grupo muy reducido de directivos de su cuerda, que luego eran ratificadas por los órganos colegiados sin poner la más mínima objeción, dadas las importantes retribuciones, regalías y beneficios que se obtenían por decir siempre sí al presidente.
En el orden externo tampoco funcionaron los controles que deberían haber ejercido el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Ministerio de Economía. La Comunidad de Madrid según nuestra legislación también contaba con mecanismos de control para vigilar a la caja, y unas veces porque se le ocultaba información y otras porque no le interesaba, no hizo nada. En este caso, como en tantos otros de nuestras extintas Cajas de Ahorro, unos por otros la casa sin barrer.
¿Qué controles son los que menos han funcionado?
Creo que en el caso de Caja Madrid son igual de denunciables los dos, los internos y los externos. Caja Madrid se convirtió en el chiringuito financiero de la oligarquía política y sindical de la Comunidad de Madrid y todos obtenían préstamos y beneficios a costa de los intereses de los ciudadanos madrileños, los trabajadores de la entidad y los impositores de la caja.
¿Cuánto puede haber costado a los españoles cada tropelía: Miami, Iberia, Martinsa, SosCuétara, preferentes, etc?
Como es sabido por todos la quiebra de Caja Madrid naufragó en el hundimiento general del conglomerado Bankía (entidad formada por la unión de Caja Madrid, Bancaja, Caja Segovia, Caja La Rioja, Caixa Laietana, Caja de Ávila y Caja Canarias). El FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) pasó a ser propietario en su totalidad, de Bankia, en donde tuvo que ingresar la cantidad nada despreciable (ahora que tanto se habla de reducción del déficit y ahorro público) de 22.424 millones de euros públicos. No todo este dinero se puede atribuir a los agujeros de Caja Madrid, porque sus socios de Bankia no se quedaban atrás, sobre todo Bancaja.
Pero sí se sabe, por ejemplo, lo que le ha costado a Bankia resolver algún marrón dejado por Miguel Blesa. Es el caso de la compra del City National Bank de Florida (CNBF). El coste total de la operación lo tuvo que cerrar rodrigo Rato dos años después de la marcha de Blesa de Caja Madrid. Sumando todas las cantidades desembolsadas la aventura americana costó a Caja Madrid la friolera de 1.449 millones de dólares (unos 1.100 millones de euros). A finales de 2013 Bankia cerró por 882, 2 millones de dólares (unos 683 millones de euros) la venta de este Banco al BCI chileno. Las pérdidas contables solo de esta operación dan miedo: en torno a los 417 millones de euros.
¿Y han evaluado o analizado cuánto dejará de percibir la sociedad española por estos y otros desmanes de las fundaciones de las cajas, ahora desaparecidas o convertidas en bancarias?
Los datos son muy confusos y nada claro a este respecto. Habrá que esperar a que termine la crisis para realizar un balance lo más aproximado a la realidad. El actual presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri ha prometido que va a devolver hasta el último euro de lo invertido por el Estado en el rescate de la entidad de la que ahora él es el presidente. Sus primeros datos son muy positivos, pero el daño general ya está hecho. El engaño global de las preferentes es difícilmente calculable. Además hay que calcular, desde el punto de vista social y político, lo que supuso para el Presupuesto desprenderse de cantidades tan importantes de dinero público para rescatar a las Cajas mientras se realizaban recortes en Sanidad, Educación, sueldo de funcionarios e inversiones públicas.
