viernes,19 agosto 2022
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Esther Cura, adiestradora

´En España los animales no importan porque no votan´

Ángela López
Esther Cura es de las pocas personas en el mundo que adora su trabajo. Es más, cuando está de vacaciones, se aburre y está deseando volver a su peculiar oficina. Esta joven madrileña trabaja en una residencia de animales, en la que no la contrataron tras mil entrevistas, por enchufe o por acreditar una retahíla de doctorados: la contrataron porque tiene un don. Ahora, formada y experta, combina su amor por los animales con una crítica feroz contra el vacío legal que los desampara.

¿En qué consiste tu trabajo y cómo lo lograste?

Llegué aquí de una forma casual, empecé de «voluntaria». Mi pareja trabajaba como conductor aquí, y yo como no tenía trabajo me venía a la residencia a estar con los animales y ayudaba a la chica que trabajaba entonces en todo lo que podía, poco a poco, su jefe (que ahora es el mío) se dio cuenta de que se me daban bien los animales, los papeleos, el trato con los clientes…en definitiva, llevar la residencia; y me quedé. De esto hace ya 5 años y es lo mejor que me ha pasado en la vida.

Básicamente, mi trabajo consiste en cuidar a los animales que la gente nos deja cuando se van de vacaciones, aquí los perros no están en jaulas, les sacamos a los patios para que se socialicen, cosa que en las ciudades es muy difícil, sobre todo porque los dueños no les dejan. El 95% de los problemas de conducta que tienen nuestros animales de hoy en día, es culpa del propietario, porque se humaniza en exceso su comportamiento, no se les deja ser perros porque se les trata como niños y se les crean conflictos. Yo aquí, me encargo de dejarles ser perros, que jueguen con otros, que huelan a otros. Los perros en cuánto me ven, se ponen contentos, lo que es una satisfacción para mí y una tranquilidad para el dueño.

En este trabajo te tienes que dar cuenta del que come, del que no, del que está triste, del que tiene miedo y a cada perro hay que tratarlo de manera diferente. Cada raza tiene un patrón, pero las vivencias de cada animal hacen que cada uno sea único y hay que observarles para saber cuáles son sus necesidades. Por lo tanto, el trabajo en una residencia va mucho más allá de limpiar las jaulas, eso, cualquiera lo puede hacer.

¿Te ha supuesto algún problema el no tener formación especifica?

Afortunadamente no. Para trabajar en una residencia no te piden formación (lo que no significa que no sea necesaria), pero lo fundamental es que te gusten mucho los animales y tengas buena mano con ellos. La formación la adquieres con la práctica y, dependiendo de las inquietudes de cada uno, pues decides formarte mucho más en este mundo (cosa que hago yo) o te conformas y te estancas. Lo que sí que es cierto, es que los clientes se quedan mucho más tranquilos cuando comprueban, que la persona a la que le dejan su mascota entiende de animales.

¿Qué es lo más gratificante en tu profesión?

Poder tratar con todo tipo de animales y poder conocer todo tipo de razas de perros y de gatos. Hemos tenido mapaches, cerdos vietnamitas, tortugas de tierra de unos 40 cm de alto, patos… a punto estuvieron de traernos ¡¡un guepardo!!

El trato con los animales, de por sí, es gratificante. Ellos nunca tienen un mal día que lo pagan contigo. A mí el estar con ellos me resulta relajante y, por supuesto, divertido.

¿Y el peor día de tu carrera laboral?

Lo peor de este trabajo es, sin duda, las inclemencias del tiempo. Se trabaja al aire libre, lo que implica que si hace calor vas a pasar mucho calor, te está dando el sol continuamente y lo máximo que puedes hacer es mojarte con la manguera. Y que si nieva, o llueve o hace varios grados bajo cero, te va a dar igual, a los perros hay que sacarlos, hay que limpiar las jaulas, hay que hacer lo mismo que se hace todos los días haga el tiempo que haga. Hasta los albañiles y agricultores, cuando nieva no trabajan, pero nosotros sí.

¿Estás cursando algún tipo de formación actualmente?

Sí, siempre intento seguir formándome, aprender todo lo posible y en el mayor número de campos. Actualmente, estoy terminando un curso de ATV (Ayudante Técnico Veterinario), también soy adiestradora, aunque básicamente me dedico a la eliminación de conductas inadecuadas (agresividad en perros y fobias). Voy a Congresos Veterinarios para ATV´s, voy a seminarios de etología, a todo lo que puedo relacionado con animales. El próximo curso que tengo en mente es de etología (comportamiento animal).

¿Dónde se aprende más una profesión como la tuya: en el aula o en la práctica?

En la práctica sin ningún tipo de duda. Puedes dar mil cursos de etología, pero donde realmente aprendes etología es observándoles. La posición de las orejas, la cabeza, el rabo…todo eso te indica lo que está pensando el animal y cuál va a ser su próximo movimiento, sé cuándo va a haber una pelea antes de que empiece, me anticipo y la evito. Nunca está de más dar cursos y seguir formándote, yo lo hago. Pero nunca doy como cierto algo que me dicen hasta que yo no lo compruebo personalmente. Actualmente se ha extendido la teoría de que entre los perros no existe el líder de la manada (hay estudios científicos que lo dicen); yo, en mi trabajo, compruebo diariamente que eso no es cierto. Recuerdo una vez, que tenía 20 perros en un patio, y la que manejaba el cotarro, era una yorkshire de no más de 2 Kg. Fue graciosísimo ver cómo los tenía a todos a raya.

Eres de las pocas personas en el mundo que están deseando volver al trabajo cuando tienen vacaciones. Es una suerte, ¿no?

Es lo mejor que hay. Después de verano normalmente estoy muy cansada de tanto trabajo durante tanto tiempo y suelo cogerme 3 semanas, digo «suelo» porque normalmente me empiezo a aburrir a las 2 semanas y estoy deseando empezar a trabajar. Echo mucho de menos a los animales y aunque esté en Punta Cana, estoy deseando volver!!!! Yo, el trauma post-vacacional, no sé que es. Tener un trabajo en el que no sientes que estás trabajando, no hay dinero que lo pague.

Como profesional y amante de los animales, ¿consideras suficientes las Leyes que protegen a los animales en España?

¿Suficientes? Creo que no hay nada tan insuficiente en este país como las Leyes de protección animal. Están totalmente desamparados y Zapatero se ha negado a la propuesta que le hicimos de modificar dichas leyes, lo que demuestra que los animales no importan porque no votan.

Si quisiéramos aprender un poquito de los países nórdicos; allí, si tienes un animal sin esterilizar o sin castrar, pagas un impuesto, porque se sobreentiende que vas a criar y, por lo tanto, a hacer negocio. Si hiciéramos eso aquí, evitaríamos tantas camadas indeseadas y tiradas a los cubos de basura. En Alemania te obligan a hacer un curso de adiestramiento, y la gente va a los sitios con sus perros como aquí con tu hijo. Porque con animales educados, no habría abandonos por conductas indeseadas. Aquí te obligan a hacer un curso cuando te casas (como buen cristiano) pero lo que le hagas a tu perro, poco importa.

El perro es el mejor amigo del hombre, y el hombre es el mayor enemigo del perro.

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