P.- ¿Qué es lo mejor y peor que recuerda de su etapa universitaria?
R.- Mi experiencia universitaria fue un poco errática: como suelo decir a menudo pasé de facultad en facultad buscando vanamente diversión. Es más o menos exacto, porque la verdad es que SÍ que me divertí mucho. Sobre todo, intelectualmente hablando.
Lo mejor, pues, fue para mí el estímulo, la gimnasia mental que me supuso y que todavía echo de menos (hay cosas que sólo se hacen por obligación, y que luego son de las más importantes de una vida, como leer ciertas obras y ciertos autores…)
Y lo peor, que iba en moto a la facultad y en invierno se me congelaban hasta las ideas.
P.- Su conferencia inaugural en los Curso de Verano de
R.- Creo que, en estos tiempos (como en casi todos, por otra parte) es importante hacer una defensa apasionada de la lectura, de la cultura.
Es un amor correspondido, o sea, un amor feliz. Porque ellos me aman también a mí. Y llevamos toda la vida juntos. Los libros me dan lo que nadie más puede darme.
P.- ¿Cree que el futuro de un libro será un formato digital? ¿Qué le parece?
R.- No lo creo. Ése puede ser "otro" formato, pero no el único. El libro como objeto, al igual que la silla, la mesa, el vaso… es perfecto.
P.- Recomendación para lectura este verano…
R.- "La soledad de los números primos" (Paolo Giordano, Salamandra) y "Red de mentiras" (David Ignatius, Ediciones B.) También Poesías completas (Rubén Darío, Aguilar)…
¡Las librerías están llenas de buenas ofertas y oportunidades!