La propuesta de bajada de sueldos de un 10% en España lanzada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y apoyada por el comisario de economía y vicepresidente de la Comisión Europea Olli Rehn logró ayer el rechazo unánime de Gobierno, patronal, sindicatos y partidos políticos.
El Ministerio de Empleo defendió el buen funcionamiento de las negociaciones entre patronal y sindicatos en materia de salarios y subrayó el pacto de moderación salarial alcanzado el pasado año para el periodo 2012-2014, que logró que los sueldos no subieran por encima del 0,5% en 2012 ni del 0,6% en 2013. El departamento que dirige Fátima Báñez elogió el "esfuerzo de trabajadores y empresarios" que permite que España gane en competitividad.
El portavoz de Economía del PP en el Congreso, Vicente Martínez-Pujalte, criticó las declaraciones del comisario Rehn por "parciales" y por "sembrar la desconfianza en los ciudadanos". El diputado popular apostó por un ajuste que no se base sólo en los salarios, sino en los "precios, alquileres, rentas y rentabilidad de las empresas".
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, recomendó a la Comisión que "se olvide de sus recetas, que son veneno para la economía española". Consideró que los salarios "ya han bajado", ya que la reforma laboral "puso en manos de las empresas la posibilidad de bajarlos de manera unilateral". "El resultado ha sido que el consumo se ha ido a pique y la economía sigue en recesión", concluyó.
La patronal CEOE recordó a través de un comunicado la "importante moderación salarial entre 2012 y 2014" pactada con los sindicatos y señaló que en ningún país de la zona euro se ha hecho un pacto "en los términos" propuestos. El vicepresidente de la patronal, Arturo Fernández, consideró que toda decisión sobre los salarios en España la tienen que tomar "los españoles" y recomendó a los dirigentes del FMI y la UE "contener sus salarios, que van al alza".
Desde UGT, el secretario de acción sindical, Toni Ferrer, señaló que los salarios reales en España, descontada la inflación, han caído 6,3 puntos desde 2010 sin que haya tenido "ningún efecto en el empleo" y consideró una nueva rebaja "descabellada", que condenaría a España a "la miseria".
El director de comunicación de CCOO, Fernando Lezcano, expresó el "absoluto rechazo" del sindicato a la propuesta y señaló que las políticas desde que empezó la crisis se han encaminado "en la dirección de la devaluación interna", lo que "no sólo se ha demostrado ineficaz para salir de la crisis, sino que nos ha instalado en una prolongación de la misma".
El portavoz de Empleo de CIU, Carles Campuzano, señaló que hacer caso al FMI y a la Comisión sólo puede conducir "a más emigración, más pobreza y más desigualdad". Para el líder de IU, Cayo Lara, "canjear puestos de trabajo por condiciones salariales es volver al siglo XIX" y observó que "Bruselas y el FMI nunca hablan de invertir los beneficios empresariales para crear empleo".
Por su parte, Bruselas apoyó la propuesta de Rehn. La portavoz comunitaria Chantal Hughes aclaró que "la propuesta fue hecha en su blog personal por lo que no representa necesariamente la visión de la Comisión, pero en este caso va muy en la línea del conjunto del Ejecutivo".
Los diarios señalan que la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, se subió el sueldo un 11% al llegar al FMI y que el comisario europeo Olli Rehn gana al mes casi 23.000 euros, más dietas.
Editoriales de los diarios
El Paro preocipa más fuera que dentro de España (EL MUNDO)
El problema de la propuesta de devaluación interna lanzada por el FMI y suscrita por el vicepresidente económico de la Comisión Europea es que es un proceso muy complejo que requiere además de un gran acuerdo social que, si no se dio en los peores momentos de la crisis, cuando el país estuvo al borde de la intervención, "es impensable que ahora se pueda conseguir".
La idea de que un fuerte ajuste a la baja de todas las rentas provocaría un incremento del empleo "es dudosa". De hecho, la fuerte reducción de los costes laborales en España no ha evitado que el paro siguiera creciendo. Sólo con flexibilidad laboral una economía no gana competitividad, que crece sobre todo con innovación y abaratando costes energéticos, en un entorno favorable, con unidad de mercado y una fiscalidad más benigna. Lo interesante de la propuesta que todos rechazan es la de sugerir el impulso de un gran pacto social en torno al ajuste, no muy diferente al que está teniendo lugar.
Un posible acuerdo "introduciría racionalidad al proceso y lo dotaría de más credibilidad, evitando que cayera exclusivamente en los sectores de la crisis y modulando el impacto del los más vulnerables, como el comercio o la construcción". Se calcula que los sueldos han caído ya un 6,3% en España desde 2010, pero es mucho más acusado en unas actividades que en otras y se reparte muy desigualmente.
Por otra parte, el interés de Bruselas y del FMI por dar recetas a España demuestra la inquietud en los organismos internacionales por nuestras dramáticas cifras de paro. Enfrente, la unanimidad social y política a la hora de rechazarlas "indica que la preocupación por el desempleo y el futuro de miles de jóvenes es ,mayor fuera que aquí".
Si lo que pretende la Troika es promover un pacto social en España, ha elegido el camino equivocado (EL PERIÓDICO)
La unanimidad de agentes sociales y opinión pública contra el último post de Olli Rehn "ilustra cómo han caído en saco roto tanto sus palabras" como las del FMI. Los responsables de la troika– aparte de plantear las reformas de otra manera, ni con ejemplos en escenarios hipotéticos ni en el blog de un comisario – "deberían ser conscientes de algunas realidades españolas" antes de "aplicar recetas prefabricadas a una realidad con algunas especificidades". Si lo que pretenden es promover un nuevo pacto social para atajar la sangría del paro, "el camino es radicalmente equivocado".
España ha de seguir recuperando solvencia financiera y competitividad, pero de manera compatible con el reparto equitativo de la riqueza, la recuperación del consumo y el incremento de contribuyentes. Un esfuerzo que no puede cargarse solo sobre las espaldas de los asalariados.
El disparate de la bajada de sueldos (LA GACETA)
La rebaja salarial del 10% "no entra en los planes de nadie". Sindicatos y patronal se han puesto de acuerdo para denunciar esta "descabellada idea". Sólo un desconocimiento total de la economía española puede provocar una petición tal: en un mercado basado en el sector servicios y el consumo, si los salarios bajan, la demanda también, por lo que la economía jamás podrá crecer.
La asimetría laboral que viene (CINCO DÍAS)
"Es discutible que un problema de la envergadura del que España tiene con el desempleo pueda resolverse únicamente con la relajación de costes ya producida". "No admite ya discusión que el país precisa de una intensa devaluación interna de los costes y los precios; el debate debe ceñirse a la proporción de ambas variables" y debe admitirse que no debe ser uniforme, porque cada actividad tiene sus propios estándares de productividad y sus propias condiciones de mercado.
Deberán convivir bajadas adicionales de sueldos y de otros costes en varias actividades de servicios de mercado, donde la competencia aprieta, con subidas en otras que acompañen fuertes alzas de productividad y ganen terreno a sus competidores. Esta política salarial que ya se está practicando por imperativo del mercado, "supone el compromiso de comités y empresas", sin un pacto de directrices que imponga horquillas inasumibles para muchas empresas.
