P.- Ha puesto el debate sobre la financiación en el candelero, ¿hacia dónde debe encaminarse, a su juicio, el futuro sistema de financiación de la universidad española?
R.- Para que exista una adecuada financiación es necesario contar con una adecuada autonomía universitaria, y que cumpla tres requisitos fundamentales: que sea equitativa, suficiente y eficiente. Los datos de los últimos informes muestran una financiación del sistema universitario que no es suficiente. A una mayor financiación hay que contribuir con una transparencia mayor en la gestión universitaria.
P.- ¿Cómo valora el hecho de que el 70% de las universidades públicas hayan renunciado a presentar nuevos grados adaptados a Europa para el próximo curso?
R.- Es importante concretar que éste es solamente el primer plazo para presentar nuevos grados adaptados a Europa. Las universidades tienen hasta el 2010 para presentarlos. La adecuación al Espacio Europeo lleva consigo también una progresiva adecuación del sistema, que necesitará una adaptación en los próximos años. En general, los cambios en las universidades privadas son más rápidos que en las públicas, ya que éstas últimas tienen unos procesos diferentes. Lo importante, en cualquier caso, es la interrelación entre el conjunto de universidades dentro del procedimiento de adaptación que se alargará durante los próximos años.
P.- Una de sus propuestas es el cambio en el calendario universitario para acoplarlo a Europa. ¿En qué consistirían los cambios? ¿Tienen previsto su aplicación para el próximo curso o se contempla como una iniciativa a medio/largo plazo?
R.- El cambio del calendario universitario es una iniciativa que se va a debatir inicialmente dentro de
P.- Nuestra Universidad queda lejos de las mejores del mundo en los ranking internacionales. ¿Cuáles son los principales males de los que está aquejada?
R.- Yo soy un defensor de la excelencia del sistema universitario, que no hay que confundir con el término elitismo, del que no soy partidario. Estamos aún en el camino a esa excelencia, pero aún lejos, lo que se ve es un distanciamiento de los estudiantes respecto de las formas de enseñanza, una cantidad desmesurada de apuntes, fotocopias, enseñanzas no suficientemente innovadoras. Es importante ser críticos para justamente poder avanzar, porque tenemos unos excelentes docentes y muchos medios. En este puntos hay otros modelos universitarios que cuentan con un sistema mixto que combina lecciones, conferencias, teoría y práctica, y que apuesta por un seguimiento más personalizado del estudiante. Tampoco hay que olvidar que en investigación estamos avanzando de una manera extraordinaria hasta encontrarnos hoy entre los 10 mejores países a nivel mundial. Todas las universidades, públicas y privadas, debemos trabajar muy conjuntamente para conseguir un sistema excelente, al que llegaremos juntos.
P.- ¿Hay carreras en peligro de extinción?
R.- No creo que haya ninguna titulación en peligro de extinción. Lo que creo es que habrá que trabajar en un modelo de estudios troncal, por ejemplo, no es preciso que todas las filologías empiecen su itinerario singularizado desde primer curso. Pero no es cuestión de hacer desaparecer títulos, aunque las universidades deberán trabajar para que algunos estudios no se repitan en todas ellas.
P.- Hablemos ahora del profesorado, ¿hay que rejuvenecer la plantilla docente? ¿Cómo se va a llevar a cabo o se está llevado a cabo ‘su reciclaje’ para adaptarse a la nueva forma de enseñar que implica Bolonia?
R.- Creo que las universidades necesitan renovarse. Y para ello es importante incorporar gente joven. Es necesario que las universidades se adapten a los modelos de Bolonia, pero también es importante ser consciente de que esta adaptación no va a poder hacerse en dos días. Será un proceso en el que todas las universidades tendrán su voz y en el que es sumamente importante que estemos más unidos que nunca.