viernes,19 agosto 2022
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Certamen iGEM sobre Biología Sintética

Estudiantes de la UPV y la UV competirán en el MIT con un proyecto con el que construyen microorganismos que producen calor

ibercampus.info
Un grupo de estudiantes valencianos, procedentes de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y la Universidad de Valencia (UV), llevan meses trabajando en el llamado "Hot Yeast Project", un proyecto que defenderán en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) de Boston el próximo mes de noviembre, y que competirá con los desarrollados por estudiantes de otras universidades, entre las que se encuentran algunas de las mas prestigiosas del mundo como Harvard, Cambridge o Princeton.

 

Con este proyecto, el equipo valenciano será el único equipo español que participará en la competición mundial iGEM, pensada para promover la Biología Sintética, una nueva área que combina Ingeniería con Biología para introducir en células nuevos circuitos biológicos, transformándolas en pequeños ordenadores programados para desempeñar tareas predeterminadas. En esta ocasión, los estudiantes de la UPV y la UV esperan obtener un microorganismo con la siguiente función: ser capaz de calentar su propio medio de cultivo. Para ello, usan unas cepas de levadura que han sido modificadas para que produzcan una proteína denominada termogenina, que tiene precisamente esta función en mamíferos y es imprescindible para que los bebés se mantengan calientes y algunos animales puedan hibernar.

Tras meses de trabajo, los primeros resultados has sido bastante esperanzadores, demostrándose que las cepas de levadura modificada pueden calentarse significativamente. Actualmente, el equipo trabaja en una segunda fase del proyecto en la que se pretende poner a punto un mecanismo de control térmico (un “termostato biológico”) para que las levaduras no sólo sean capaces de incrementar la temperatura del medio sino que además decidan hasta que nivel se calientan, pudiendo así mantener su temperatura dentro de unos límites predeterminados.

Las aplicaciones de este proyecto son múltiples, y van desde el ahorro energético en distintos procesos químicos en los que la temperatura juega un papel fundamental (no hará falta utilizar un mecanismo externo que consume electricidad para controlar la temperatura del medio) hasta la utilización del calor emitido por el cultivo para, por ejemplo, usarlo como calefacción.

Los estudiantes trabajan a marchas forzadas para maximizar las posibilidades de optar a alguno de los premios que se otorgan en este prestigioso certamen, que finalmente resulta mucho más que una competición. Así, Meritxell Notari, estudiante de quinto de Biología, asegura que está siendo una gran experiencia tanto a nivel personal como educativo, “que nos está permitiendo una primera toma de contacto con el mundo de la investigación”.

Por su parte, Joaquina Delás, estudiante de tercero de Biotecnología, no duda en decir “estamos muy ilusionados con el proyecto que estamos llevando a cabo y ahora sólo esperamos que todo este trabajo sea valorado”.

No lo sabremos hasta el próximo 9 de noviembre, cuando en Boston se concedan los premios anuales a los mejores proyectos de esta edición.


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