La actividad se enmarca en las reflexiones de la UTEM acerca de la formación ética en una universidad tecnológica, en tiempos en que el ritmo acelerado del desarrollo de la ciencia y la tecnología ha expandido enormemente los alcances y consecuencias de la acción humana sobre la naturaleza y la convivencia social.
"A nivel del conocimiento tenemos un capital tecnológico -sostuvo el académico- y necesitamos también el crecimiento del capital social. Necesitamos vincular la dimensión cognitiva con la gestión de universos simbólicos, con el mundo de sentidos, formar en el imaginario axiológico de la ciudadanía global, cosmopolita y entender la vida universitaria en clave comunitaria para formar ciudadanos", indicó.
"Un buen profesional es tanto un buen técnico como una buena persona, por ello la universidad debe facilitar espacios en que los estudiantes puedan reconocer la riqueza de su interioridad. Es preciso situarse, y crear una tradición universitaria, que diferencie y de identidad formativa a la comunidad universitaria", agregó.
A juicio de Domingo, la responsabilidad social no es de un individuo, por tanto hay que ir de la responsabilidad individual a la social. "La responsabilidad social exige anticipar los problemas, ver los valores que orientan la práctica y no confundir tolerancia con indiferencia. Recuperar la responsabilidad, es considerar el cálculo de consecuencias no sólo ex-post, sino ex-ante", comentó.
Finalmente, sostuvo que la ética aplicada argumenta para que la razón práctica valga para la vida, y no debe confundirse con un conjunto de recetas para resolver problemas profesionales.
