Ambos organismos pidieron a España proseguir la vigilancia sobre su sector financiero y mantenerse "preparada" para tomar las medidas "necesarias" si se descubren nuevas necesidades de capital, según el informe de su última misión al país.
El documento constata que España "ha cumplido todas las condiciones" que aceptó a cambio del crédito de hasta 100.000 millones de euros, de los que finalmente utilizó 41.300 millones, para sanear su banca en dificultades, aunque deberá continuar los esfuerzos para culminar las medidas puestas en marcha y las planeadas.
La CE y el BCE piden medidas para hacer frente a los altos niveles de desempleo y promover el buen funcionamiento del mercado laboral, al tiempo que subrayaron la necesidad de reforzar las políticas de empleo activas.
"Sigue siendo imperativo hacer frente a los altos niveles de desempleo y promover el buen funcionamiento del mercado laboral", dicen la CE y el BCE.
La CE y el BCE piden a España que continúe la consolidación fiscal, es decir, los ajustes para reducir el déficit público y cumplir con el objetivo de situarlo por debajo del máximo del 3 % marcado por Bruselas en 2016, a la vez que se detiene la escalada de la deuda pública.
"Esto requerirá una determinación inquebrantable en los próximos años", afirman la CE y el BCE.
El informe señala también que España ha superado los "graves problemas" que tenía su sector bancario, pero insta a su Gobierno a seguir vigilando de cerca la solvencia de las entidades, aunque considera que tras la recapitalización y la reestructuración llevadas a cabo, es "ampliamente cómoda".