Según los últimos datos de EUROSTAT, correspondientes a 2020, la distancia entre la tasa de ocupación de padres y madres alcanza los 18,1 puntos en España, por encima de la media europea.
Esta divergencia ha provocado que exista una acuerdo tácito en la necesidad de apoyar a las trabajadoras con hijos en las políticas laborales y de conciliación.
Desde esta óptica surgieron medidas como el controvertido complemento de maternidad, que 'compensa' a las madres con un incremento en su pensión por el número de hijos.
La medida fue aprobada por el PP y mantenida por el PSOE, que tuvo que rehacerla para no 'discriminar' a los padres afectados por el cuidado de los hijos.
Pero también explica la apuesta por igualar los permisos de paternidad y maternidad, precisamente para reducir esta brecha.
Sin embargo, estas medidas no resuelve el problema cuando la brecha laboral aparece en casos en los que la mujer tiene hijos, algo negado incluso en el discurso de algunas formaciones políticas, como VOX.
Pese a que los mimos datos de Eurostat muestran que la tasa de empleo de los hombres con hijos también es mucho mayor que la de las mujeres sin ellos, en concreto 15,3 puntos superior.
Los hombres con hijos superan a los que no los tienen
Esta diferencia se sitúa por encima de la media europea, pero no es tan abultadas como en Italia o Grecia por una razón: nuestra tasa de empleo de hombres con hijos es la más baja de Europa.
Lo llamativo es que, aún así, supera a la de los que no los tienen por una diferencia de 10,9 puntos porcentuales. En comparación, la diferencia entre las mujeres sin o con hijos es mucho menor: el 2,8%.
En definitiva, la brecha laboral de género entre las personas sin hijos se sitúa en 4,4 puntos, cuatro veces la de Alemania o casi el doble que la de Francia.
Un fracaso también para la natalidad
Como se ve en el gráfico, la prevalencia de los hombres con hijos en el empleo sobre las mujeres no se produce sólo en España, sino en todos los países europeos y confirma el fracaso de las políticas de conciliación para cerrar la brecha. .
Pero dejan también claro que la maternidad no sólo no es la única razón para que exista una brecha laboral de género, sino que la caída de la natalidad es una de sus consecuencias directas.
Y es que las escasas expectativas de empleo para las mujeres no mejoran con la ni con la edad ni siquiera si forman una familia, como sí parece que ocurre con los hombres.
Esta una de las principales razones que explican que España sea el segundo país europeo, después de Italia, en el que las mujeres retrasan más la edad para tener su primer hijo, los 31,3 años, según los datos de 2010.