El estudio, financiado en parte a través del Quinto Programa Marco de la UE, aparece publicado en línea en la revista Thorax. La dieta mediterránea se basa en la ingesta elevada de vegetales como frutas, verduras, pan, cereales, legumbres y frutos secos, siendo la principal fuente de grasas el aceite de oliva. En los últimos años varios estudios han relacionado la dieta mediterránea con una disminución de la obesidad, la tensión alta, las enfermedades coronarias y diversas formas de cáncer.
Descubrieron que cuatro quintas partes de los niños comían fruta fresca y dos tercios verduras frescas, al menos dos veces al día. En términos generales, llevar una dieta mediterránea tenía un efecto de protección contra los síntomas de rinitis y asma alérgicos. Las naranjas, las manzanas, las uvas y los tomates se cultivan en la isla y se ingieren en grandes cantidades, según revelaron los investigadores. En concreto, las uvas son altamente antioxidantes.
Los niños que comían frutos secos al menos tres veces por semana eran también menos proclives a resollar, un hecho que los investigadores atribuyen al alto nivel de vitamina E que contienen, un antioxidante que se encuentra en estos frutos.
Por el contrario, los niños que ingerían margarina regularmente eran más propensos a padecer síntomas de asma y rinitis, lo que viene a respaldar investigaciones similares llevadas a cabo en otros países.
«Nuestros resultados apuntan a que una ingesta dietética alta y regular de frutas, verduras y frutos secos podría tener una función protectora sobre la prevalencia de síntomas asociados a la rinitis y el asma alérgicos», concluyen los investigadores. «Una dieta alta en antioxidantes puede prevenir la aparición de enfermedades alérgicas entre la población».
