– ¿Cuál es la finalidad de este curso?
– El seminario despliega las diferentes variables que determinan la eficacia de la oratoria. Aborda los elementos clave que hay que tener en cuenta para aplicarlos. A menudo la formación desarrolla el componente teórico de un modo muy extenso, dejando un lugar secundario para la práctica que queda reducida a una parte poco significativa. En este curso se invierte esta proporción. Un valor añadido del mismo es que aporta una visión especial de la oratoria como oportunidad para compartir, que debe estar más centrada en la audiencia que en el ponente y orientada en positivo.
– ¿Qué contenidos aborda?
– Durante tres días se abordan temas como las barreras de la comunicación, la estructura del discurso, la preparación, el manejo de los nervios, el componente no verbal, la participación de la audiencia. Cuenta con la apertura y presentación inicial a cargo de la Directora de la UIMP de Cuenca, Dª Silvia Jaquenod, y con una conferencia inaugural de D. Agustín García Matilla, catedrático de la Universidad de Valladolid. Los alumnos realizan diversas dinámicas de presentación donde desarrollan la capacidad de análisis, a la vez que despierta un espíritu crítico y constructivo. Desde hace más de una década se están desarrollando estos contenidos en la Universidad Carlos III de Madrid como parte del Programa de Mejora Personal y en cursos de Humanidades. Este programa profundiza y desarrolla diversas competencias transversales que ahora demanda Bolonia. La comunicación, la expresión en público y la argumentación son básicas, junto con las estrategias de aprendizaje activo, la gestión del tiempo y el trabajo en equipo.
– ¿A quién va dirigido el curso "Hablar en público"?
– A un colectivo muy amplio; desde alumnos, hasta docentes, profesionales, directivos… Está abierto para que puedan participar en el seminario aquellas personas que desean profundizar en el análisis de la oratoria y mejorar sus competencias en este sentido. Los objetivos de la oratoria son muy diversos: formar, informar, convencer, motivar… La idea es que, durante el desarrollo de la formación, cada uno pueda adaptar los contenidos a sus propios objetivos. Algunas personas intentan ganar confianza; otras desarrollar su capacidad para captar la atención, interesar y entusiasmar; otras se centran en mejorar su capacidad de persuasión. En el curso se pretender ofrecer claves para los diferentes propósitos.
– ¿Los profesionales de la comunicación hablan tan mal como reflejo del lenguaje de la calle, o es al contrario?
– Probablemente exista una influencia negativa en las dos direcciones. Por un lado se utiliza un lenguaje poco esmerado y culto en la oratoria y, a su vez, el contenido y la forma de expresión de muchos personajes públicos sirven como modelo negativo para la gente de la calle. España no es un país que destaque por sus discursos y oradores memorables. Hay mucho que avanzar en este ámbito. Los jóvenes deberían recibir formación desde la educación primaria y secundaria. La búsqueda de la excelencia en la oratoria es una asignatura pendiente que, lejos de ser obligatoria, debería ser concebida como un auténtico regalo.
– ¿Qué hace falta para ser un buen orador?
– Para empezar, un buen orador debe conocerse bien a sí mismo. Cuando se presenta ante un público actúa de manera similar a como lo hace un proyector. Proyecta sus inquietudes, anhelos, motivaciones, cansancio… Su idea del mundo. Y debe ejercitarse en captar lo que está proyectando la audiencia a su vez: necesidades, intereses, esperanzas, deseos… Debe ser capaz de captar información acerca de estos elementos para poder adaptar su discurso. Un discurso estándar, rígido e inflexible, no suele ser eficaz. Otra clave indiscutible de la oratoria es la preparación. Paradójicamente, una buena preparación es lo que hace que un discurso parezca improvisado. Cuanto más preparado está el discurso más versátil puede resultar el desarrollo del mismo, más seguridad muestra el orador y más coordinación y ajuste hay entre todos sus elementos.
– ¿Se habla cada vez peor?
– Se descuida el lenguaje. La comunicación es un recurso muy poderoso. Es la principal herramienta de interacción con los demás. Si no sabemos cómo utilizarla puede resultar muy peligrosa. La comunicación puede sanar o herir, construir o destruir. Es un error pensar que es mejor decir las cosas según se nos ocurren. La improvisación es mala consejera, y mucho más cuando se comunica delante de un grupo de personas. Su efecto perverso se ve multiplicado por el número de asistentes a la presentación. Quien utiliza esa arma tan poderosa debe saber que también tiene una gran responsabilidad. A veces no somos conscientes de que la palabra tiene poder para influir sobre los demás. Muchas personas consideran que hablar en público es un trance negativo que se debe evitar o del que hay que pasar cuanto antes y como sea. Sin embargo, tener delante a un grupo de personas que dedica su tiempo y parte de su vida a escucharnos es todo un privilegio. Esas personas merecen que se les ofrezca lo mejor.
– ¿Las nuevas tecnologías influyen en la oratoria?
– Están influyendo de un modo muy importante. La presencia física ya no es necesaria en un discurso. Hoy se pueden realizar conferencias virtuales; se puede hablar en directo por vídeo-conferencia con varios países al mismo tiempo. Hay que saber adaptarse a las nuevas tecnologías y aprovechar todo el potencial que nos ofrecen. Las presentaciones informáticas, por ejemplo, permiten ofrecer en poco tiempo mucha información, muy clara y visual, y más fácil de recordar.
– ¿En qué consiste el trabajo que desarrolla en la Universidad Carlos III?
– En la Universidad Carlos III de Madrid estoy al frente del asesoramiento psicopedagógico a través de la Asesoría de Técnica de Estudio, y desarrollo los cursos que conforman el Programa de Mejora Personal, en el que llevo doce años de andadura. Este programa pretende avanzar en el logro de un objetivo esencial al que debe responder la Universidad: la formación integral de los estudiantes. Hay muchas competencias transversales necesarias en el ámbito académico que deben ser reforzadas. Muchas se trabajan también a nivel individual. Las consultas que realizan los alumnos van dirigidas a problemas de concentración, exámenes, ansiedad, desmotivación. Suelo animar a los estudiantes a tener una visión positiva del estudio y de la vida universitaria, a que la aprovechen al máximo, a que tengan confianza en sí mismos, a que aprendan a marcarse objetivos y a superar retos. Es una de las grandes aportaciones que podemos hacer en el entorno universitario: ayudar a los alumnos a que descubran el enorme potencial que tienen. Desconocen, por ejemplo, su competencia para hablar en público. Alcanzan a descubrirla en este tipo de cursos que ayudan a vencer los temores y a despertar una verdadera pasión por la oratoria.
Bibliografía de referencia: “Hablar en Público. Arte y técnica de la oratoria” G. Ballenato. 2006, Madrid: Pirámide. / “Comunicación eficaz. Teoría y práctica de la comunicación humana” G. Ballenato. 2006, Madrid: Pirámide.
Más información: www.cop.es/colegiados/m-13106
