Un texto que supone "una crítica a la sociedad y a la manera de comportarse de la población española" y que sigue vigente aunque se publicó en 1789. De hecho, muchas de las cuestiones como "el maltrato al lenguaje" siguen estando a la orden del día: "En aquella época se tergiversaba por la injerencia de vocablos que venían de otros idiomas. Si el protagonista de Cartas viniera, alucinaría", ha dicho.
Además de teatro –ha estado ligado a varios proyectos del Abadía-, Casablanc se prodiga en cine y televisión e incluso se ha lanzado a la dirección con un cortometraje: ´Burbuja´. Sin embargo, ha tenido que dejar aparcado el proyecto por falta de financiación: "Hacer una película en España es como subir el Everest descalzo. Lo más difícil es conseguir financiación y mientras eso no exista, prefiero seguir en mi faceta como actor", ha resaltado.
Y aunque su carrera va viento en popa, ha reconocido que los jóvenes que quieren dedicarse a la interpretación no lo tienen fácil. "Ahora no se puede vivir del teatro. Salvo cuatro centros oficiales, el resto –como el microteatro o las salas independientes- no dan para vivir", ha afirmado.
Asimismo, ha insistido en la falta de apoyo del Gobierno a la cultura: "La tradición cultural en este país deja mucho que desear. Hay una parte de la sociedad que queremos sacar adelante proyectos culturales importantes y sin embargo, no sentimos el apoyo de los políticos porque el país es así", ha señalado.
Para finalizar, Casablanc ha analizado la actualidad del cine español, que el año pasado conseguía su mejor cuota de pantalla. "El cine español está mal. Hay muy buenas películas, premiadas y con recorrido en festivales que están una semana en las carteleras", ha explicado. Además, ha hecho referencia a las películas más taquilleras, a las que define como "fenómenos mediáticos", que "no pueden ser ejemplo de lo que es el cine español porque ni siquiera hay actores profesionales".
