jueves,18 agosto 2022
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Según Ana González, presidenta del Comité Editorial de Ibercampus

“Ibercampus es un ejemplo de inteligencia colectiva”

¿Cuándo es posible generar un producto que es mejor que la suma de sus partes?

Mucho se está investigando sobre Inteligencia Colectiva últimamente. No hay más que ver el número de artículos científicos relacionados con la materia en Web of Science, por ejemplo, donde en los últimos 15 años se han publicado 500 de los 552 papers existentes en dicho repositorio. La colaboración entre mentes humanas y máquinas inteligentes plantea nuevos retos a las empresas y a la sociedad en general. ¿Es la inteligencia colectiva una de las soluciones para el futuro del ser humano? ¿Cómo podemos unir mentes humanas para alcanzar una meta común? Ana González, recientemente elegida presidenta del Comité Editorial de Ibercampus nos da algunas claves.

Cada persona en un equipo aportamos algo conocido como inteligencia individual, pero cuando trabajamos de manera coordinada y para alcanzar un objetivo común somos capaces de alcanzar algo conocido como inteligencia colectiva. Esto permite numerosos beneficios: entre ellos, que es posible alcanzar un nivel de trabajo mucho más alto y que el grupo será más inteligente que cualquier miembro por su cuenta. No solo eso. Además, la inteligencia colectiva mejora la productividad de los equipos y hace que sus miembros sientan que tienen una voz que realmente se escucha. Pero, ¿qué ejemplos reales de inteligencia colectiva tenemos para que las empresas puedan aprender a ser más innovadoras? Hablemos de Ibercampus.

  1. La inteligencia colectiva ha sido definida como la “capacidad de un grupo para trabajar en conjunto, independientemente del tipo de tarea involucrada”[i]. ¿Crees que Ibercampus es un ejemplo de inteligencia colectiva?

En Ibercampus nos gestionamos por un sistema de holocracia, es decir, existen figuras que de alguna forma lideran el proyecto porque están más involucradas en tareas de marketing, desarrollo de negocio u organización de las publicaciones, pero cada uno de los miembros de la comunidad decide hasta dónde puede llegar y qué puede aportar. Sin imperativos. No tenemos una jerarquía. La idea fundamental es que cualquier aportación, del tipo que sea, es buena para el proyecto siempre que se encuentren en la línea de nuestro ideario. De hecho, es esa diversidad la que más nos enriquece. Aprovecho para decir que estaríamos encantados de tener en nuestra comunidad más expertos en tecnología que es la parte que quizá necesitemos potenciar en nuestra comunidad. Sí, Ibercampus es un ejemplo de inteligencia colectiva.

  1. Las personas contribuimos a ejercicios de inteligencia colectiva porque nos genera satisfacción emocional e intelectual, entre otros motivos[ii]. ¿Eso es así en Ibercampus?

Creo que hay un factor fundamental que es el compromiso. En cualquier grupo de personas en el que hay una vinculación con el grupo, existe una inercia que empuja a avanzar, a crear, a cooperar de manera natural. Esa satisfacción emocional e intelectual de la que hablas, pienso que es el resultado de esa inercia. Ibercampus es una comunidad en la que, por ejemplo, algunos miembros del Consejo Editorial ni siquiera nos conocemos personalmente y a la que pertenecemos de forma voluntaria y altruista. La compensación al trabajo aportado viene de forma intangible por la satisfacción emocional e intelectual que genera pertenecer a una comunidad en la que cada persona se expresa de forma libre, y adquiere conocimiento de los demás gracias a esa libertad de expresión y de pensamiento.

  1. Los teóricos de la inteligencia colectiva apuntan que cuando se unen diferentes mentes surge un nivel nuevo de comprensión de la realidad y eso hace que los equipos sean más inteligentes[iii]. ¿Esto es aplicable a Ibercampus?

En primer lugar, tendríamos que centrarnos en qué es la inteligencia o cual nos afecta a los medios de comunicación. Pienso que estar muy informado no es sinónimo de estar bien informado. Sin embargo, dado que la información y más en los tiempos de digitalización que vivimos, es infinita, tiene que ser acotada  de la forma más eficiente posible. Por eso creo que detrás de la investigación y reflexión individual, existen tres acciones fundamentales para desarrollar una sociedad de progreso; conectar, compartir y comparar, de forma que se potencie el resultado de ese trabajo individual, generando nuevas ideas y alcanzando conclusiones más profundas y seguramente más acertadas.

En mi opinión, la diferencia entre conocimiento e inteligencia es que esta utiliza el conocimiento para tomar acción y cuando hablamos de equipos, ese conocimiento es más completo si viene de cada una de las partes, y por lo tanto las acciones llevadas a cabo serán óptimas en relación a toda la comunidad. Este concepto es el que persigue, por ejemplo, la economía de impacto, donde se le pide a las empresas que reciban feedback de su actividad a todos los grupos de interés.

Por eso creo que los medios de comunicación tenemos una gran responsabilidad en dar espacio a hablar de diferentes temas y hacerlo con la libertad suficiente para que cada uno ofrezca su punto de vista. Permitamos al lector que saque sus conclusiones y las comparta con el resto. De esta forma la información podrá actuar como input de un círculo virtuoso en forma de inteligencia colectiva.

  1. Se considera que la inteligencia colectiva mejora la creatividad y por la colaboración entre personas aparecen ideas innovadoras[iv]. ¿Hasta qué punto estamos describiendo a Ibercampus?

Déjame acudir a la misión de Ibercampus incluída en nuestro ideario: “Somos conscientes de que el progreso requiere dominar con respeto la materia movida por la energía, mientras avanzamos a modelos más intensivos en información movida por el conocimiento.” El conocimiento en sí es la herramienta necesaria para transformar la información y darle utilidad, darle forma. En mi opinión, esa información que en origen se encuentra separada, se canaliza a través del conocimiento que en el caso de una comunidad como la nuestra, en la que actuamos de forma libre y abierta, ejerce un efecto multiplicador en el resultado, fomentando que las ideas se relacionen y surjan otras nuevas como consecuencia de ese conocimiento colectivo. Un entorno en el que compartir inquietudes desde la libertad, el respeto y la empatía, es un entorno donde las ideas afloran y convergen con más facilidad. Eso es Ibercampus.

  1. La prestigiosa universidad MIT ha apostado por crear un Centro de Inteligencia Colectiva[v] para “explorar cómo las personas y las máquinas pueden conectarse para que, de manera colectiva, actúen de forma más inteligente de lo que cualquier persona, grupo u ordenador ha hecho nunca antes”. ¿Crees que las universidades en España y Latinoamérica deberían seguir ese ejemplo?

Si tenemos en cuenta que el MIT es el referente en investigación tecnológica, deberían hacerlo para no quedarse atrás y obtener cierta independencia en este campo. Sin embargo, esa inteligencia colectiva derivada de diferentes sistemas hombre-máquina trabajando juntos que el MIT denomina “supermente”, debe anteponer la ética a todos sus desarrollos. Veo necesario determinar en la fase de investigación si los resultados de una inteligencia colectiva “artificial” es en última instancia beneficiosa para el conjunto de la humanidad.

La ética detrás de la conexión hombre-máquina es un tema del que tratamos en Ibercampus gracias a nuestra Consejera Liliana Acosta. Recientemente en una de sus publicaciones ha cuestionado el planteamiento de los sesgos humanos detrás de la Inteligencia Artificial y de qué manera estos pueden afectar a la forma en que se comporta “la máquina”. Pienso que las universidades no deberían perder el foco ético-filosófico detrás de todos los desarrollos tecnológicos que conllevan a esa convergencia entre el conocimiento humano y el “artificial”.

Muchas gracias por tus reflexiones, Ana. Ha sido un placer.

Rafael Martínez-Cortiña

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

[i] Engel, D.; Woolley, A.W.; Chabris, C.F.; Takahashi, M.; Nemoto, K.; Kaiser, C.; Kim, Y.J.; and Malone, T.W. (2015). Collective intelligence in computer-mediated collaboration emerges in different contexts and cultures. Thirty-Third Annual ACM Conference on Human Factors in Computing Systems (CHI ‘15). Seoul, Korea, p. 3769. pp. 3769–3778. DOI:10.1145/2702123.2702259

[ii] Søilen, K.S. (2019). Making sense of the collective intelligence field: A review. Journal of Intelligence Studies in Business 9(2). DOI:10.37380/jisib.v9i2.465

[iii] Woolley, A.W.; Chabris, C.F.; Pentland, A.; Hashmiand, N; Malone, T.W (2010). Evidence for a Collective Intelligence Factor in the Performance of Human Groups. Science. Vol 330, Issue 6004 pp. 686-688. DOI: 10.1126/science.1193147

[iv] Gottfredson, L.J. (1997). Mainstream science on intelligence. Intelligence, 24, 13–23.

[v] https://cci.mit.edu/

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