jueves,18 agosto 2022
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La Eurozona, la más perjudicada en los dos últimos años

Iberoamérica recuperará en 2014 su dinamismo, tras perder un sexto de su expansión este año (CEPAL)

Redacción
La economía de Iberoamérica crecerá el año entrante entre el 3,3% y el 3,6, tras perder durante 2013 un sexto de su ritmo de expansión y quedar en menos de la mitad del 2010, según el Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe publicado por la CEPAL, Comisión Económica de las Naciones Unidas para el área. La Eurozona es la región mundial más perjudicada los dos últimos años, aunque podrá recuperar en 2014 el 1,1% de su PIB perdido.

En 2013 el PIB de América Latina y el Caribe creció un 2,6%, cifra inferior al 3,1% registrado en 2012. Este resultado ilustra la continuación de la desaceleración económica regional que se manifiesta desde 2011. No obstante, hubo diferencias importantes en los ritmos de crecimiento de los países. El bajo crecimiento regional en 2013 responde en parte al escaso dinamismo de las dos mayores economías de América Latina y el Caribe: Brasil (2,4%) y México (1,3%)1. Crecieron más del 5% el Paraguay, Panamá, el Estado Plurinacional de Bolivia y el Perú, mientras que la Argentina, Chile, Colombia, Guyana, Nicaragua y el Uruguay crecieron entre el 4% y el 5%. Por subregiones, América 

del Sur anotó un crecimiento del 3,3%, una tasa algo menor que el 3,7% registrado por el Istmo Centroamericano más Haití y la República Dominicana, mientras que persistió el bajo crecimiento (1,3%) del Caribe de habla inglesa 
y holandesa (véase el cuadro 1 en la página 10 del informe).

Reformas educativas

Las únicas referencias del informe a la educación vienen en los anexos, al relacionar las medidas de regulación adoptadas por los princopales países, y en esa materia concretamente México y Chile, los dos países iberoaméricanos con mayores índices de desigualdad, aspecto que tampoco aparece reflejado en el último informe de la CEPAL. 

En México, la reforma de la Ley General de Contabilidad Gubernamental permite que a partir de 2015 la Tesorería de la Federación, a través de la Secretaría de Educación Pública, realice directamente los pagos al personal educativo. 
Chile creó el Fondo para la Educación por un monto de 4.000 millones de dólares, con el objetivo de complementar el financiamiento de las obligaciones fiscales contenidas en la partida del Ministerio de Educación de la Ley de Presupuesto. La Cámara de Diputados aprobó también un proyecto de ley para universalizar el uso de la factura electrónica con el fin de mejorar el cumplimiento tributario, al mismo tiempo que se reduciría el impuesto de timbres y estampillas para beneficiar a la pequeña y mediana empresa. Igualmente, se creó el Consejo Fiscal Asesor para validar los cálculos del balance estructural, entidad que verificó, para el presupuesto de 2014, las estimaciones de ingresos cíclicamente ajustados con que se define el gasto máximo compatible con la meta fiscal. 
 

Perspectivas para 2014

La reciente evolución de las economías de los Estados Unidos, el Japón y Europa, junto con un desempeño de la economía de China levemente mejor que lo anticipado, han dado origen a un moderado optimismo sobre las expectativas para 2014. Así, se proyecta que la economía mundial se expandirá a un ritmo del 2,9% y que el crecimiento se recuperará tanto en países desarrollados como en desarrollo. En ese contexto se prevé cierta aceleración del crecimiento del 
PIB de América Latina y el Caribe, que alcanzaría una tasa de alrededor del 3,3%, asociada a un entorno externo más favorable, que contribuiría a un aumento de las exportaciones. Este mayor crecimiento regional dependerá, en parte, de que continúe la recuperación en México y mejoren las cifras del Brasil, puesto que ambos países crecieron a una tasa menor que el promedio regional en 2013. 
 
Al crecimiento de la región en 2014 seguirá contribuyendo la expansión del consumo privado, aunque con aportes menores que los observados en años pasados. Esto se debe a que el ingreso disponible crecerá menos que el PIB, dado que no se producirán mejoras significativas de los términos de intercambio ni fuertes aumentos de las remesas, a que continuará la desaceleración del crédito ya observada en la región en 2013 y a que la expansión de la masa salarial será menor, dado que el crecimiento de la región probablemente no retomará la intensidad laboral que lo caracterizó recientemente y a que los incrementos salariales reales continuarán moderándose. Además, por las razones que se explican más adelante, es poco probable que la política fiscal, para la región en su conjunto, contribuya a un aumento significativo del consumo. En este contexto, alcanzar tasas más altas de crecimiento dependerá en mayor medida de las posibilidades de aumentar las exportaciones y la inversión en la región.
 
Vulnerabilidad externa


La recuperación parcial de la economía mundial podría abrir cierto espacio para que aumente el volumen exportado por la región, así como las exportaciones de servicios (especialmente turismo) y la recepción de remesas, pero el 
crecimiento de la demanda interna en la región, asociado a cierto dinamismo del consumo y a un eventual aumento de la inversión, podría dar lugar a un incremento de las importaciones superior al de las exportaciones de bienes y servicios. Lo anterior plantea el riesgo de que en América Latina y el Caribe continúe deteriorándose la cuenta corriente de la balanza de pagos, como ha ocurrido desde 2010, pero ahora con perspectivas de que el costo de financiar este déficit sea mayor, como consecuencia de una eventual reducción y reversión de los estímulos monetarios adoptados en los Estados Unidos y otros países. 
 
Debido a las expectativas de una moderación de la demanda mundial de productos básicos, se podría registrar una leve desaceleración de los flujos de inversión extranjera directa neta, y una menor disponibilidad de liquidez a nivel internacional a partir de la reducción prevista de la adquisición de activos por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos durante 2014 podría incidir en un menor ingreso de inversión de cartera y en nuevas salidas de flujos  financieros externos, en particular de aquellos más volátiles, como los depósitos de corto plazo. En suma, para la región en su conjunto es probable que la entrada de flujos netos de recursos financieros externos sea más baja durante 2014. Ello podría afectar a los países de la región de manera diferenciada, ya que las restricciones o riesgos que surgen de este escenario serán menores para aquellos países con altos niveles de reservas, un bajo nivel de endeudamiento externo y amplio acceso a los mercados internacionales de capital, y mayores para aquellos que no comparten esta situación. 

 

Políticas fiscal, cambiaria e incertidumbres

La política fiscal enfrentará mayores desafíos y la monetaria, cambiaria y macroprudencial podría mantener las mismas tendencias en la mayoría de los países. En 2014 se prevé que la reducción de la liquidez internacional se traduzca en un endurecimiento de las condiciones de financiamiento, lo que obligará probablemente a limitar el ritmo de crecimiento del gasto público, con lo que se iniciará, dependiendo del dinamismo de las economías, un período un poco más difícil de ajuste de la posición fiscal. Esta situación, junto con un entorno de demandas ciudadanas crecientes y bases tributarias declinantes, inducirá a las autoridades a considerar reformas tributarias para aumentar la recaudación, especialmente en un marco de cambios de gobiernos de varios países. Durante los primeros meses de 2014 también se espera que se mantenga en general la tendencia a relajar la política monetaria y macroprudencial en la región, con el fin de estimular el crecimiento económico en un contexto de tasas de inflación bajas en la mayoría de los países. En otras palabras, ante la desaceleración del crecimiento del crédito ya observada en 2013, se espera que en 2014 la mayoría de los países continúe adoptando medidas para expandir el volumen de crédito y reducir su costo, tanto mediante reducciones de encajes en algunos casos como mediante disminuciones de tasas de interés en otros. 

El escenario de la economía mundial en 2014 plantea oportunidades y amenazas para América Latina y el Caribe.

 

La depreciación de las monedas de varios países de la región durante los últimos meses, eventualmente reforzada por un posible redireccionamiento de los flujos financieros hacia países desarrollados, en caso de mantenerse, podría fortalecer los incentivos hacia una mayor inversión en sectores transables diferentes de aquellos en que se originan las exportaciones tradicionales de la región (productos básicos), con una reorientación del gasto destinada a reducir las presiones sobre la cuenta corriente. Lo anterior tendría que complementarse con la aplicación de otras políticas que apoyen el crecimiento, como las políticas industriales, comerciales, ambientales, sociales y laborales, atendiendo a la pequeña y mediana empresa con vistas a reducir la heterogeneidad estructural existente en la región. Podría así reforzarse la sostenibilidad económica y social de lo que debiera ser una trayectoria de crecimiento con 
progresiva igualdad, con mayores aportes de la inversión y de las exportaciones que en el pasado reciente. Como se ha destacado en otros documentos de la CEPAL, este objetivo podría lograrse mediante la suscripción de pactos 
sociales para la inversión.

 

Persisten factores de incertidumbre que han marcado el entorno externo de la región en los últimos años. Entre ellos se incluyen la contracción fiscal y el menor crecimiento de los Estados Unidos que ocasionaría la falta de acuerdo en ese país, así como las perspectivas inciertas de algunos países de la zona del euro que aún no logran superar el difícil cuadro de sus finanzas públicas en un contexto de creciente fatiga social que eleva la resistencia a los ajustes. Además, los anuncios de una reducción gradual de los estímulos monetarios en los Estados Unidos y sus efectos son solo la fase inicial de un proceso de normalización de la liquidez global y de las políticas monetarias de países desarrollados tras la crisis financiera mundial. Aún está pendiente la normalización de las hojas de balance de los bancos centrales de economías desarrolladas que se expandieron considerablemente para enfrentar la crisis, un proceso que, para recuperar su sostenibilidad, requerirá de tiempo y ajustes significativos en las finanzas públicas y privadas.

 

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