jueves,18 agosto 2022
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Innovación, sostenibilidad y RSC, ¿claves para un Planeta Responsable?

Redacción
El primer encuentro Grazia Planeta Responsable unió a ponentes de referencia mundial en sostenibilidad. La cita tuvo lugar el 11 de noviembre en el Instituto Italiano de Cultura de Madrid. El aforo estuvo completo, con un público objetivo muy interesado, en el que se dieron cita también empresarios, y caras conocidas de la sociedad y la cultura. Se citaron las iniciativas más novedosas en reciclaje y moda, en packaging ecológicos, en recuperación y optimización de los recursos naturales...

El foro liderado por Charo izquierdo, directora de Grazia, contó con la presencia de la ministra de Fomento, Ana Pastor, y estuvo compuesto por debates y mesas redondas de alto nivel. 

Con esta iniciativa, la revista Grazia ha querido dar voz a todos aquellos que apuestan por un nuevo estilo de vida, y lo ha hecho con empresas y personas que sueñan con que otro planeta es posible, de la mano de empresas responsables como ECOALF, Havas Media Group, H&M, Aveda, Ecoembes, The Coca-Cola Company, Bodegas Muga, EY “Building a better working world” y Mahou San Miguel, empresas comprometidas a mejorar el planeta a través de la innovación, la sostenibilidad y RSC, y que han sido principales patronos para poner en marcha este proyecto.

la jornada fue inaugurada por la ministra de Fomento, Ana Pastor, que afirmó que “la innovación y el conocimiento pueden hacer un mundo más responsable, pueden comprometer a las personas y a los gobiernos”. La ministra habló de un nuevo modelo económico alejado del “construir, construir, construir” que ha regido los destinos del país en los últimos 15 años. “El nuevo modelo de progreso económico debe apostar por la innovación social, la productividad y el emprendimiento. Todo desde la sostenibilidad”.

Charo Izquierdo, directora de Grazia, recogió el testigo asumiendo el protagonismo que los medios de comunicación tienen para concienciar a los ciudadanos: “Tenemos la potestad para que las cosas cambien. Creo que un mundo mejor es posible”.

Patricia Pérez, directora general Corporativa de Atresmedia, explicó que “es una alegría que un medio como la Revista GRAZIA se involucre y de visibilidad a un tema como éste”. Susana Gato, responsable de la Responsabilidad Social Corporativa de Atresmedia, incidió sobre le papel de los medios: “Muchos de vosotros estáis gestionando vuestro footprint, vuestro impacto ambiental. Nosotros tenemos que gestionar de una manera responsable nuestro brainprint, el impacto de los contenidos en la manera de pensar y en los comportamientos de las personas a las que llegamos”.

La primera dosis de realidad vino de Fernando Rodés, vicepresidente del grupo de comunicación Havas. “El capitalismo tal y como lo hemos conocido desde el año 70 se está extinguiendo. Eso lo dice gente de todo tipo, no solo los marxistas”. Su compañera Sara de Dios, Directora Global de Meaningful Brands de HAVAS Media Group, no fue menos directa: “Los consumidores no existen. Existen las personas y una vez que alcanzamos un nivel de renta para vivir, ya sea como personas o como sociedad, consumir más no nos hace más felices”.

Son torpedos a la línea de flotación del sistema establecido, porque la irrupción de Internet y la concienciación de la insostenibilidad de este modelo de producción y consumo, requieren un nuevo orden, no prolongar lo que ya conocemos y que se ha demostrado como inoperante. “Hay una innovación que solo busca prolongar lo que ya existe. Hay otra innovación que es disruptiva, que rompe con el modelo anterior y otra innovación que es transformativa”, señaló Rodés.

‘Innovación’ es la palabra mágica, porque sin ella no se puede resolver la ecuación de mayor crecimiento económico (y mayor consumo) y menor explotación de los recursos naturales, como recordó Javier Garilleti, director ejecutivo del Grupo de Sostenibilidad y Cambio Climático de EY. Garilleti también fue por la vía de la crudeza, nada de paños calientes: “En los Consejos de Administración raramente se van a tomar decisiones por razones de ética, lo harán por razones de negocio. Vale que nosotros pensemos que hay que salvar el planeta, pero una persona que funciona a corto plazo piensa ‘qué beneficio obtengo si optimizo los recursos’.

Convencer a los grandes empresarios cortoplacistas es vital. Y ya hay grandes empresas que han integrado en su ADN la importancia de la innovación y la sostenibilidad. Patricia Leiva, directora de Comunicación Corporativa, Relaciones Institucionales y RSC de Mahou San Miguel, afirmó: “Nosotros crecemos, y crecer de forma responsable es aún más difícil, porque parece que el crecimiento responsable y el beneficio económico están reñidos y no es así. Nos gustaría ser la empresa con menor huella ambiental del sector cervecero en España. La forma de hacer esto, de conseguir hacer más con menos, es ponerse a pensar, a innovar y a hacer nuevas cosas”.

Por su parte Juan José Litrán, director de Relaciones Corporativas de Coca-Cola Iberia, advirtió que es necesario “estar formado, estar educado, que haya un equilibrio social y que esto se produzca en un contexto en el que el medio ambiente es básico”.

En otra gran multinacional, Toyota, supieron ver hace 20 años un mundo que todavía no existía y empezaron a apostar por nuevos combustibles. Enrique Centeno, Director de Comunicación y Relaciones Públicas de Toyota España, explicó que con la venta de casi seis millones de vehículos híbridos le han ahorrado al medio ambiente “37 millones de toneladas de emisiones de carbono”. Toyota quiere que en 2016 los vehículos con pilas de hidrógeno sean una realidad comercial en Europa.

Porque ya no vale priorizar el máximo beneficio económico, hay que anteponer los valores. En compañías como Aveda, la marca de cosméticos naturales, han sido capaces de renunciar a un mercado como el chino, de 800 millones de personas, porque eso supondría traicionar el espíritu de su empresa. Es lo que enfatizaba Pierre Bancon, director de Aveda en España: “Nuestra misión en Aveda es cuidar del mundo en que vivimos, desde los productos que elaboramos hasta las maneras en que contribuimos a la sociedad. Como dice nuestro presidente, podemos cambiar el mundo cambiando la forma en que el mundo hace negocios”.

Pero no sólo se trata de grandes compañías, también es necesario cambiar el comportamiento de nosotros mismos y modificar la forma en que actuamos en el día a día. Catarina Midby, directora de Comunicación de Moda y Sostenibilidad H&M, recordó que el mayor consumo de energía no encuentra en la producción de prendas de vestir, sino en el uso que se da estas prendas una vez compradas (la manera en que las lavamos y también la forma en que las desechamos). Por eso H&M ha instalado en todas sus tiendas puntos de recogida de ropa usada para su reciclado y etiquetas en las que conocer cómo lavar de manera más responsable las prendas. En el uso está la clave. También lo recordó Yannick R. Van der Vaart, cofundador y CEO de Abramar y experto en urbanismo social: “El 90% de las emisiones de carbono vienen del uso de una vivienda y no de su construcción”.

Pero ¿cómo cambiar nuestra forma de vida? Y, sobre todo ¿por qué?, ¿qué razones nos damos a nosotros mismos para apostar por la sostenibilidad? Durante años hemos oído que tenemos que cambiar nuestro modo de vida por obligación, acongojados por las perspectivas catastróficas para el medio ambiente y para las generaciones futuras.

Al arquitecto Luca Lancini, Premio por Sostenibilidad Energética en Arquitectura 2012, no le vale el argumento del miedo, porque le parece inoperante: “El concepto de sostenibilidad no ha llegado al corazón de la gente porque lo hemos vendido como algo frío y tecnológico, pero hemos creado el concepto de sostenibilidad porque merecemos vivir mejor. Porque nuestro nivel de felicidad no está yendo en ascenso”. Ver la sostenibilidad como un placer y no como un deber es la clave. En esa misma idea insistía Sara de Dios: “No vamos a vivir mejor que nuestros padres, al menos a nivel material. Así que tenemos que reaprender a disfrutar de las pequeñas cosas”.

Y hay pequeñas cosas, pequeños gestos, que nos hacen sentir mejor: como reciclar. Óscar Martín Riva, director general de Ecoembes, daba un ejemplo de ello: “El 83% de los españoles declaran que separan sus residuos a diario. En el calle existen 530.000 contenedores y más de mil camiones para recoger esos residuos y siete de cada diez envases de los que consumimos cada día están siendo reciclados”.

De la pasión surgen iniciativas empresariales. Luca Lancini recordó que “las 20 empresas más grandes del mundo nacen del amor, de la pasión. No nacen del deber”. Cuando algo se hace por pasión deja de convertirse en un deber. Es el caso de las Bodegas Muga. “Mis padres me dejaron una cosa mejor de la que ellos se encontraron y yo tengo que dejar algo mejor a mis hijos. Mi familia hace vino y yo quiero que la empresa dure muchos años, por eso no sólo hay que sostener el medio ambiente, también es importante mantener el entorno social de viticultores y el paisaje”, apuntó Eduardo Muga.

Esa importancia de crear y respetar comunidades, de romper la unilateralidad del discurso y de implicar a los consumidores y al entorno donde arraiga una empresa es algo que tienen muy claro en la joven empresa de ropa ecológica ECOALF. Javier Goyeneche, fundador y presidente de ECOALF, explicó cómo implican ellos a diferentes productores locales para ofrecer productos textiles de última generación fabricados a partir de desechos: “Donde la gente ve basura nosotros vemos materia prima. Por un tema de coherencia fabricamos allí donde reciclamos material. Si reciclamos neumáticos en España, fabricamos ‘flip-flops’ en España, en este caso en Arnedo, La Rioja”.

Y si ECOALF hace productos atractivos a partir de la basura, la arquitecta y artista María Cristina Finucci, hace arte. Ella es la creadora del proyecto Garbage Patch State. Todo un Estado (con bandera en las Naciones Unidas) formado por los residuos plásticos que inundan los mares. “El arte ha sido capaz de llegar donde miles de palabras científicas no habían obtenido ningún resultado”, recordó.

La respuesta ante el reto planteado la resumió Charo Izquierdo: “Hemos aprendido que sin tecnología y sin innovación no va a haber sostenibilidad. He empezado esta mañana hablando de sueños y me voy con un agradecimiento increíble, creo que todos nos vamos de aquí con las pilas puestas”. Eso es lo que toca ahora: ponerse las pilas.

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