El hidrógeno tiene buena fama entre los ecologistas. Es una fuente de energía limpia (su combustión produce vapor de agua), pero sólo en su fase final, porque se trata de un gas muy escaso como tal en la naturaleza, y obtenerlo (por ejemplo, rompiendo con electricidad moléculas de agua) es muy caro. Y muy contaminante.
El método, publicado en la revista Applied and Environmental Microbiology, ha sido probado hasta ahora a pequeña escala en laboratorio y los autores reconocen que hacen falta mejoras. Una de sus ventajas es que produce etanol, que también se puede utilizar como combustible. En cambio, una desventaja de este enfoque es que otro de los componentes que se obtienen es dióxido de carbono.
Fuente: elpaís.com