P.- ¿Cómo puede llegar alguien a amasar una fortuna de tantos ceros?
R.- Ser rico –riquísimo- es una actitud ante
P.- ¿Seguirán estando todos en la lista cuando acabe el año?
R.- No. Algunos están bajando en el escalafón de forma estrepitosa, y puede que antes de que acabe el año desaparezcan. Me refiero a los que han logrado su fortuna por el método del “pelotazo”. Para los otros, los que se han labrado su fortuna o la han heredado, rige el dicho de que el abuelo empieza el carro, los hijos acaban el carro y los nietos acaban, generalmente, con el carro.
P.- ¿Cuál fue la trayectoria que más le impresionó?
R.- Cada uno de los 88 que aparece en el libro merece mi preferencia, en función del momento para pasar con él. Una Feria de Abril en Sevilla hay que vivirla con la Duquesa de Alba. Para visitar Santiago de Compostela elegiría a Amancio Ortega. Como modelo empresarial – relación empresario, cliente, empleado proveedor- está Juan Roig Alfonso, Mercadona, y para ir de vinos, Francisco Hernando, El Pocero. Yo diría que hay un riquísimo para cada ocasión, y su trayectoria vital y profesional es muy distinta, por lo tanto atractiva en sentido positivo o negativo.
P.- ¿Y las mujeres? ¿Se está lejos de la paridad entre hombres y mujeres ricas?
R.- No hay muchas, pero las que hay mandan mucho. La paridad aún está lejos, y más si tiene en cuenta los riquísimos que vienes, donde son más los sucesores que las sucesoras. En todo caso en el libro aparecen una decena, pero entre las 10 primeras ya se han encaramado tres. Están ahí, hay que destacarlo, por herencia o por trabajo, pero ninguna por pelotazos.
P.- Algunos de estos nombres aparecen también vinculados a algunas de las fundaciones más importantes de nuestro país. ¿Son solidarios nuestros riquísimos?
R.- Por solidaridad o por negocio, quizás por ambas cosas, nuestros riquísimos sí piensan en los desfavorecidos. El riquísimo que ha alcanzado una fortuna relevante tiene por lo general una fundación a través de la cual canalizan ayudas al tercer mundo, para la rehabilitación de edificios históricos, adquisición de cuadros a pintores jóvenes o investigación científica. Buen ejemplo de ello es