viernes,19 agosto 2022
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Justo Peral deja de presidir a los pilotos ¡Qué gran noticia!

Humor y Comunicación Política
Ya he escrito otras veces sobre Justo Peral. Desde 1911, he venido escribiendo algunos artículos sobre Justo Peral, presidente del SEPLA (Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas), de Iberia.

No lo hacía porque me resultase agradable estudiar el modo de proceder de Justo Peral y de los pilotos del Sepla, sino porque consideraba imprescindible explicar la historia y actuaciones del Sepla en las asignaturas de Teoría General de la Información y Comunicación Política. Como también me había interesado por las actuaciones de los controladores aéreos, sobre los que escribí también a comienzos de 2010.

Me convencí de que la solución de los problemas de Iberia no podía proceder de dentro de Iberia sino de que el Gobierno promueva una Ley de Huelga para que los pilotos de Iberia o los controladores no vuelvan a paralizar España cuando ellos quieran. Y también, de que los gobiernos europeos se planteen, de una vez, cómo solucionar los problemas de pilotos y controladores. Si los pilotos o controladores de una nación no se declaran en huelga, pero sí los de otras naciones, poco se habrá conseguido.

 

SEPLA= HUELGAS

Los españoles necesitamos enterarnos de cuál es la historia real de los pilotos de Iberia y de los controladores aéreos. Por eso, animo a alguno de los muchos grupos de investigación que hay en las Universidades españolas, a que trabajen sobre este asunto. Si hay una investigación cuyos autores puedan justificar con fundamentos la financiación que soliciten, es ésta.

Vamos a ver. Si las cuentas no salen mal, los pilotos de Iberia han estado de huelga más de 130 días en los últimos 33 años.

1981: Huelga de celo de 6 días.

1983: Amenaza de huelga por motivos salariales. Carlos Espinosa de los Monteros cede y los pilotos desconvocan la huelga.

1984: Laudo arbitral. El blandísimo Espinosa de los Monteros se apunta el tantito del despido del Secretario General del SEPLA (Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas), después de lograr un laudo al cabo de una huelga indefinida.

1985: Amenaza de 2 días de huelga. Los pilotos ya saben que la dirección de Iberia acaba cediendo y logran del nuevo director Narciso Andréu lo que quieren. Ya se han hecho los amos.

1986: Huelga de pilotos. Vuelven a lograr lo que quieren de Andréu.

1988: 1.200 pilotos amenazan con huelga y Andréu vuelve a ceder.

1994: Al nuevo Presidente, Juan Sáez, también le montan una huelga desde el día 28 de Diciembre, día de los Inocentes, hasta el día 8 de Enero.

1995: Vuelven a amenazar y ¿qué hace Juan Sáez? Ceder, claro está.

1995: Le han tomado la medida a Sáez y le hacen una huelga intermitente de 11 días en el mes de noviembre. De esas que son las que más daño hacen. Total: Se cancelan 3.076 vuelos de los 5.055 programados para ese periodo. Los pilotos, a lo suyo, que es hacer el bien a los españoles.

1995: En Diciembre, los pilotos, que como estamos viendo, son gente de orden, vuelven a lo suyo, amenazando con huelga y Sáez acaba aceptando que haya mediadores.

1997: Sólo hacen un día de huelga a Xavier de Irala, nuevo Presidente de Iberia. Más que nada, para mostrarle los dientes el último día de Octubre.

1998: Enero. Huelga de celo a lo grande, de esas que a los pilotos se les da tan bien hacer, sobre todo para jugar con los nervios de los pasajeros y lograr cancelaciones de vuelos.

1998: Marzo. Como se encuentran con un Presidente que no está dispuesto a ceder, pues le hacen un plan de huelga de amigo: 39 días, desde el 27 de marzo al 31 de julio, todos los lunes y viernes, así como días previos a la Semana Santa, Puente de mayo y principio de vacaciones de verano. Más que nada, para demostrar a Irala quiénes son los que mandan.

1999: Marzo. 8 días intermitentes.

2001: Huelga de celo.

2001: Cuando llega el verano, otra vez los pilotos inciden en su gran afición de hacer huelgas cuando más daño hacen a los españoles, a los turistas y a la industria turística: 19 de junio, 3, 10, 17 y 24 de julio y 6, 13, 20 27 y 31 de agosto. Sólo les faltó dedicar esos días a Ejercicios Espirituales para rematar el bien que estaban haciendo a todos. Acaba con un laudo de Federico Durán.

2006: Como las golondrinas de Bécquer cuando llegan cada año, regresan los pilotos a su gran afición de hacer el bien a los demás: Huelgas los días 10 de julio, 11, 12, 13, 14, 15 y 16 de julio. Desconvocan el día 12 porque Iberia cede.

2008: Huelga de celo.

2009: Sigue la huelga de celo. Ahora Iberia es la que se siente fuerte para iniciar 41 expedientes. Al final, el 22 de enero se firma un preacuerdo.

2011: Dos días de huelga, haciéndose los buenos ante los españoles y los turistas. También anuncian sólo 24 días de huelga y Justo Peral, su jefe, se quita definitivamente la careta. Lo suyo es perjudicar lo más posible a los usuarios de Iberia.

También conviene investigar los motivos que ellos proclamaban para declararse en huelga. En otra columna pondré ejemplos sobre sus motivos. De momento, sólo pondré uno: Del 25 al 30 de Julio de 1981 hicieron huelga porque se negaban realizar labores laterales (lo que ellos entendían como funciones que no eran de su competencia). Al mismo tiempo, reclamaban una subida salarial superior a la convenida con el resto de los trabajadores. Pues bien, no lograron sus objetivos, porque acabaron aceptando la misma subida salarial que el resto de sus compañeros. Lo que sigue suscitando ironía, sarcasmo y guasa es la explicación que dieron para finalizar la huelga: “patriotismo y el amor que le tienen a Iberia”. En cuanto al “patriotismo”, se lo demostraron a los españoles inmediatamente, pagándoles con una huelga la formación que muchos de ellos habían recibido en el ejército a costa de los impuestos de todos. Y durante todos estos años, quienes se suben a los aviones han ido poniendo comillas a su “patriotismo”, porque ya en aquella primera huelga establecieron cuál iba a ser su agenda en adelante: la defensa de sus privilegios contra todo y contra todos.

Ahora bien, ¿por qué ser pesimistas ante este grupo? Nos pueden prestar un gran servicio a los españoles, provocando con su comportamiento que el Gobierno se decida a presentar, cuanto antes, una Ley de Huelga.

Los hechos de Peral han confirmado lo que yo avanzaba en mis artículos

Justo Peral desafió al nuevo Gobierno del PP, de 2011, creando un grave problema político consistente en que una minoría, muy minoritaria, llegase a perturbar la «eutaxia», es decir, el «buen orden social», cuyo mantenimiento es la finalidad fundamental del poder político. Después de 30 años de huelgas del SEPLA- y no nos olvidemos tampoco de los controladores aéreos-, creando problemas innumerables a los españoles, Peral propuso nada menos que 23 días de huelga.

Era una situación que recordaba la que el sindicalista minero Arthur Scargill planteó a Margaret Thatcher en marzo de 1984, al comienzo de su segundo mandato. Scargill pensaba que podría hacer caer al gobierno de la Thatcher, si ésta no accedía a sus reivindicaciones. Ya había hecho dimitir al Primer Ministro Edward Heath en 1974. Scargill, en su torpeza gamberra, no se dio cuenta de que las circunstancias habían cambiado enteramente. En tiempos de Heath, había un clima de bonanza económica, sin apenas paro. En tiempos de Thatcher, tres millones de parados. La sociedad dio la espalda a los mineros y Scargill perdió el pulso.

Lo mismo le ha ocurrido a Justo Peral. Toda su vida cargará con el estigma de que, bajo su mandato, Iberia despidió a bastantes pilotos a los que él representaba y a muchos trabajadores de Iberia no privilegiados como los del SEPLA. Y no ha sido el Gobierno, no; ha sido la misma compañía a la que él y sus antecesores han estado combatiendo con saña durante tantos años. Es el resultado del anquilosamiento de las reivindicaciones insaciables y de la carencia de ideas. Porque ése es el otro ángulo de esta triste historia y tampoco hace falta ser un lince para detectarlo.

 

No ha habido, ni hay, un Willie Walsh en el SEPLA

 

Después de establecer el marco político general, voy a emplear algunas de las ideas que ya he expuesto en otros artículos.

Lo que más molesta de la situación de Iberia es la ramplonería del SEPLA, de donde no ha salido un piloto que haya sido tan creativo como Willie Walsh, consejero delegado de IAG -la sociedad holding propietaria de Iberia y de British-. Willie Walsh fue piloto, también consejero delegado de Air Lingus, después consejero delegado de British Airways. ¿Hay alguien que se imagine que Justo Peral, o que el célebre Jaime Lacasa habrían podido llegar a ese puesto? Claro que no. Y va Peral, y dice que los males de Iberia vienen del plan de Walsh. ¡Pues haber sido tan listos como él!. Suponiendo que lo que diga Peral sea cierto, porque lo mejor es acertar pensando lo contrario de lo que Peral afirma.

Sí, a los del SEPLA le gustaría mandar en Iberia, pero se encuentran a una distancia estratosférica de Willie Walsh. Lo que debió de reírse Walsh cuando vio aparecer a Peral con un representante sindical de British y a éste diciendo que, aunque apoyaban legalmente al SEPLA, los de British no irían a la huelga. Walsh sí sabía, y muy bien, que fueron los sindicatos quienes se cargaron la fantástica industria automovilística inglesa. ¿Quién se acuerda ahora de la British Leyland?

A lo único que se ha aferró Justo Peral durante 2012 es al informe de una consultora. No sabe que al dictamen de una consultora se le puede oponer otro, como un refrán tiene otro que lo contradice. También se ha agarrado a lo que él llama «la letra pequeña» del acuerdo Iberia- British Aiways. ¡Qué pena da leer un documento de la Web de los pilotos que ellos titulan Cómo ha llegado Iberia a esto!. Es una teoría baratísima de la conspiración y un quitarse los pilotos toda la responsabilidad. Decía Ortega que las verdaderas ideas son las de los náufragos. Lo malo es que los del SEPLA nunca se han sentido náufragos, sino privilegiados.

 

Los pilotos de Iberia, víctimas de la «mentalidad de grupo».

 

A pesar de que son miles, podemos interpretar muy bien lo que les ha ocurrido a los pilotos de Iberia como grupo. Si algunos de ellos hubieran leído la obra de Irving Janis, Víctimas de la mentalidad de grupo, se hubieran visto reflejados como en un espejo y quizá ahora no estarían abocados a irse a sus apartamentos o a sus chalets con piscina. El primero síntoma es la ilusión de la invulnerabilidad. Esta ilusión tiene lugar entre los diversos miembros del grupo que, al pensar en un acuerdo mítico, evitan tratar las dificultades con la razón.

Es exactamente lo que les ha ocurrido a los controladores y ahora, a los pilotos. Como se han acostumbrado a que sucesivos gobiernos, del PP y del PSOE, incluido el actual, hayan cedido ante sus desmesuradas exigencias, se han creído invulnerables. Pues los hechos confirman que les ha caído encima una gran losa.

Los miembros del grupo racionalizan para desechar las advertencias que podrían hacerles reflexionar las cosas que dan por supuestas. Es lógico que, al reforzarse así continuamente, mantengan una creencia incuestionable en la moralidad inherente del grupo, que lleva a sus miembros a ignorar las consecuencias de sus decisiones… Los pilotos han seguido al pie de la letra este síntoma durante treinta años. Los afectados, que han sido, son y serán cientos de miles, o millones de españoles y extranjeros, no olvidan las faenas que los pilotos de Iberia les han hecho.

Al ser víctimas de su propia cohesión, surge la imagen negativa de «Éllos». Ven a los líderes enemigos con estereotipos: o demasiado malos como para garantizar intentos genuinos por negociar, o demasiado débiles y estúpidos, es decir, fáciles de vencer. De esta manera, la pérdida del sentido de la realidad está asegurada. Así es como Justo Peral y su SEPLA han considerado a Iberia y a todos los que critican su actitud y sus acciones. Ellos y los controladores tendrían que patentar un insultómetro.

Cerradas así las fronteras del grupo hacia afuera, vienen los esfuerzos para forzar todavía más la cohesión. El quinto síntoma es que cualquier miembro que razone contra las ideas fijas del grupo, incurre en deslealtad.

¿Conocen ustedes a algún grupo de pilotos que se haya opuesto a Peral? ¿A que no? Pues con eso está confirmado el quinto síntoma que Janis distinguió. Y espero que algún periodista de investigación entre a fondo en el asunto de los correos electrónicos que van firmados por Peral y con pretensión de publicidad. Si son de Peral esos correos, conviene que aparezcan en los medios de comunicación.

Para evitar que los demás les rechacen, los componentes del grupo se autocensuran, quitando importancia a sus dudas y argumentos contrarios. ¿Se autocensuran? Muchos de ellos han estado encantadísimos, con tal de seguir ganando tanta pasta. Pero ¿y cuando unos se han ido a la calle y otros se han quedado? Una de las consecuencias de la derrota de Scargill es que dividió a muchas familias y enfrentó a sectores de trabajadores. Si por familia entendemos el SEPLA y por sectores a los trabajadores a los que Iberia va a despedir y que no son pilotos, el futuro va a estar lleno de nubes cárdenas.

El séptimo síntoma es la ilusión de la unanimidad. Sí, los pilotos y controladores aéreos han mostrado un comportamiento prácticamente unánime y, como el Gobierno retrase la presentación de la Ley de Huelga y si los usuarios no les hacen frente en los tribunales, volverán a hacer lo mismo.

Finalmente, surgen «guardaespaldas mentales», dedicados a proteger al grupo de la información adversa que podría hacerles despertar. Sin que nadie les nombre, se creen con derecho a reducir al silencio a los disidentes.

Por más que Peral y los suyos proclamen sus buenas intenciones, hay un hecho claro: Poco a poco están engordando la imagen de British Airways a costa de la imagen de Iberia. ¡Qué grandes patriotas!

Pienso que Iberia hubiera sido muy distinta si hubieran permanecido más tiempo, en su puesto de presidentes del SEPLA Jorge Caballero y Alfonso Castrillo. ¡Cómo verían las cosas que se fueron después de un mandato muy breve!.

 

Un rayo de esperanza por los resultados de las últimas elecciones

 

He estado investigando en Internet cuál fue el porcentaje de votos que Justo Peral consiguió en 2007. No lo he logrado. Y me interesa mucho saberlo.

Lo que sí conocemos ya son los resultados de las elecciones celebradas para elegir al nuevo presidente del SEPLA. La candidatura de Luis Tapia, que representa la línea continuista de Justo Peral ha conseguido un 40,5% de los votos; en segundo lugar, José Manuel Durán ha obtenido el 35%, y Fernando López ha contado con un 22%.

Ésta es la herencia del “histórico líder”, Justo Peral. Un SEPLA dividido. Si se juntan Durán y López, ¿qué va a hacer Tapia?

 

Justo Peral ha afirmado que su pasión es volar. Claro, por eso lleva siete años al frente del SEPLA. Los posibles pasajeros esperamos que se dedique a actualizar sus destrezas, pues en siete años, la técnica ha avanzado que es una barbaridad, como decía aquel personaje de La verbana de la Paloma.

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