Sin esa perspectiva ni la de la total falta de transparencia legal e incluso fiscal, según fuentes del consejo editorial de Ibercampus.es, resalta al respecto la prensa financiera que el sector que acumula transacciones por más de 2.300 millones de euros en apenas dos años y medio.
Compras especulativas que empezaron por las universidades privadas y se han extendido a las academias y ahora a la propia formación profesional de cara a los años que se esperan de mayor reciclaje profesional en España debido a la digitalización y a sus avances en todas las tareas y profesiones más rutinarias, por lo que con la Estrategia España 2050, mediante la cual España se encomienda al envejecimiento demográfico para impulsar la educación sin disparar el gasto y con los campus universitarios como principales centros de ese reciclaje.
En el caso de la compra de Medac, el movimiento de KKR sigue la estela de otros grandes fondos como CVC y Permira, que están protagonizando diferentes procesos de consolidación a través de sus inversiones en la Universidad Alfonso X El Sabio y la Universidad Europea, cuya falta de transparencia y presunta irregularidad ya resaltaba Ibercamnpus.es en las ventas especulativas de las universidades privadas AlfonsoX y Europea.
El desembarco de los fondos buitre
Las universidades privadas irrumpieron en la España de los años noventa legalmente con apoyo del secretario de Estado y luego ministro Alfredo Pérez Rubalcaba, quien dió a los nuevos campus privados cobertura legal aunque libró a las universidades de funcionarios dispuestos a forrarse.
Pero recibieron su máximo apoyo siendo Consejero de Educación de la Comunidad de Madrid (1999-2001) el también fallecido Gustavo Villapalos, antes rector de la Universidad Complutense, cuyo mandato ayudó a alumbrar seis campus privados: CEUSan Pablo, Europea de Madrid, Alfonso X el Sabio 4, Antonio de Nebrija, Camilo José Cela y Francisco de Vitoria, mientras que en ese tiempo se creaba la única universidad pública desde entonces: la Rey Juan Carlos.
El cambio de titularidad de una Universidad privada necesitaba autorización expresa por parte de la Administracion Autonómica.
Como la CAM autorizó en su día la compra de la Universidad Europea por parte de una Sociedad Anónima que cotizaba en la Bolsa de Nueva York (operación que desde la Administracion algunas opiniones alertaron de ilegal sin consecuencias administrativas ni judiciales), los fondos de inversión buitres se aprestaron a recoger ganancias millonarias y vender sus activos a otros fondos de inversión extranjeros, aunque en todas las operaciones registradas la falta de transparencia no ha llegado a permitir aclarar si con autorización administrativa o sin autorización.
Al margen de la legalidad o no de esas operaciones (como las anteriores, KKR & Co es una multinacional de administración de fondos de inversión y capital de riesgo legalmente constituida y especializada en compras apalancadas (altamente especulativas), con sede en Nueva York y desde sus inicios en 1976 ha completado más de 400 000 millones de dólares de inversiones de capital riesgo, por lo que en 2018 declaró ingresos de 2,396 miles de millones de dólares.
El problema es que toda la "industria" EdTech, que tanto afecta a los curriculos educativos de los jóvenes profesionales españoles, son start ups vulnerables a fondos buitre, lo que desde hace años se veía en universidades que engrosaban valor para esos fondos hasta por sus inmuebles y luego se ha visto con KKR en la preparación para oposiciones y la formacion profesional.
Mientras por ejemplo el Gobierno de Sánchez y 65 empresas u ONGs firmaban a finales de mayo pasado la Alianza por la FP y anuncian 9.000 millones,13% de fondos UE. Tendencias que esos fondos europeos y el negocio la digitalización de las universidades ha disparado con la pandemia en 2021.
Mientras el Gobierno ya ha tomado medidas para frenar el impacto de esta burbuja de reciclaje en la calidad de las Universidades, con el decreto Castells contra los chiringuitos universitarios, la FP Superior, en pleno prceso de modernización para cumplir las expectativas de creación de empleo, sobre todo entre los jóvenes.
Desembarco en la FP
KKR ha logrado ahora, en apenas un mes veraniego, un acuerdo con el fundador y presidente, Paco Ávila, y con el fondo Queka Real Partners, accionista de referencia.En poco más de una década, Ávila ha convertido Medac en el referente de la educación en grados de Formación Profesional, con Andalucía como mercado de referencia. Para dar el salto al resto del país y acelerar su crecimiento, el emprendedor malagueño se asoció en 2018 con el fondo Queka, de nueva creación aunque comandado por veteranos como Patrick Gandarias.
Estos números convierten en extraordinaria según analistas financieros la inversión de la firma española, que con la venta a KKR consigue casi un retorno equivalente al tamaño de su primer fondo de 150 millones. De esta manera, Queka habrá logrado un ‘homerun’, un hito más común en el segmento de las ‘startups’, donde nuevos proyectos de éxito multiplican tamaño y valor en cortos periodos de tiempo.