O que la brecha se ha reducido a apenas un tercio del nivel que alcanzaba en 1998, con más de 30 puntos menos desde el – 45,71% anotado entonces. Pero los datos tienen varios matices que no invitan al optimismo.
Para empezar, ese mínimo histórico es apenas cuatro décimas inferior al 14,97% registrado en el mismo periodo de 2014.
Además, esta evolución no se acompaña de una evolución similar en el acceso a las posiciones directivas en empresas y organizaciones. La brecha en este caso es tres veces superior. Además, sólo se ha reducido en 9 puntos desde 1998.
El enigma estadístico
En el gráfico se apreciar una ruptura de la serie en el primer trimestre de 2011, debida a los cambios metodológicos introducidos por EUROSTAT.
Sin embargo, dichos cambios no explican la congelación posterior en la tendencia de reducción de la brecha de género en el empleo en general, ni su distancia con la del empleo entre las directivas.
Este escalón no se produce en las estadísticas al compararnos con la media de la UE, cuyo registro arranca en 2005. En el siguiente gráfico se puede apreciar con mayor claridad.
Sin embargo, el resultado. a llegar a 2021 es prácticamente el mismo.
Un problema europeo
La ventaja de usar datos de EUROSTAT, pese a este resbalón en la seria, es apreciar que la situación de España no es excepcional en la Unión Europea.
De hecho parece que ha reducido más la brecha de género general que el resto de países, si bien, en la segunda fase de la crisis financiera esta mejoría se ha frenado.
Si analizamos los último datos disponibles para cada uno de los 27, correspondientes al primer trimestre de 2021, vemos cómo se sitúa nuestro país entre cada uno de nuestros vecinos. .
Nuestras brechas quedan por debajo incluso de potencias del empleo como Alemania, aunque superamos en desigualdad laboral a nuestros vecinos franceses y portugueses y a varios países del este.
Es un comportamiento que también observamos al analizar el papel de la mujer en la economía del conocimiento.
Y que nos obliga a volver a poner el acento en la mejora de la integración del empleo femenino en el contexto de la transformación económica impulsada por los fondos europeos.