Fernández dejó un puesto en el área de tesorería y mercado de capitales de un grupo bancario para ejercer en el CEU como profesora de márketing y comercio electrónicos, función que compagina con su puesto directivo. Desde esa posición, aprovecha para expresar un cierto descontento por la poca importancia que prestan los planes de estudio a la enseñanza no presencial.
Pregunta. En qué consiste la oferta de educación en línea de la Universidad San Pablo, y cuáles son las expectativas de la institución?
R. Ante todo, hay que hacer una distinción. Por un lado, está el campus complementario, un entorno de enseñanza que le sirve al profesor como una herramienta complementaria de la enseñanza presencial, y que da cobertura a cerca de 10.000 alumnos. Para acceder a esa zona, que actúa como una especie de intranet, el alumno tiene que introducir un nombre de usuario y una clave que se le facilita en el momento de matricularse.
Y luego está el Campus Virtual, que imparte, a través de Internet, títulos propios de posgrado y cursos de forMación continua de gestión y ofimática, entre otros.
Volviendo al primero de ellos, la puesta en marcha del campus complementario se llevó a cabo, en fase de pruebas, en el curso 2001-02.
¿Qué puede encontrar el alumno ahí? Una serie de servicios adicionales, como orientación para buscar trabajo, información sobre actividades culturales, y gestiones administrativas: casi todos los documentos que requieren rellenar un impreso estarán disponibles próximamente en el campus virtual (algunos servicios ya están operativos, otros están en marcha).
P. ¿De qué manera pueden intervenir los alumnos?
R. Los profesores tienen, en ese entorno, una serie de recursos pedagógicos. Por ejemplo, cada docente tiene una lista de distribución para cada una de sus asignaturas que le permite intercambiar mensajes de correo electrónico con los alumnos, proponer trabajos, debatir sobre cualquier asunto relacionado o compartir documentación.
El sistema está creado de manera que los alumnos sólo tienen acceso a los contenidos de la asignatura y profesor en los que están matriculados. Una vez dentro, pueden tener tutorías en línea con sus profesores y su tutor asignado, realizar trabajos en grupo, etcétera.
La filosofía de ese área es llevar el concepto de comunidad universitaria a Internet: cafetería virtual, tablones de anuncios, tertulias interactivas, y foros, además de servicios públicos. Esperamos que muchos alumnos moderen foros sobre aunstos que les interesen.
P. ¿Un alumno puede crear su propia lista de correo?
R. Si pide autorización, sí. Queremos tener un control de los temas. No se trata de tener un control desmesurado, pero sí de evitar cosas que vayan en contra de la ideología de la casa.
P. En cuanto al Campusvirtualceu.com, ¿cómo están estructurados sus contenidos?
R. El campus virtual es la división de formación en línea de la Universidad San Pablo. Esa oferta incluye, por un lado, formación específica para profesionales, directivos y empresas y formación de posgrado para titulados. Así, las posibilidades de que se ofrecen van desde un máster en finanzas a un curso sobre derecho medioambiental, de habilidades directivas o de ofimática. Estos últimos tienen una carga académica en torno a los 6 créditos (60 horas).
P. ¿Cómo está funcionando el "reciclaje" del profesorado para impartir cursos por Internet?
R. Se ha dado cursos de formación al profesorado para adaptar los contenidos al nuevo entorno. Ahora bien, un profesor no tiene por qué disponer de tiempo suficiente, o de la suficiente familiaridad con las nuevas tecnologías como para adaptar por sí mismo su método pedagógico.
Para ello se cuenta con un equipo específico cuya función es adaptar las lecciones para su asimilación a través de Internet.
P. El profesorado del CEU, ¿ha tenido muchas dificultades al utilizar una plataforma basada en Internet como vía de comunicación con sus alumnos?
R. Recibieron formación, de forma voluntaria, 300 profesores. Al principio les propusimos unas serie de herramientas con las que podían interactuar con los estudiantes y gestionar el material docente. Después evaluamos si los docentes estaban usando correctamente esas herramientas, y hemos acabado creando nuestro propio departamento de soporte para el profesorado.
P. ¿En qué tipo de programa o entorno de aprendizaje está basado el campus virtual del CEU?
R. Estuvimos mirando dieciséis plataformas distintas. Todas las que tienen alguna relevancia son tecnológicamente muy similares. WebCT es el número uno, y es barato, pero nosotros tuvimos muy en cuenta, a la hora de elegir, la proximidad en cuanto al soporte, la consultoría y el apoyo necesario para impulsar los comienzos de esta oferta educativa. También era muy importante que el entorno elegido fuera multicampus, esto es: que tuviera una dependencia tecnológica entre los diferentes campus de la USP pero que permitiera independencia de gestión. Al final optamos por NetCampus.
P. ¿Puede explicar algunas de las cuestiones que afectan al proceso de elaboración de contenidos?
R. Hemos intentado que los contenidos no pesen demasiado en la Web, de manera que no se fuerce al alumno a que tenga una línea ADSL (acceso a Internet de capacidad superior a las líneas convencionales). Los cursos destinados a ejecutivos incorporan flash y otro tipo de diseño más elaborado, pensado para su integración en la red corporativa de una empresa.
P. El alcance de esta iniciativa va más allá, entonces, del ámbito estrictamente universitario…
R. Parte del enfoque de este departamento es ofrecer sevicios de formación a medida para las empresas, ya sea con contenidos propios o con material proporcionado por la organización. Entre las opciones que damos es el carácter presencial, no presencial o semipresencial de los cursos, la incorporación de emisiones audiovisuales (streaming) y la creación de contenidos con la marca de la propia empresa o la de la Universidad San Pablo. Al fin y al cabo, tenemos 600 profesores en la Universidad, y eso es un lujo, tanto en contenidos como en soporte. También hacemos planes de formación a corto y medio plazo, con créditos acumulativos.
P. ¿Cómo se puede garantizar la calidad de la formación en línea?
R. En primer lugar, mediante la homogeneización de contenidos. El material de cada asignatura está elaborado por un equipo de profesores, que elaboran un conjunto de lecciones común, supervisado por el director del departamento. Dicha homogeneización se complementa con lo que llamamos el entorno virtual del profesor, donde éste puede interactuar como quiera con los alumnos: proponer ejercicios, abrir foros, incluir documentación adicional, etcétera.
Luego, el contenido entregado por cada profesor pasa a una comisión de calidad, que lo evalúa y lo pasa a los equipos de traspaso, que se ocupan de la transformación metodológica y del diseño para la Web.
Por último, está la figura del profesor virtual, que puede o no coincidr con el profesor de la asignatura, pero que se responsabiliza de la tutoría de los alumnos, y a quien se le exige una dedicación muy concreta. ¿Cómo se mide esa dedicación? En número de horas, en los foros que modera, en las preguntas resueltas, el tiempo de respuesta de cara a los alumnos y los ejercicios propuestos, entre otros factores.
Al final, y sin dejar de lado el espíritu de la Declaración de Bolonia ni las tendencias en cuanto a la acreditación de la formación impartida por las universidades, creo que se tenderá al sistema de ranking o clasificación de centros y estudios que impera en Estados Unidos.
