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La economía no volverá a crecer a niveles previos a la crisis, según el FMI
El Fondo Monetario Internacional (FMI) adelantó este martes algunas conclusiones de su informe sobre Perspectivas Económicas Globales,a publicar la semana que viene. Lo más destacado de la "nueva realidad económica" es que las tasas de crecimiento potencial se han reducido notablemente y no volverán a recuperar el ritmo anterior a 2008. El guardián de la cooperación monetaria asume así algunas ideas del economista Piketty sobre el efecto de la menor población, no tanto de la mayor desigualdad.
El envejecimiento de la población, la menor productividad y la débil inversión privada, que afectan tanto a las economías avanzadas como a las emergentes, hacen que la tasa de crecimiento potencial durante los próximos cinco años sea muy inferior a la registrada antes de la crisis. Esta tesis de la desaceleración, ante la que el economista francés Thomas Piketty recomendó al PSOE y a Podemos promover las inversiones en educación tras presentar en Madrid y en foros europeos su libro El Capital en el Siglo XXI,fue anticipada por el FMI hace dos semanas en otro informe sobre el comercio mundial.
Ahora, ante el informe de Perspectivas que tradicionalmente se publica con motivo de su cumbre de primavera y otoño, la conclusión del informe del FMI es que todo ello planteará nuevos retos para las políticas, como el logro de la sostenibilidad fiscal. El aumento del producto potencial tendrá que ser una prioridad en las grandes avanzadas y emergentes.
Así, según cálculos del FMI, el crecimiento de las economías avanzadas no superará el 1,6% de aquí a 2020, frente al 2,4% registrado antes de 2008. En cuanto a las economías emergentes, el crecimiento potencial registrado entre 2001 y 2007, que llegó al 7,4%, no superará el 5,2% de media entre 2015 y 2020.
El producto potencial es el nivel de producción congruente con una inflación estable (sin presiones inflacionarias ni deflacionarias). Es difícil estimarlo y aún más difícil pronosticar su trayectoria, dado que el producto potencial de una economía no puede medirse directamente. A largo plazo, la tasa de crecimiento del producto potencial (crecimiento potencial) depende del aumento de la oferta y la productividad del capital y la mano de obra. El aumento de la oferta de mano de obra depende, a su vez, del crecimiento de la población en edad activa y de las variaciones de las tasas de participación en la fuerza 2 laboral; el ritmo de crecimiento del stock de capital depende de la inversión y el stock inicial de capital.
La productividad de estos dos factores está determinada por mejoras de los procesos comerciales y la innovación tecnológica. Al analizar las tendencias que siguen estos factores, los economistas pueden hacer inferencias en torno al crecimiento potencial, aun si no pueden medirlo directamente.
Antes de la crisis, el crecimiento potencial comenzó a disminuir hacia el 2000 en las avanzadas, al mismo tiempo que aumentaba en las de mercados emergentes. En ambos casos, esto se debió principalmente a variaciones del aumento de la productividad. En las avanzadas, la disminución fue más que nada reflejo de una desaceleración tras un período de crecimiento excepcional atribuible a innovaciones en el ámbito de la tecnología de la información; entre tanto, en las de mercados emergentes, el aumento fue atribuible sobre todo a la transformación estructural y la expansión de las cadenas de valor mundiales y regionales, que estimularon las transferencias de tecnología y conocimiento.
Tras la crisis, el crecimiento potencial disminuyó tanto en las avanzadas como en las de mercados emergentes. A diferencia de las crisis financieras anteriores, la crisis financiera internacional ha estado relacionada no solo con una reducción del nivel del producto potencial, sino también con una reducción de su tasa de crecimiento. En las avanzadas, el crecimiento potencial disminuyó de algo menos de 2% durante el período previo a la crisis (2006–07) a aproximadamente 1½% en 2013–14, debido a un menor crecimiento del capital y a factores demográficos adversos ajenos a la crisis. En las de mercados emergentes, el crecimiento potencial disminuyó alrededor de 2 puntos porcentuales durante este período; esta variación es atribuible en su totalidad a un menor aumento de la productividad total de los factores.
Se prevé que el crecimiento potencial de las avanzadas aumente ligeramente, de un promedio de alrededor de 1,3% en 2008–14 a 1,6% en 2015–20. Ese aumento es muy inferior a las tasas previas a la crisis (2¼% en 2001–07) y se debe al efecto negativo de factores demográficos y al aumento paulatino del crecimiento del capital respecto de las tasas actuales a medida que el producto y la inversión se recuperan de la crisis (gráfico 1, panel 1). En las de mercados emergentes, se prevé que el crecimiento potencial disminuya más, de un promedio de alrededor de 6,5% en 2008–14 a 5,2% en 2015–20.
Esta caída es resultado del envejecimiento de la población, las restricciones estructurales que pesan sobre el crecimiento del capital, y un menor aumento de la productividad total de los factores a medida que estas se acercan a la frontera tecnológica. Comparada con la situación que existía antes de la crisis, esta desmejora de las perspectivas de crecimiento potencial a mediano plazo plantea nuevos retos para las políticas.
Consecuencias políticas
Tanto en las avanzadas como en las emergentes, la disminución del crecimiento potencial dificultará la tarea de mantener la sostenibilidad fiscal. Probablemente guarde relación también con el bajo nivel de las tasas de interés reales de equilibrio, y por ende la política monetaria de las avanzadas podría verse enfrentada una vez más al problema del límite inferior cero si se materializan shocks adversos para el crecimiento. Aumentar el producto potencial es una prioridad para las políticas de las avanzadas y emergentes.
Las reformas necesarias para lograr este objetivo varían según el país. En las avanzadas, es necesario seguir respaldando la demanda para neutralizar los efectos de su dilatada debilidad en el crecimiento de la inversión y el capital, así como el desempleo. Las reformas estructurales y un mayor respaldo a la investigación y el desarrollo son críticos para estimular la oferta y la innovación. En las de mercados emergentes, es necesario incrementar el gasto en infraestructura para eliminar cuellos de botella críticos, y las reformas estructurales deben estar dirigidas a mejorar el clima empresarial y los mercados de productos y a promover la acumulación de capital humano.
El código del vídeo del acto de presentación es:
http://bcove.me/v4kic9ah