Cada uno de los cinco países anfitriones de PRACE (Francia, Alemania, Italia, España y Holanda) se compromete a realizar una inversión de 100 millones de euros en un supercomputador. En el caso español, se ha alcanzado un acuerdo de cofinanciación entre la Generalitat de Cataluña y el Ministerio de Ciencia e Innovación para albergar uno de estos superordenadores en el Barcelona Supercomputing Center- Centro Nacional de Supercomputación.
Estas máquinas se pondrán en marcha de forma escalonada para que, pese al breve periodo en que son verdaderamente competitivas, en conjunto permitan a los socios de PRACE contar durante más tiempo con, al menos, un ordenador que sea el más potente o uno de los más potentes del mundo.
“Contar con capacidad de cálculo suficiente es un activo decisivo para el desarrollo científico y tecnológico de un país”, ha afirmado el secretario de Estado de Investigación, Felipe Pétriz durante el acto inaugural de PRACE al que también ha asistido el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla. “Conscientes de esta realidad, desde el Gobierno, y en colaboración con la Generalitat, apoyamos la puesta en marcha del Centro Nacional de Supercomputación situado aquí en Barcelona y de una red Nacional de Supercomputación para dar servicio a la comunidad científica española, y también con esa realidad en mente apoyamos la participación de España en PRACE”, ha añadido Pétriz.
La infraestructura ya cuenta hoy con un primer supercomputador operado por el socio alemán GAUSS. Se trata del IBM BlueGene/P JUGENE, ubicado en Julich (Alemania) y es el ordenador más potente de Europa y el cuarto del mundo con una capacidad de cálculo de un petaflop. PRACE inició su andadura abriendo el pasado mes de mayo la primera convocatoria para recibir propuestas, en la que pueden participar instituciones públicas y privadas europeas sin distinción geográfica, y donde se aplican estrictamente criterios de excelencia científica y técnica.
Mare Nostrum, el actual supercomputador del Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona ha ayudado a simular la formación del Universo; la mejora en el conocimiento de enfermedades tales como el cáncer o la artritis reumatoide; la recopilación de simulaciones de proteínas; la mejora en la extracción de petróleo o la predicción de la calidad del aire de la Península Ibérica. Los ordenadores de PRACE podrán dedicarse a tareas mucho más complejas y suponen un salto enorme en su capacidad, al menos, cien veces mayor.
PRACE es una Asociación Internacional sin Ánimo de Lucro y tiene su sede provisional en Bruselas.