Contrastan con la Vila de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) con 230 hectáreas, 14 facultades, y más de 20 institutos y centros de investigación en el propio campus y un edificio con 217 apartamentos para profesores y posgrados, según publica el diario El País.
El presidente de la Asociación Española de Colegios Mayores y Residencias Universitarias, José Luis Muzquiz, lo deja claro en la misma información: los proyectos de investigación europeos requieren desplazarse a otros campus y, a su vez, invitar a profesores extranjeros al propio.
Cuando se crearon algunas de las facultades en los setenta, la demanda provenía de estudiantes de provincias. Pocos. Después aumentó con la creación de nuevos centros y, sobre todo, con programas como el Erasmus y, actualmente, con la readaptación para incorporarse al Espacio Europeo de Educación Superior, fruto del proceso de Bolonia que implica la libre circulación de conocimiento, estudiantes y profesores universitarios.
Oferta escasa se corresponde con una débil demanda. Y para el despegue, en las universidades falta capital y flexibilidad para moverse en un mercado regido por las leyes de la hostelería. La solución ha venido de la mano de fundaciones y del sector privado, que movía 425 millones de euros hace dos años, según la consultora DBK. Contabiliza 89.600 plazas repartidas en unos 200 colegios mayores y 885 residencias.
Fuente: El País