Esta irrupción de lo femenino en el deporte es totalmente novedosa y se viene produciendo de manera más pronunciada durante los últimos cinco años. De esta forma, la mujer se ha incorporado al escenario deportivo con una identidad propia y diferente a la de los varones.
En la Universidad de Extremadura, María Méndez esta realizando una tesis doctoral sobre este tema.
Las mujeres, más apasionadas
Su investigación abarca dos aspectos: el estudio de la participación femenina en el deporte en relación con la celebración, la tensión en las gradas y la violencia; y por otro lado, el análisis de los rasgos que podrían constituir una estética propia de la mujer.
Para la investigadora, la mujer utiliza su cuerpo como apoyo a una causa deportiva, “es incluso más patriota” a la hora de animar a su equipo. En todas las fotografías o imágenes relacionadas con espectáculos y competiciones deportivas, se puede ver a mujeres ataviadas con enormes banderas, pintadas de forma minuciosa: “tardan mucho tiempo en arreglarse antes de asistir a un partido. Se lo toman mucho más en serio que ellos”, afirma María Méndez.
Uno de los ejemplos más claros de este fenómeno ha sido el pasado Mundial de fútbol celebrado en Alemania, durante el que se podía ver a efusivos grupos de animadoras e hinchas femeninos de culturas tan dispares como la escandinava o la brasileña. Un caso muy llamativo para la investigadora es la imagen de una embarazada con su barriga pintada.
Para la experta, el estudio se enmarca en el proceso global de liberación femenina, “ahora le toca el turno al deporte”. En estas formas de participación se está imponiendo una imagen femenina propia que está resultando generalizada, independientemente de las razas, credos o lugares del mundo en que se produce, y que se podría definir como el lenguaje estético de la mujer como espectadora en el deporte.
Para elaborar su estudio, esta licenciada en Bellas Artes rastrea permanentemente Internet y los diferentes medios de comunicación de carácter deportivo. Es en la Red donde se suelen colgar las imágenes más curiosas y significativas, apunta la autora de la tesis.