Estos empleos suponen el 37,4% del total, por debajo de la media europea, que se sitúa en el 40%, por debajo incluso de Grecia y Portugal, y a mucha distancia de países como Luxemburgo o Suecia, que superan con creces el 50%..
Una de las particularidades más llamativas de estos datos es la abultada diferencia que se da entre géneros.
Mientras que la economía del conocimiento sólo supone el 30,6% del empleo masculino, la tasa se eleva al 45,4% para las mujeres.
Sin embargo, la economía del conocimiento es un ámbito extenso que alcanza a todos aquellos sectores que requieren profesionales de 'alta cualificación'. Y no todos tienen el mismo peso en el empleo.
De hecho, los más ligados a 'alta tecnología', que incluyen las profesiones STEM, suponen 11 veces menos que el total, el 3,2%.
Los servicios profesionales, que abarcan el sector legal o la consultoría y los recursos humanos, entre otros, alcanzan el 6,5% del empleo en España–
Las actividades que más empleo crean en el nuestro y en todos los países europeos son las que afectan sobre todo a servicios sanitarios, educativos, y de trabajo social, entre otros, como las actividades culturales y deportivas.
Sin embargo, es llamativo señalar que cuantos menos ocupados genera la economía del conocimiento en un país, mayor es el volumen de profesionales en esta categoría.
El caso español
Si analizamos el caso español por regiones vemos que el peso de la alta tecnologías es reducido en todas las comunidades.
En las ciudades autónomas, Ceuta y Melilla, ni siquiera se registran empleos vinculados con ella. Igualmente lo es el papel de los servicios profesionales.
Las regiones que más empelo crean en estos dos ámbitos son Madrid y Barcelona. También son las que menos porcentaje de empleo crean en as ramas de servicios educativos, sanitarios y sociales.
Las mujeres lideran.. una parte
Si analizamos el papel de la mujer en la economía del conocimiento en España, vemos que ocupa el 55,5% de los empleos.
Lo que a priori podría parecer una señal de paridad, se diluye cuando vemos que somo el quinto país europeo europeo en este indicador, empezando por la cola.
Si bajamos por sectores, los matices se revelan. En alta tecnología las mujeres sólo ocupan tres de cada diez puestos de trabajo, mientras que en los servicios profesionales llegan al 45,3%.
Es en el tercer grupo, servicios educativos, sanitario o sociales y otros, donde superan claramente a los hombres, con un 61,2%.
No es difícil darse cuenta de que estos últimos abarca empleos igual de cualificados pero peor remunerados.
España, por género
Aun así, España no es de los países peor situados en el empelo femenino en tecnología, de hecho superamos la media UE, al nivel de países del Este, Portugal o Austria.
Lo que tiene en común este bloque es una potente inserción de la mujeres en el mercado laboral en los últimos años, acompañada de una emergente revolución digital, como la que nuestro Gobierno quiere impulsar con el apoyo de los fondos europeos.
En este sentido, es llamativo volver al mapa regional para comprobar cómo la única comunidad en la que el empleo femenino en la economía del conocimiento en alta tecnología alcanza la paridad con un 51%, no son ni Madrid ni Cataluña.
Es Navarra: la novena en el ránking de creación de empleo en la economía del conocimiento en su conjunto