jueves,18 agosto 2022
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La humanidad se entera 40.000 años después de domesticarle

La nariz canina detecta el calor, además de ser 100 millones de veces más sensible que la humana

Redacción
Casi 40.000 años después de domesticar a los perros, la humanidad se acaba de enterar por las revistas Nature y Science que la nariz los perros tiene la capacidad de detectar el calor a grandes distancias, además de ser 100 millones de veces más sensible que la humana.

El hallazgo ayuda a explicar cómo los perros con discapacidad visual, auditiva u olfativa pueden cazar con éxito. Explica además el que, antes de que existieran drones capaces de hallar vidas bajo los escombros de un edificio caído, se usaran perros para llevar a cabo este tipo de tareas. Se estima que poseen en su nariz entre 125 y 220 millones de células olfativas, 50 veces más que los humanos,  por lo que puede llegar a ser 100 millones de veces más sensible que la humana, según Scientific Reports.

Su sentido del olfato sirve a los humanos a encontrar droga, buscar setas e incluso para erradicar plagas, pero también es de gran utilidad para ellos. Así, por ejemplo, les basta con oler el pis dejado por otros perros para identificar su sexo, edad e incluso para saber si son fértiles o no.

Sin embargo, según un estudio publicado a finales del pasado mes de febrero en la revista especializada Scientific Reports los perros también son capaces de detectar calor con la nariz.

"Es un descubrimiento fascinante", dice Marc Bekoff, etólogo, experto en olfateo canino y profesor emérito de la Universidad de Colorado, Boulder, que no participó en el estudio.

La amistad entre el perro y el hombre nació en Europa hace entre 19.000 y 32.000 años. Así lo determinaron análisis genéticos realizados en 2013, aunque otros más recientes la extienden a juzgar por los restos hallados a casi 40.000 años.

Sin embargo, la humanidad sí conocía la capacidad de sentir calor débil e irradiante por parte de otros animales con los que tiene menos relación: escarabajos de fuego negro, ciertas serpientes y una especie de mamífero, el murciélago vampiro común, todos los cuales lo usan para cazar presas.

La mayoría de los mamíferos tienen la piel desnuda y lisa en las puntas de las narices alrededor de las fosas nasales, un área llamada rinar. Pero la rinaria de los perros es húmeda, más fría que la temperatura ambiente y está dotada de nervios, lo que sugiere la capacidad de detectar no solo el olor, sino también el calor.

Para probar la idea, los investigadores de la Universidad de Lund y la Universidad de Eötvös Loránd entrenaron a tres perros para elegir entre un objeto cálido (31 ° C) y un objeto a temperatura ambiente, cada uno ubicado a 1,6 metros de distancia. Los perros no pudieron ver ni oler la diferencia entre estos objetos. (Los científicos solo podían detectar la diferencia tocando las superficies). Después del entrenamiento, los perros fueron evaluados en su habilidad en experimentos doble ciego; Los tres detectaron con éxito los objetos que emiten radiación térmica débil, revelan hoy los científicos en Scientific Reports, del grupo Nature.

A continuación, los investigadores escanearon los cerebros de 13 perros domésticos de varias razas en un escáner funcional de resonancia magnética mientras presentaban a los perros con objetos que emitían radiación térmica neutral o débil. La corteza somatosensorial izquierda en el cerebro de los perros, que suministra entradas desde la nariz, fue más sensible al estímulo térmico cálido que al neutro. Los científicos identificaron un grupo de 14 vóxeles (píxeles 3D) en esta región de los hemisferios izquierdos de los perros, pero no encontraron ninguno de estos grupos en la derecha, y ninguno en ninguna parte del cerebro de los perros en respuesta al estímulo neutral. .

Juntos, los dos experimentos muestran que los perros, como los murciélagos vampiros, pueden sentir puntos calientes débiles y que una región específica de sus cerebros se activa por esta radiación infrarroja, dicen los científicos. Sospechan que los perros heredaron la habilidad de su antepasado, el lobo gris, que puede usarlo para olfatear cuerpos calientes durante una cacería.

"El estudio es coherente con otras investigaciones que describen la combinación de la nariz y el cerebro del perro como una plataforma sofisticada para procesar una amplia gama de señales", dice Gary Settles, profesor emérito de ingeniería mecánica en la Universidad Estatal de Pensilvania, University Park, que estudió habilidades de olfateo de perros. Sin embargo, duda que "el rinar de perros pueda distinguir patrones de objetos fríos y calientes a distancia", lo que sugiere que las habilidades de detección térmica de los perros pueden no ser útiles para la caza a larga distancia. “[Esto] necesita más estudio”.

Por lo menos, el trabajo sugiere que las habilidades extraordinarias del perro de trineo Buck, que rastreó a la presa "no por vista, sonido u olor, sino por algún otro sentido más sutil" en Call of the Wild de Jack London, no son completamente ficticios después de todos.

Probablemente un grupo de hombres migró desde Asia hacia el oeste hace unos 14.000 años acompañado por sus perros, pero se encontraron con que ya había perros domesticados en su nuevo hogar. … Esto significa que hubo al menos dos procesos de domesticación.

La domesticación de los perros europeos modernos tuvo un origen geográfico único y esta se produjo durante el Neolítico temprano hace entre 20.000 y 40.000 años, según se deduce de un estudio de la universidad neoyorquina de Stony Brook que señala que el genoma de los actuales perros europeos es similar al de sus antepasados del Neolítico temprano.

El estudio aparecido  en la revista Nature Communications contradice a otros publicados previamente que señalaban que la domesticación se produjo de forma independiente en el este y el oeste de Eurasia.

Para entender la relación genética entre los perros antiguos y modernos, un grupo de expertos franceses, alemanes e irlandeses, dirigidos por Krishna Veeramah, analizaron el genoma extraído de los restos de tres perros pertenecientes al Neolítico procedentes de sitios arqueológicos de Alemania e Irlanda de entre 4.800 y 7.000 años de antigüedad.Los investigadores compararon el genoma extraídos de tres perros pertenecientes al Neolítico de sitios arqueológicos de Alemania e Irlanda

Todo el mundo tiene ideas propias sobre dónde y cuándo surgieron los perros. “Los arqueólogos defienden un origen y los genetistas otro, la gente siempre obtiene respuestas muy diferentes”, indicó Veeramah, paleogenetista de la Stony Brook.

Establecer el lugar y momento en que dio comienzo la domesticación canina ha sido durante mucho tiempo un tema complicado debido a pruebas incompletas o que parecían contradictorias. El resto fósil más antiguo de un perro que sin lugar a dudas estuvo domesticado es un hueso de mandíbula datado hace 14.700 años, pero existen restos de canes con 35.000 años.

Los datos genéticos señalan que los ancestros de todos los perros actuales se separaron en dos poblaciones, una que dio lugar a las razas del este asiático y otras que evolucionaría en los actuales canes europeos, del sur y centro de Asia y africanos.

Los ancestros de todos los perros actuales se separaron en dos poblaciones: una dio lugar a las razas del este asiático y otras a las de Europa, el sur y centro de Asia yÁfrica

Sin embargo, los investigadores aún no han sido capaces de precisar cuándo se produjo esa separación ni si ese animal fue domesticado una o dos veces. El equipo de Veeramah estudio el genoma de los restos del Neolítico y lo compararon con datos genéticos de 5.649 cánidos actuales entre perros y lobos modernos.

Perros y lobos se separaron genéticamente hace entre 36.900 y 41.500 años, según los expertos. Los perros del este y el oeste de Eurasia, por su parte se diferenciaron hace entre 17.500 y 23.900 años.

Este estudio contradice otro publicado el año pasado por Science en el que expertos de la Universidad de Oxford aseguraban que la domesticación de lobos salvajes que dio como resultado las razas de perro que conocemos se produjo dos veces hace miles de años en partes opuestas de Eurasia, una de ellas en Europa y la otra en el Lejano Oriente.

Un estudio de la Universidad de Oxford afirmaba que la domesticación de los lobos salvajes se produjo dos veces hace miles años en partes opuestas de Eurasia

Veeramah reconoció que este trabajo no zanjará el debate sobre cuándo y dónde surgió el mejor amigo del hombre y que para ello sería necesario más ADN de restos de perros antiguos procedentes de todo el mundo.El experto, cuyas investigaciones se centran especialmente en los antiguos humanos, considera que saber más sobre los orígenes de los perros modernos puede completar su trabajo pues “perros y humanos tiene una importante historia en común”. 

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