Según publica hoy Elpais.com, «los responsables de varios centros públicos que recibieron la oferta manifestaron su sorpresa e indignación.»
Por su parte, la Nebrija asegura que todo se debe a un error ya que enviaron por error un contrato que sólo incumbía a academias privadas. Así lo ha declarado al diario Pablo Álvarez de Toledo, vicedecano de la Facultad de las Artes y las Letras de la Universidad Antonio de Nebrija y firmante de la carta de presentación que acompañaba al contrato.
En dicho documento, que ha llegado a manos de EL PAÍS, la Nebrija solicita la colaboración de instituciones externas para «la expansión de su negocio» durante un año. Reclama a posibles socios que den «toda la información que sea precisa para dar a conocer la amplia oferta académica ofrecida» por la universidad a cambio de un pago único y con factura. Una de las cláusulas del contrato obliga a la confidencialidad de «colaboradores y asistentes».
Ese supuesto error en el envío llegó al menos a tres centros públicos de Madrid: dos escuelas de diseño y una de arte dramático. Ninguno aceptó la invitación.
Fuente: El País