viernes,19 agosto 2022
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El mileurismo hace campaña

La nómina de los tres ceros

ibercampus.es/AFP
Pancartas, spots con lemas de diseño y debates televisados. La campaña electoral se desparrama en todos los formatos parar terminar de seducir a aquellos indecisos que todavía hoy meditan sus papeletas. Entre ellos, miles de jóvenes cuya verdadera "publicidad política" está en un simple papel: la nómina de los tres ceros.

"¿Por quién voy a votar?": el silencio perplejo de Beatriz, de 28 años, refleja las dudas de una generación desencantada de españoles, treintañeros y con un montón de títulos, para quienes el tan alabado "milagro económico" se traduce en un empleo precario y mal pagado.

Ayudas al alquiler, supresión de impuestos: los socialistas, en el poder, y sus rivales conservadores rivalizan en hacer promesas para conquistar su voto en las elecciones del domingo. Pero el malestar de los ´mileuristas´ es profundo.

El término no fue creado por un sociólogo. Nació de la pluma de una joven española, Carolina Alguacil, que escribió en el verano de 2005 al diario El País para describir su situación. "El mileurista es aquel joven licenciado, con idiomas, posgrados, masters y cursillos (…) que no gana más de 1.000 euros al mes. Gasta un tercio de su sueldo en el alquiler, porque le gusta la ciudad. No ahorra, no tiene casa, no tiene coche, no tiene hijos, vive al día… A veces es divertido, pero ya cansa", escribía.

"Somos la élite de la precariedad", se lamenta Beatriz, quien se identifica con esta descripción. Tras cinco años de estudios de Historia, gana alrededor de 1.000 euros al mes -el salario mínimo es de 600 euros- trabajando por la mañana en Correos. Ha iniciado una nueva carrera de Derecho en una universidad de Madrid y comparte un apartamento de alquiler "con amigas de amigas"… a falta de algo mejor.

El excepcional crecimiento económico de España en los últimos años ha venido acompañado de una vertiginosa explosión de los precios de las viviendas, a menudo inaccesibles ya sea en alquiler o en compra.

"Tengo 28 años, no tengo casa, no tengo hijos y trabajo seis meses al año. A los 25, mi padre tenía casa, me tenía y no ha ido a la universidad", compara Beatriz.

Se confiesa de izquierdas. Pero para ella, concretamente, la diferencia es pequeña entre el PSOE, de José Luis Rodríguez Zapatero, y el Partido Popular, de Mariano Rajoy: "Con Zapatero hubo leyes espectaculares, pero la política laboral no ha cambiado nada". "La gente busca expectativas de futuro. Mi generación tiene mucha ayuda de mis padres. Nuestros hijos no la van a tener", añade.

El término ´mileurista´ ha tenido un éxito fulminante, siendo adoptado inmediatamente por el lenguaje de la calle. Pero la aparición de esta categoría se remonta a mediados de los años 90, explica Juan José Dolado, profesor de economía en la Universidad Carlos III de Madrid. "Con el progreso técnico, la globalización… hubo un fuerte aumento de la oferta de gente cualificada en España", dice. Océanos de estudiantes invadieron las universidades. ¿Demasiado? "El sistema universitario español es masivo como el alemán", cuando hay alrededor de la mitad de habitantes en España, destaca.

Teresa, de 27 años, amiga de Beatriz, estudió veterinaria y trabaja en una empresa de distribución de productos farmacéuticos por unos 1.000 euros al mes. Aunque no le convence Zapatero, su escasa simpatía por la derecha la llevará a votar por los socialistas el domingo: "Es un poco como en el fútbol, hay gente que más anti Barça que pro Real Madrid".

Para Nacho, de 28 años, investigador en la facultad de Veterinaria en Madrid, está claro. "No aguanto más", dice, al referirse al hecho de vivir aún en casa de sus padres, y asegura que la economía "iba mejor" cuando el conservador José María Aznar estaba en el poder.

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