Si se analiza este fenómeno en las comunidades autónomas, en todas se repite esta tendencia excepto en Ceuta y Melilla donde se invierte. Llama la atención el caso asturiano, donde la diferencia entre las tasas de empleo de ambas poblaciones es de 26 puntos porcentuales, esto es, en Asturias, tres de cada cuatro extranjeros posee un empleo. Otras comunidades que presentan una amplia diferencia son Aragón, Castilla-La Mancha, Madrid, Galicia, Cantabria y Castilla y León.
El Estudio profundiza sobre el perfil de la población extranjera ocupada en España y destacan algunos rasgos: Uno de cada cinco extranjeros en España posee formación profesional universitaria (20,5%) y el 56% de la población extranjera cuenta con un nivel de formación de segundo ciclo de secundaria o superior. Comparando la formación de la población extranjera con la formación de la población española, se puede afirmar que "sus niveles de formación son altos y en línea con los datos de la población nacional", subraya González.
Otro de los datos destacados pone el acento en el origen de la población extranjera: más de la mitad de los extranjeros que emigran a España por motivos laborales y económicos son latinoamericanos (50,9%), el grupo de inmigrantes procedentes de África es el segundo grupo en importancia seguido de países europeos no comunitarios. Latinoamérica es también la región con mayor número de población ocupada en España y representa el 48% de los ocupados extranjeros de nuestro país. El informe también analiza el fenómeno inverso, y concluye que uno de cada cuatro parados en España es extranjero.
El Informe también destaca que los trabajadores impatriados procedentes de países no comunitarios podrían llegar hasta el 20% de los extranjeros con permiso de residencia en España. Sitúa también a España a la cabeza de los países fiscalmente más atractivos para los altos directivos extranjeros.