Estos han sido algunos de los puntos adelantados por el ministro de Educación en su comparecencia ante la comisión de Educación y Deporte del Congreso de los Diputados, en la que ha apostado por que la flexibilidad sea uno de los principios básicos del nuevo modelo educativo superior.
"La FP y el Bachillerato no tienen caminos ni objetivos distintos", ha dicho Gabilondo, para quien "la FP no puede ser el camino hacia la profesionalidad y la Universidad el de la erudición; ambos son caminos que deben llevar a la empleabilidad".
El ministro ha reconocido que antes de implantar este nuevo modelo hay que definir "muy claramente" qué tipo de prueba de acceso a la Universidad se implanta, que debe ser "una fórmula justa, equiparada y equitativa".
En este sentido ha matizado que la entrada en la enseñanza universitaria no debe depender de "un concurso de memoria, sino de una prueba de madurez y competencia", y ha subrayado que "no existen estudiantes con más derechos de acceso y que tiene que haber igualdad".
Además, Gabilondo ha recordado que este cambio responde a una "absoluta demanda" de la comunidad universitaria y que no se trata de "una ocurrencia ministerial".
En cuanto a la posibilidad de que este nuevo sistema provoque un desembarco de estudiantes de FP en la Universidad, el ministro ha apuntado que con el anterior sistema de cupos, que reservaba hasta un 30 por ciento de las plazas universitarias para estos alumnos, sólo se ocupaba en 7 por ciento de las mismas.
"En ningún modo queremos una FP en la Universidad, lo que sí queremos es que haya flexibilidad en las dos direcciones", ha insistido el ministro.