jueves,18 agosto 2022
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Precios de la matrícula para este curso por facultades

La universidad catalana es ya la más cara de España

Redacción
Catalunya vuelve a situarse como la comunidad con la universidad más cara para el curso que viene, tras la decisión de Madrid de bajar las tasas un 10% después de haber encarecido la universidad para las familias un 52% desde el 2011, según reveló Ibercampus. Los campus madrileños y los catalanes coronan e ranking de las facultades más costosas para estudiantes. Dependiendo de la carrera, el precio de las universidades catalanas superaba al de las madrileñas, y al revés, dice LA VANGUARDIA.

Los datos de todas las regiones publicados por Ibercampus el pasado febrero basados en estadísticas ofivciales indicaban que la subida de las tasas por matrículas y la reducción de becas a que han conducido los recortes de gasto público desde el 2011 han elevado el coste la universidad por encima de la media nacional del 30,84% en cinco comunidades autónomas: Madrid (un 51,65%), Canarias (un 35%,4%) y Cataluña y Cantabria (cerca del 33% cada una).

Tras anunciar el nuevo Gobierno regional de Madrid (PP y Ciudadanos) que esta Comunidad  bajará un 10% el precio de los grados, el reportaje publicado este domingo por LA VANGUARDIA con firma de Maite Gutiérrez indica que los estudiantes pagarán ahora 1.458 euros por los títulos más baratos -los de humanidades y algunos de ciencias sociales- y 1.782 por los más caros, básicamente los de ciencias de la salud. En Catalunya, la cuantía por curso varía entre 1.516,2 euros y 2.371,8 euros en función del título que se estudie para las rentas altas, porque los estudiantes pagan según sus ingresos. Los problemas de los recortes de gasto público y su incidencia en universidad y la investigación merecen también hoy la atención de EL MUNDO y de un artículo del exministro de Economía de UCD José Luis Leal en EL PAÍS. 

El precio de la universidad pública está semi liberalizado en España. El Ministerio de Educación fija unas horquillas mínimas y máximas y cada Comunidad Autónoma decide a qué acogerse. Se supone que los gobiernos autonómicos pueden cobrar al estudiante hasta un 25% del coste real de sus estudios. Así que, en mayor o menor grado, todos los estudiantes están subvencionados. Esta política ha dado lugar a un sistema de precios universitarios de lo más variado, sin saber muy bien el criterio bajo el que se rige. Estudiar Enfermería en Catalu-nya cuesta 2.371 euros por curso, en Madrid 1.782 euros, en Andalucía 757 euros, en el País Vasco 1.190, en la Comunitat Valenciana 1.493…

Clasificación de universidades

La clasificación de universidades más caras ha cambiado de forma considerable en las últimas décadas. El curso 1992-1993 lideraban la lista las facultades del País Vasco. Diez años más tarde, cogieron el relevo las de Navarra, una situación que se volvía a repetir el curso 2010-2011, tal y como recoge el estudio Crisis fiscal, finanzas universitarias y equidad contributiva, de los economistas Juan Hernández Armenteros y José Antonio Pérez García.

El gran cambio se produce el curso 2012-2013. Es entonces cuando el ministerio da rienda suelta a la subida de precios. El Govern de la Generalitat decidió cobrar el máximo permitido a los estudiantes, convirtiendo sus campus en los más caros. Pero a la vez introdujo un sistema de pago en función de los ingresos familiares, de manera que las rentas más altas pagan más, y las más bajas, menos.

"Decidimos aumentar el precio por dos razones -señala el director general de Universitats, Lluís Jofre-; uno, para tratar de compensar las dificultades económicas que atravesaba Catalunya debido a la bajada en la financiación autonómica". "En este contexto, nos pareció lógico que los estudiantes de rentas altas hicieran un esfuerzo superior para acceder a la universidad". "Y dos, porque así podíamos crear un sistema de becas propias, y redistribuir la riqueza; parte de lo que pagan los estudiantes con más dinero va a parar a los que menos tienen", sigue Jofre. El 60% de universitarios paga el precio máximo por sus estudios en Catalunya. El resto de alumnos o bien tienen una beca del Ministerio de Educación y por lo tanto disfrutan de matrícula gratis, o bien pagan entre un 50% y un 90% de las tasas. La Generalitat ha establecido siete tramos de renta para calcular lo que aporta cada estudiante.

Aun así, la mayoría de los alumnos costea una cantidad superior a la del curso 2011-2012, el año previo a la fuerte subida de la matrícula. Entonces el precio variaba entre 909 euros y 1.423 euros, lo mismo que abonan ahora los universitarios del tercer tramo más bajo de renta. Y a partir de ahí hay otros cuatro tramos que pagan más.

Para los economistas Hernández Armenteros y Pérez García, especializados en financiación universitaria, la liberalización del precio de la matrícula ha tenido un carácter "meramente recaudatorio". Las administraciones cobran más a los universitarios para compensar los recortes de gasto público. Y critican fuertemente que se haya producido junto a un endurecimiento de los requisitos para optar a becas. Ahora bien, en su estudio proponen un sistema de precios en función de la renta del alumno, siguiendo la misma filosofía que el puesto en marcha por Catalunya. Estos especialistas optan sin embargo por establecer diez tramos de renta, con umbrales más altos que los de Catalunya, y por precios más bajos. Esto debería ir acompañado, señalan, de un sistema de becas y ayudas al estudio más potente. En España, el 20% de estudiantes disfruta de alguna ayuda pública, cuando la media de la OCDE roza el 40%.

Jofre defiende que el sistema de precios catalán "es sostenible" porque el porcentaje de alumnos universitarios "se mantiene en un 38,6% sobre el total de la población de 18 a 24 años". Las universidades explican sin embargo que los estudiantes se matriculan ahora de menos asignaturas, y así el coste de la matrícula les sale algo más barato. "También hemos encontrado situaciones de pobreza sobrevenida que las administraciones no cubren, porque las ayudas se basan en los ingresos del año anterior", explica Núria García, vicerrectora de Estudiantes y Cooperación de la UAB.

La mayoría de campus han tenido que crear programas de becas propios ante estas situaciones. "Familias que se han quedado sin nada de repente, o con situaciones de pobreza crónica, por estar en paro o por enfermedad, con unas necesidades que no están siendo cubiertas", añade García. La UAB cuenta con dos programas que ahora se fusionarán, el Finestreta y el de Emergencia, con un presupuesto de 290.000 euros. En total, han ayudado a 373 estudiantes. "Nosotros también identificamos este problema y tuvimos que abrir una línea de ayudas propias", señala el rector de la UB, Dídac Ramírez. Esta universidad tuvo que costear parte o la totalidad de las matrículas de casi 500 estudiantes el curso pasado. Con todo, Ramírez considera que el pago según la renta "ha funcionado". "Aunque ahora que la situación económica parece que mejora, los precios deberían volver a bajar".

Opiniones en tres diarios nacionales

Tasas universitarias al alza (LA VANGUARDIA) es titulo del editorial publicado también este domindo por LA VANGUARDIA: Estudiar en las universidades catalanas es más caro que cursar las mismas carreras en las otras comunidades españolas. Desde el 2012, el ministerio fija un sistema de tasas y el gobierno de cada autonomía establece la cuantía final de acuerdo con sus prioridades, en las que las recaudatorias son las más decisivas. La tendencia al alza de las tasas se ha agudizado por la crisis, pero de forma muy desigual, hasta el punto que las diferencias pueden llegar a mu­ltiplicarse por tres. 

¡Es la educación, estúpidos!, opina  David Jiménez en EL MUNDO: Todos los defectos de ese bipartidismo, su falta de sentido de Estado y la nula visión ante cualquier asunto que no proporcione beneficios electorales, han quedado plasmados en tres décadas de negligencia educativa.

Las dificultades del presupuesto, es el título de la tribuna de José Luis Leal en EL PAÍS:  El plan de gastos es expansivo por un interés puramente electoral. La inversión en investigación crece un modesto 2,2%

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