Este nuevo instrumento, que permite detectar y graduar las cataratas de modo objetivo, mejorando así la actual visión subjetiva que ofrecen los oftalmólogos de esta patología, será probado inicialmente en hospitales alemanes para medir con precisión el estado del cristalino.
Asimismo, el laboratorio murciano trabaja en el diseño de una nueva lente intraocular en colaboración con la empresa "Calhoun Visión" en Pasadena (Estados Unidos), fundada por el Nobel de Química de 2005 Robert Grubbs, y que supondrá ajustar la lente después de ser implantada en el ojo gracias a una tecnología que emplea material fotosensible.
Esta tecnología permite ajustarse gracias a una luz ultravioleta que corrige los errores que se den tras la intervención quirúrgica.
Puso como ejemplo una operación de cataratas, para la que previamente se hacen unas mediciones en el ojo antes de introducir la lente, pero que una vez que se ha realizado la operación puede ocurrir que se den errores en la medición.
El laboratorio murciano, integrado por una veintena de físicos, ingenieros, informáticos y optometristas, la mayoría españoles pero también de Bélgica, México, Francia, Colombia, Dinamarca, Alemania y Suecia, está considerado como uno de los grupos pioneros en el mundo en la aplicación de lo que se denomina ´óptica adaptativa´ en el estudio del ojo.
Varios desarrollos instrumentales y productos de óptica oftálmica que se encuentran actualmente en el mercado se han generado en este laboratorio, entre ellos la lente intraocular "Tecnis", implantada en millones de ojos de todo el mundo desde 2003.
Este laboratorio cuenta en su haber con el descubrimiento del empeoramiento de la calidad de la imagen de la retina con la edad, y uno de sus estudios ha sido usado en el desarrollo de nuevas generaciones de lentes progresivas.
De igual modo, han encontrado que el cristalino juega un papel activo en compensar en buena parte de las aberraciones producidas por la primera superficie de la córnea, una idea que fue recibida con cierto escepticismo cuando fue publicada, y que ahora está completamente aceptada y se ha convertido en una de las líneas de trabajo de varios laboratorios en todo el mundo.
Además ha ideado un simulador visual de óptica adaptativa que utiliza un espejo deformable, que cuesta un cuarto de millón de euros, y que se ha usado principalmente para realizar estudios sobre la óptica del ojo para mejorar la calidad de la visión.
Expertos de todo el mundo acuden al laboratorio murciano para ver este simulador que ha ido mejorándose y reduciendo de tamaño, ya que inicialmente llegaba a pesar dos toneladas de lentes de diversos tamaños, ordenadores y mecanismos de máxima precisión.
Se trata de un instrumento que mide con fiabilidad las "aberraciones" del ojo, y que muestra cómo quedaría la visión tras implantar lentes intraoculares.
Otro de los instrumentales que se manejan en este laboratorio son los láseres de pulsos cortos y de mucha intensidad, cuyo coste supera el medio millón de euros, y que permiten obtener imágenes del ojo mediante técnicas de microscopías de varios fotones.
Para hacerse una idea de la potencia que emplean estos láseres, Artal comentó que el haz de luz tiene tanta potencia como la que genera toda la red eléctrica española, eso sí, en un espacio de tiempo de femtosegundo, es decir, la milbillonésima parte de un segundo.
