jueves,18 agosto 2022
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La Universidad Nacional de Córdoba tiene por primera vez una mujer al frente del Rectorado

ibercampus.es / Lavoz.ar
Con la asunción de Carolina Scotto y Gerardo Fidelio, como rectora y vicerrector de la Universidad Nacional de Córdoba, se abre una nueva etapa en la Universidad Nacional de Córdoba, luego de un largo y confuso período caracterizado por la lucha de facciones y camarillas y una suerte de "corporativización" o "feudalización", en el que cada facultad, cada instituto y hasta cada secretaría rectoral se convirtieron en cotos de poder e imperaba el tráfico de influencias como método de gobierno.

Sin llegar a la situación extrema de la Universidad de Buenos Aires, en la de Córdoba también había un clima de parálisis que todos esperan ahora empiece a despejarse, para dar lugar a la creatividad y al diseño de políticas académicas acordes con las necesidades de los tiempos y con la mejor tradición de la Casa de Trejo.

No será, por cierto, una gestión fácil la de las nuevas autoridades. Las dificultades son muchas, algunas graves y la mayoría de vieja data, y las prácticas de la vieja y mala política universitaria seguramente seguirán pesando.

Carolina Scotto, doctora en Filosofía, y Gerardo Fidelio, doctor en Ciencias Químicas, no representan a las facultades tradicionales -Derecho, Medicina, Ingeniería- sino a los sectores más renovadores y dinámicos, los que al parecer quieren un cambio verdadero y una nueva relación de la Universidad con la sociedad.

En la por varias razones histórica Asamblea Universitaria del 16 de diciembre pasado, la fórmula Scotto-Fidelio fue consagrada en la primera votación por 167 votos contra 49, resultado que reveló una voluntad de cambio que tenía un amplio consenso. En aquella oportunidad, militantes de extrema izquierda, muchos venidos de Buenos Aires, y patotas de no docentes reclutadas por camarillas que se oponían al cambio, intentaron en vano hacer fracasar la Asamblea, como ya lo habían hecho en forma repetida en la Universidad de Buenos Aires. La determinación de los asambleístas fue prácticamente unánime, pese a las amenazas de los agresores y patoteros que pululaban por la Ciudad Universitaria.

La nueva rectora declaró que tratará de conducir la casa con el mayor consenso posible, pero también que será fiel al programa y a las ideas que sustentó cuando decidió aceptar la candidatura al cargo. Sin entrar en detalles, expresó la necesidad de replantear los tres problemas de fondo de la Universidad de Córdoba: la formación de grado, la formación de postgrado y la extensión universitaria.

Las resoluciones de fondo tienen que ser aprobadas por el Consejo Superior y en última instancia por la Asamblea Universitaria. Pero a una universidad de gran tamaño como la de Córdoba, resulta difícil y complejo gobernarla como "corpus", es decir como un conjunto armónico, y ése será uno de los grandes desafíos para Scotto, la primera mujer que llega al Rectorado de la Casa de Trejo.

La Universidad Nacional de Córdoba tiene una base científico-tecnológica de gran magnitud, constituida por las facultades de Matemáticas, Astronomía y Física (Famaf), Ciencias Químicas, Ciencias Agropecuarias y otras, de modo que están dadas las condiciones para un gran cambio, para una nueva etapa de redefinición de objetivos y un mayor y mejor rendimiento académico.

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