´La universidad tiene que preparar buenos profesionales, pero también buenos ciudadanos´

P.-Después de 4 años al frente de la Complutense, ¿qué va a ofrecer a los votantes para que vuelvan a apoyarle en las urnas?

R.-Dos cosas: el balance positivo de lo hecho en este tiempo y un programa renovado para seguir avanzando en la buena dirección, que es en la que está ahora la Universidad Complutense. Un programa para la mejora de la docencia y la investigación, que sitúa la formación del alumno como objetivo primordial y que se propone introducir todos los cambios necesarios para que esta universidad se mantenga y progrese en el puesto de cabecera que le corresponde en el panorama de la educación superior. Quiero ese lugar destacado para la Complutense en nuestro país, en Europa y en el mundo, con una mirada especial hacia Iberoamérica.

P.- De entre todos los proyectos y cambios que tenía en mente cuando asumió el rectorado, ¿hay algo que le haya quedado por hacer?

R.- Casi todo lo que me propuse al llegar al Rectorado poco a poco lo hemos conseguido, al principio no sin alguna dificultad porque la realidad de lo que encontré era peor de lo que me imaginaba. Tuvimos que acabar con clientelismos y arbitrariedades y apostamos por la docencia y la investigación apoyando a la gente que trabaja. Supimos vencer aquellas dificultades y lo que hay que hacer es continuar en la línea de progreso y mejora emprendida. El cambio es una de las características de la sociedad actual, en la que no resulta posible decir hasta aquí he llegado y aquí me quedo.

P.- El rector que resulte elegido en estos comicios, será el que se enfrente al reto de la adaptación al EEES…

R.-Así es. Las dudas iniciales del Gobierno en la elaboración de los decretos de grado y posgrado mantuvieron la incertidumbre en este asunto durante más tiempo del deseado. Aunque a estas alturas es bastante lo que hemos avanzado, en los próximos años toca culminar la parte más importante, que es la revisión del mapa de titulaciones y la elaboración de los planes de estudio conforme a los nuevos ciclos de grado, máster y doctor. No podemos permitirnos llegar a 2010 con alguna titulación sin actualizar. Por eso, es mucho el trabajo que hay que hacer, máxime en una universidad como la nuestra con el número tan elevado de titulaciones que ofrecemos. Cumpliremos los plazos y seremos una universidad que imparta estudios tanto de grado como de posgrado y de doctorado. Y además, de calidad.

P.- La empresa se queja de que se les está dejando al margen de este proceso y que hace falta que en las universidades se apueste más por la empleabilidad… ¿Qué opina al respecto?

R.- La universidad tiene que preparar buenos profesionales, pero también buenos ciudadanos. No soy partidario de la supeditación de la universidad a los meros intereses del mercado, porque estos suelen ser muy cambiantes. Es más útil que la universidad proporcione una formación amplia y profunda, con la que después le resultará más fácil al titulado adaptarse a las necesidades de la empresa. Pero, una vez dicho esto, empresa y universidad se tienen que entender porque es mucho lo que nos jugamos. No se trata tanto de crear títulos exclusivamente orientados hacia el empleo, este es un debate superado, como de que hay que cambiar patrones de las empresas que basan su competitividad más en los bajos costes que en la utilización de mano de obra altamente especializada. Recientes estudios hablan de este problema y señalan que España necesita más licenciados para la economía del conocimiento, que es una economía que utiliza personal altamente cualificado.

P.- ¿Qué papel quiere que juegue, precisamente, la Universidad Complutense en este Espacio Europeo?

R.- Somos la universidad que seguramente más erasmus atrae, y queremos que cada vez sean más. La Complutense es una universidad madrileña, española, europea y diría que mundial por las relaciones que mantenemos con Iberoamérica. Huimos de provincianismos, no puede ser de otra forma en la aldea global en que vivimos.

P.- Algunos temas que plantea este espacio europeo requieren financiación. ¿Cree que las universidades contarán con la ayuda necesaria?

R.- La apuesta española por el progreso del país pasa por la educación. El Gobierno y su presidente parece que así la han entendido, ahora falta que de verdad se cumpla con el requisito de aumentar la parte del PIB que se dedica a formación e I+D.

P.- Además de este reto, ¿a qué otros se enfrenta la Universidad Complutense durante los próximos años?

R.- El reto es la calidad y la mejora constante, tanto en formación como en investigación. La Universidad tiene que generar conocimiento, tiene que investigar, y tiene que contribuir a crear una sociedad más justa, con menos desequilibrios y discriminación. La Universidad tiene que buscar respuestas a problemas como el cambio climático o el medio ambiente.

P.- Otros dos temas, sin duda, decisivos en cualquier universidad son investigación y nuevas tecnologías. ¿Cuál será su apuesta en ambos campos si resulta reelegido?

R.- Durante mi mandato hemos duplicado los recursos destinados a investigación, hemos apostado por las nuevas tecnologías, hemos introducido las zonas Wi-Fi en los campus, hemos abierto centenares de puestos de acceso informático para los estudiantes, hemos identificado 400 grupos de investigación, hemos puesto en marcha el campus virtual como elemento de apoyo a la docencia… la lista de lo realizado sería muy larga. La investigación y las nuevas tecnologías son mis prioridades, como se puede comprobar en mi programa electoral.

P.- Para finalizar, podía explicar a los lectores de IBERCAMPUS.ES, cuáles son las carencias de la Universidad española que hacen que los ranking más prestigiosos la sitúen en posiciones muy alejadas de los puestos de cabeza.

R.- Comenzaré señalando que no hay un acuerdo general sobre los parámetros a utilizar para medir la calidad de una universidad. Pero mencionaré algunos que nos condiciona para que suceda eso que indica ya que se utilizan en la elaboración de esas clasificaciones, como es el número de Premios Nobel que imparten docencia en las aulas, el índice de impacto de las publicaciones de artículos en revistas científicas o la inversión económica por cada estudiante. Son factores en los que la universidad española tiene que mejorar y para ello, además de poner todo de su parte, necesita del empuje general de una sociedad que reconozca y valore más a sus científicos, profesores e investigadores.