jueves,18 agosto 2022
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Plan europeo para jóvenes menores de 25 años

Las Cámaras de Comercio disponen de 177 millones de euros para la contratación laboral de jóvenes

Jose María Mur
El alarmante y angustioso panorama laboral en España para los menores de 25 años intenta ser combatido y mitigado por iniciativas públicas como el Programa de Garantía Juvenil, un plan europeo que pretende facilitar el acceso de esos jóvenes al mercado de trabajo. Las Cámaras de Comercio son las principales implementadoras del citado programa, a través del cual pretenden atender a 85.000 jóvenes en cuatro años. Actúan también en otros programas europeos de intermedio para la gestión.

El principal instrumento de las cámaras para la Garantía Juvenil es el Programa Integral de Cualificación y Empleo (PICE), un programa individualizado que, dicen en su web, "te guiará y acompañará a lo largo de un itinerario formativo que hemos preparado para ti, y cuyo objetivo último es tu inserción en el mercado de trabajo o el autoempleo. Está diseñado a tu medida, teniendo en cuenta las demandas de las empresas. Partiendo de tu grado de capacitación, mejoramos tu cualificación, con el objetivo de que accedas al mundo laboral.

Para poder participar en el PICE deberás cumplir los requisitos definidos por el Sistema Nacional de Garantía Juvenil, que son los siguientes:

  • Tener nacionalidad española o ser ciudadanos de la Unión o de los Estados parte del Acuerdo Económico Europeo o Suiza que se encuentren en España en ejercicio de la libre circulación y residencia. También podrán inscribirse los extranjeros titulares de una autorización para residir en territorio español que habilite para trabajar.
  • Estar empadronado en cualquier localidad del territorio nacional español.
  • Tener más de 16 años y menos de 25, o menos de 30 años en el caso de personas con un grado de discapacidad igual o superior al 33 por ciento, en el momento de solicitar la inscripción en el Fichero del Sistema Nacional de Garantía Juvenil.
  • No haber trabajado en los 30 días naturales anteriores a la fecha de presentación de la solicitud.
  • No haber recibido acciones educativas que conlleven más de 40 horas mensuales en los 90 días naturales anteriores a la fecha de presentación de la solicitud.
  • No haber recibido acciones formativas que conlleven más de 40 horas mensuales en los 30 días naturales anteriores a la fecha de presentación de la solicitud.
  • Presentar una declaración escrita de tener interés en participar en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil, adquiriendo un compromiso de participación activa en las actuaciones que se desarrollen en el marco de la Garantía Juvenil.

Casos ilustrativos

Jorge Cabrera, graduado en Química por la Universidad de La Laguna, becado en el CSIC y en su propia universidad, es uno de esos jóvenes que, agotadas las prácticas y los contratos precarios, busca alternativas laborales en un presente muy complicado. En España el 73% de los menores de 25 años registrados en los servicios de empleo, 370.741 personas, no tienen trabajo. Y según una reciente encuesta de la OCDE, casi la mitad de los que se encuentran en la franja de edad de 16 a 29 años carecen de experiencia en el uso de ordenadores en su puesto de trabajo, según informa el diario El País.

 

En medio de este inquietante panorama algunas iniciativas públicas intentan, con resultados todavía por contrastar, reconducir la situación. Es el caso del Programa de Garantía Juvenil, un plan europeo que pretende facilitar el acceso de los jóvenes menores de 25 años al mercado de trabajo. En España se enmarca en la estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven aprobada en febrero de 2013 por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social y la desarrollan distintas instituciones, como las Cámaras de Comercio, que disponen de 177 millones, el 92% procedentes del Fondo Social Europeo y el 8% restante de sus fondos para incentivar la contratación.

 

A Jorge le pareció buena idea apuntarse al plan en la Cámara en Tenerife, donde hace un curso de nivel avanzado. María Clarissa Pierobon, con un grado en Relaciones Internacionales y Derechos Humanos, un máster y tras haber recibido la beca Erasmus, ha hecho lo mismo pensando en lograr un trabajo que refleje sus expectativas. Que lo logren dependerá de muchas cosas, pero el punto de partida es similar. Las Cámaras han optado por diseñar su propio programa al estilo de los que, salvando las distancias, realizan para incentivar las exportaciones, con itinerarios muy personalizados. "Teníamos dos cosas claras: pensamos que no podía ser un programa encorsetado, que realmente tenía que adaptarse a cada persona. La segunda, que el programa tuviese una salida laboral. Ahí entran en juego las empresas. Nuestro plan ocupa y se desarrolla con todo tipo de perfiles", señala Juan Castillo, responsable del proyecto en la Cámara de España, "desde jóvenes sin estudios o experiencia hasta los que tienen título, máster o incluso experiencia laboral. Cubre todo el espectro".

 

De las 88 cámaras españolas, 85 ofrecen esta estrategia para conseguir empleo. "Clasificamos a la persona según sus capacidades y conocimientos. En función de eso y de su formación previa hacemos un perfil. Esa directriz va a marcar su itinerario. No son actuaciones aisladas, los jóvenes no vienen a hacer un curso de informática y se van. Van a tener un tutor y van a estar acompañados por personas de la Cámara que conocen a las empresas", explica Castillo. Bautizado como Programa Integral de Cualificación y Empleo (PICE), cuenta con una primera fase de formación troncal en competencias y habilidades para el empleo ( de 30 horas ), a la que sigue otro módulo en tecnologías de la información (Tics). Todos los alumnos pasan por esa formación según su nivel. Al acabar, los que no tienen estudios ni experiencia recibirán competencias básicas que les pueden ayudar a volver al sistema educativo o acceder a un certificado de profesionalidad.

 

Los que no tienen estudios pero sí experiencia tienen diferentes opciones, que incluyen cursos adaptados a lo que las empresas demandan en su zona o nociones para convertirse en empresarios. El grupo de menores de 25 años con estudios y experiencia pueden optar por un camino distinto: irse al extranjero, lo que en su día la ministra de Empleo Fátima Bañez, llamó "movilidad exterior". Un drama para algunos y una oportunidad para otros. " Obviamente queremos que se queden, y que su oportunidad se dé en España. Pero por su cualificación pueden tener un destino fuera", argumenta Castillo.

 

85.000 beneficiarios

 

La meta que se han puesto las Cámaras pasa por atender a 85.000 jóvenes en cuatro años. De ellos hasta 70.000 podrían acceder a prácticas no laborales en el puesto de trabajo con una duración de 80 horas (percibiendo una beca de como mínimo, el 80% del Iprem) y otros 12.000 alternarían formación y aprendizaje con 90 horas de clases y un año de contrato.

 

El plan de movilidad europeo para saltar de España está pensado para 3.300 chicas y chicos a los que se les ofrece inmersión cultural y lingüistica en función del destino. "Tienen un sistema de becas  de tres meses de estancia en un país europeo con acciones de formación, empleo o mixtas para que encuentren trabajo. Lo dividimos en dos: 2.100 jóvenes en ese plan de tres meses y 1.200 que podrán acceder a un plan de movilidad exprés, utilizando todos los medios de las Cámaras en Europa".

 

Rumbo al extranjero

 

Acompañados por un coordinador, los jóvenes que acceden  al plan de movilidad europeo podrán, con los gastos pagados, visitar el país que hayan elegido para hacer entrevistas de trabajo. "Recogemos muchas experiencias de Cámaras que llevan años realizando programas de movilidad y tienen infraestructura creada en determinados países, como Alemania, con agentes que nos facilitan el acceso al mercado laboral", asegura el responsable del programa. El coste por alumno del programa asciende a 2.400 euros, incluidos incentivos a empresas de 1.500 euros por la contratación de un joven con una permanencia en el empleo mínima de seis meses.

 

Ana Hermoso, secretaria de acción sindical de Comisiones Obreras, recuerda que recientemente se han ampliado hasta los 29 años los programas de garantía juvenil pero cree que, tal y como está planteado en España, el plan no está dando los resultados esperados. "Sólo el 8´2% de los jóvenes en paro de 16 a 25 años se han inscrito", asegura, con datos de marzo en la mano. Posteriormente ese porcentaje se ha incrementado, pero el Ministerio todavía no ha publicado las cifras. "Quizá está fallando porque el itinerario no se esté haciendo de forma correcta, porque quizá los jóvenes no crean en estos sistemas y busquen otras alternativas por su cuenta. O quizá una de las dificultades sea la obligación de inscribirse online. Porque no basta con que estén dados de alta  como demandantes. Tienen que rellenar un amplio formulario que puede resultar engorroso".

 

Al proyecto de las Cámaras se han apuntado más de 5.000 jóvenes. Pero más allá de él, el Programa de Garantía Juvenil incluye otras medidas que despliegan las consejerías de empleo de todas las comunidades autónomas. En los próximos cuatro años el objetivo es sumar más de un millón de beneficiarios gracias a una dotación económica de 3.485 millones de euros. Incluidas subvenciones a la contratación y, en especial, dando un amplio espacio al "autoempleo y el emprendimiento", el que parece ser el nuevo maná en un mercado laboral cada vez más precario.

 

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