Sólo desde 1997, las ciencias experimentales han perdido más del 30% de sus alumnos. Física, por ejemplo, el 50% en las últimas dos décadas, según Público.es. También Matemáticas ha peridido casi la mitad de sus estudiantes en 11 años.
La situación es desoladora para muchos, sobre todo para las universidades más pequeñas. Las grandes, sobreviven pero otras tienen que sucumbir y cerrar aulas. Según los libros blancos de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, en 2003 sólo tres de las 27 universidades que imparten matemáticas consiguió cubrir su cupo; en Química, sólo cinco de 37 centros consiguieron cubrir todas las plazas.
Sin embargo, esta decadencia de las Ciencias no es problema exclusivo de España. Prácticamente todos los países desarrollados están viviendo el mismo fenómeno en los últimos 20 años. De hecho, en algunos estados el número de estudiantes de Física y Matemáticas entre 1995 y 2003 se ha reducido a la mitad.
Las cifras son claras. Lo que sigue generando debate aún son las causas. Unos dicen que es falta de vocación, de no haber sabido vender bien la imagen del científico y de falta de inversión. Otros, los que están en el punto de mira, los estudiantes, quizás piensen en razones algo más prácticas.
