Con la popularización del IoT y la conectividad, crece la importancia de las redes inalámbricas que vinculan todos estos elementos en línea. Su relevancia marcará a todos los actores tecnológicos. También a los líderes de TI de las organizaciones que, en un entorno altamente conectado, donde el apoyo en las conexiones será clave para el funcionamiento empresarial, deben dominar ciertos conceptos y herramientas. La consultora Gartner distingue diez tendencias que marcarán la tecnología inalámbrica en los próximos años.
WiFi. Se mantendrá como la principal red en hogares y oficinas hasta, al menos, 2024. También se desarrollarán nuevos usos, como los asociados a los sistemas de radar.
5G. Está empezando su despliegue, que podría tardar entre cinco y ocho años en completarse. Por el momento está inmaduro, pero podría llegar a complementar al WiFi en determinados escenarios.
V2X. Las comunicaciones desde los vehículos a otros dispositivos serán un elemento clave en el desarrollo del transporte autónomo y de la infraestructura vial, ya que puede servir para añadir otros servicios, como mejora en la seguridad, entretenimiento o apoyo a la navegación.
Sistemas de energía inalámbrica. Experimentarán un desarrollo que permitirá ampliar el rango de carga, lo que influirá en los espacios de trabajo y vivienda.
Redes LPWA. Estas redes de área amplia de bajo consumo, como el NB-IoT o el LTE-M, proporcionan conectividad de bajo ancho de banda para aplicaciones IoT eficientemente energéticas de forma relativamente económica.
Tecnología de detección inalámbrica. Esta emplea la absorción y la reflexión de las señales con fines de detección. Entre sus posibles usos: la mejora del rendimiento en los asistentes virtuales cuando varias personas hablan en la misma sala.
Seguimiento de ubicación inalámbrica mejorado. El estándar de WiFi IEEE 802.11az permitirá el seguimiento de los dispositivos conectados a la red con una precisión de alrededor de un metro, algo que se espera que se integre también en las futuras generaciones 5G.
Radio de onda milimétrica. Esta tecnología opera en frecuencias en el rango de 30 a 300 GHz, con longitudes de onda en el rango de 1 a 10 milímetros, y su potencial de uso incluye comunicaciones de corto alcance y gran ancho de banda sobre redes WiFi o 5G, como la transmisión de video en 4K y 8K.
Redes de retrodispersión. Empleadas para el envío de datos con un consumo de energía muy bajo, con lo que se puede aplicar en áreas especialmente saturadas, como entornos de oficina, en dispositivos de red pequeños.
Radio definida por software. El SDR pasa gran parte del procesamiento de la señal en un sistema de radio lejos de los chips y del software, gracias a lo que se soportan más frecuencias y protocolos. Es una tecnología ya conocida que puede experimentar ahora un importante impulso.
El desembarco de 5G en América Latina
La hoja de ruta para las grandes operadoras comenzará por las redes macro/metro ya existentes y posteriormente seguirán con la densificación de la infraestructura. CommScope analiza el roadmap de esta tecnología
La tecnología 5G, conocida popularmente como la nueva generación de redes móviles, ha causado gran expectativa por la promesa de grandes beneficios, principalmente para el consumidor final, como velocidades de carga y descarga mucho más altas.
En los próximos años las operadoras se concentrarán inicialmente en el suministro de banda ancha móvil mejorada sobre la infraestructura de esta nueva red, con tasas de transferencia que llegan a 20Gbps por usuario, además de sentar las bases para mejoras futuras, como un gran número de dispositivos conectados a la red IoT (Internet de las Cosas), además de la oferta de beneficios como conexiones ultraconfiables y de ultra baja latencia, que permitirán nuevas aplicaciones. De igual forma, se verá la realización de cosas como la automatización de la manufactura con base en 5G, la diseminación de la infraestructura para el uso de autos autónomos, además de muchas aplicaciones en el área de la salud.
Sin duda, 5G será una gran herramienta para la conectividad en el mundo, no sólo para los teléfonos móviles, sino para los dispositivos en general e incluso para las máquinas utilizadas en la industria. Inicialmente hay un interés especial por la banda ancha móvil, pero con el paso del tiempo veremos nuevos casos de uso a medida que los estándares van siendo desarrollados, como la adopción de FWA (Fixed Wireless Access) y el uso de la tecnología en términos industriales.
En materia de infraestructura, el roadmap para las grandes operadoras en América Latina debe comenzar por las redes macro/metro ya existentes y, poco a poco, conforme se necesite de mayor capacidad, con la inversión en la densificación de la red. Actualmente, las adopciones inician con una implementación no autónoma (conectividad dual) anclada en LTE. Conforme las redes se vuelven más maduras, veremos implementaciones independientes con la disponibilidad del core 5G.
Respecto al espectro, inicialmente se verá la adopción de la banda de 3.5 GHz y poco a poco se utilizarán las bandas más bajas para la cobertura de 5G, junto con las redes LTE con intercambio dinámico del espectro y tecnologías similares. Con respecto al cronograma de disponibilidad hay varias pruebas que se han hecho en los últimos años por las operadoras, pero la implementación inicial en grandes ciudades debe suceder a partir de 2020; mientras que la adopción a gran escala deberá estar lista para 2021 y 2022.
"Para alcanzar los objetivos en el área del 5G, procesos como la densificación, virtualización y optimización de redes convergentes son esenciales. Para proporcionar velocidades por encima del 4G, es necesario contar con más estaciones base dentro de un área con mayor densificación. Los operadores de redes móviles comenzaron promoviendo la densificación de sus redes con tecnologías 3G y 4G a través de la sectorización y añadiendo Sistemas de Antenas Distribuidas (DAS) y small cells", menciona Pedro Torres, director de CommScope para Europa, América Central y América Latina.
El proceso de densificación también requiere soluciones más sofisticadas de infraestructura de cableado para fronthaul, backhaul y energía. Para la implementación de 5G, será necesario aumentar la capacidad por kilómetro cuadrado e incluir más espectro por cada torre existente; lógicamente hay un límite y la forma más eficiente de hacer esto es añadir más small cells. Un gran desafío en materia de infraestructura hoy para 5G es el hecho de que las torres están llenas de equipamientos. La industria necesita encontrar formas de evolucionar estos sitios para acomodar los equipos 5G sin ocupar más espacio, y así tener más equipos en la misma estructura.
En términos de virtualización, cada vez más las redes evolucionan hacia estructuras programables, flexibles y construidas con base en software, permitiendo ejecutar todo tipo de aplicaciones en el hardware utilizado. A medida que las RAN Centralizadas se convierten en Cloud RAN, los operadores pueden gestionar la infraestructura en la nube desde cualquier lugar. Una vez centralizadas las Unidades de Banda Base (BBU), pueden ser rediseñadas y reducidas para concentrarse en procesos específicos más complejos.
La virtualización de celdas con C-RAN permite a los operadores reutilizar de manera dinámica y eficiente un recurso escaso y caro: el espectro. Con el cambio a una red RAN/ORAN con total interoperabilidad y abierta, los operadores pueden alcanzar sus objetivos. Open-RAN/ ORAN es más que una actualización, se trata de una plataforma para una nueva manera de hacer negocios.
La optimización de la red es otro componente estratégico para la adopción de 5G. Se refiere al diseño e implementación para un desempeño superior, con mayor eficiencia en toda la red convergente, al uso eficiente del espectro, al balance de carga con infraestructura virtualizada, al uso de small cells que maximicen los recursos del backhaul y lo hagan con una eficiencia energética.
"El camino hacia 5G es prometedor, permitiendo a los operadores de redes móviles ofrecer mayores velocidades, además de mejorar la eficiencia de implementación, tener mayor flexibilidad de servicio y oferta de nuevos usos, y por consiguiente, fuentes de ingresos", finalizó Pedro Torres.