"Dado que los individuos ciegos de nacimiento no pueden haber aprendido los comportamientos en momentos de orgullo o de bochorno mirando a otros, sus expresiones de victoria o derrota probablemente sean una propensión biológica innata en los humanos, más que una conducta aprendida", señaló Jessica Tracy, de
Tracy y su colaborador, David Matsumoto de
Matsumoto y Tracy compararon las expresiones faciales de deportistas con visión y ciegos en los juegos Olímpicos y Paraolímpicos de 2004, con un análisis de más de 4.800 fotografías de atletas de 23 países.Los investigadores encontraron que los individuos, que ven o que son ciegos, manejaron sus expresiones de emoción de la misma forma de acuerdo con el contexto social.
"Pero los individuos que son ciegos de nacimiento no pueden haber aprendido a controlar sus emociones de esta forma de manera visual, así que debe haber otro mecanismo", añadió.
"La correlación estadística entre las expresiones faciales de los individuos que pueden ver y los que son ciegos fue casi perfecta", señaló el investigador. "Esto sugiere que algo que reside en nuestros genes es la fuente de las expresiones faciales de emoción".
Los ganadores mostraron una sonrisa auténtica, en la que los ojos brillan y se entrecierran y las mejillas se enaltecen.
Por el contrario, los clasificados en segundo y en tercer lugar recurrieron durante la ceremonia de entrega de premios a la denominada sonrisa social, en la que se emplean solamente los músculos alrededor de la boca.