viernes,19 agosto 2022
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La dignidad humana no reconoce fronteras

Las fronteras no pueden impedir el derecho a una vida digna

El Envés
La propiedad privada, según declaró Juan Pablo II jamás podrá ser un derecho absoluto sino que cederá siempre ante los derechos humanos fundamentales que pongan en riesgos la vida de cualquier ser humano.

Las fronteras artificiales creadas por intereses políticos y económicos no pueden coartar derechos fundamentales a una vida digna, a la libertad, a un trabajo, a una vivienda ya la educación universal y los necesarios cuidados sanitarios. Porque ni la propiedad privada, según declaró Juan Pablo II jamás podrá ser un derecho absoluto sino que cederá siempre ante los derechos humanos fundamentales que pongan en riesgos la vida de cualquier ser humano.

A lo largo de la historia de la humanidad, la migración ha sido una expresión valiente de la determinación individual de superar la adversidad y buscar una vida mejor. En la actualidad la globalización, junto con los avances en las comunicaciones y el transporte, han incrementado en gran medida el número de personas que tienen el deseo y la capacidad de mudarse a otros lugares.

Esta nueva era ha creado retos y oportunidades para sociedades en todo el mundo. También ha servido para subrayar el vínculo que hay entre migración y desarrollo, así como las oportunidades que ofrece para la mejora concertada de las condiciones económicas y sociales tanto en el lugar de origen como de destino.

La migración atrae en la actualidad cada vez más atención. Mezclados con factores de incertidumbre, urgencia y complejidad, los retos y dificultades de la migración internacional requieren una cooperación fortalecida y una acción colectiva. Las Naciones Unidas están jugando de forma activa un rol catalizador en esta área, para crear más diálogos e interacciones entre países y regiones, así como para impulsar el intercambio de experiencias y las oportunidades de colaboración.

El 19 de septiembre de 2016, la Asamblea General aprobó un conjunto de medidas durante la primera cumbre en la historia sobre los desplazamientos de migrantes y refugiados. Estas obligaciones contraídas por los Estados Miembros se conocen bajo el nombre de la Declaración de Nueva York sobre Refugiados y Migrantes. En ella se reafirma la importancia de la protección internacional de estas personas y se subraya la obligación de los Estados de mejorarla. Este documento allana el camino para la aprobación de dos nuevos acuerdos mundiales en 2018: uno sobre refugiados y otro sobre la migración organizada, regular y en condiciones de seguridad.

La organización Cáritas, con motivo de la celebración del Día Internacional del Migrante, emitió una declaración en la que, entre otras cosas, exige “que cesen las expulsiones sumarias en las vallas de Melilla y Ceuta”. “El legítimo control de la frontera no puede nunca estar por encima de las personas y el respeto a su dignidad”, argumenta la entidad. Llamó la atención sobre “los últimos entre las personas migrantes” en referencia a las personas que ven “vulnerados sus derechos humanos en la Frontera Sur” española.

“Es importante mirar a los emigrantes no solamente en función de su condición de regularidad o de irregularidad, sino sobre todo como personas que, tuteladas en su dignidad, pueden contribuir al bienestar y al progreso de todos”, expone Cáritas citando al Papa Francisco. Que asimismo declaró que no se pueden reducir las migraciones a su dimensión política y normativa, a las implicaciones económicas y a la mera presencia de culturas diferentes en el mismo territorio.

"El legítimo control de la frontera no puede nunca estar por encima de las personas y el respeto a su dignidad, por lo que, desde Cáritas, reiteramos nuestra petición para que cesen las expulsiones sumarias en la vallas de Ceuta y Melilla".

Al fin y al cabo, todos hemos sido migrantes o lo fueron nuestros antepasados. Así oraba el judío antes de atravesar el atrio del Templo de Jerusalén, “Acuérdate, Señor, que todos fuimos emigrantes y extranjeros en tierra extraña”.

José Carlos García Fajardo

 

Las fronteras artificiales creadas por intereses políticos y económicos no pueden coartar derechos fundamentales a una vida digna, a la libertad, a un trabajo, a una vivienda así a la educación universal y los necesarios cuidados sanitarios. Porque ni la propiedad privada, según declaró Juan Pablo II jamás podrá ser un derecho absoluto sino que cederá siempre ante los derechos humanos fundamentales que pongan en riesgos la vida de cualquier ser humano.

A lo largo de la historia de la humanidad, la migración ha sido una expresión valiente de la determinación individual de superar la adversidad y buscar una vida mejor. En la actualidad la globalización, junto con los avances en las comunicaciones y el transporte, han incrementado en gran medida el número de personas que tienen el deseo y la capacidad de mudarse a otros lugares.

Esta nueva era ha creado retos y oportunidades para sociedades en todo el mundo. También ha servido para subrayar el vínculo que hay entre migración y desarrollo, así como las oportunidades que ofrece para la mejora concertada de las condiciones económicas y sociales tanto en el lugar de origen como de destino.

La migración atrae en la actualidad cada vez más atención. Mezclados con factores de incertidumbre, urgencia y complejidad, los retos y dificultades de la migración internacional requieren una cooperación fortalecida y una acción colectiva. Las Naciones Unidas están jugando de forma activa un rol catalizador en esta área, para crear más diálogos e interacciones entre países y regiones, así como para impulsar el intercambio de experiencias y las oportunidades de colaboración.

El 19 de septiembre de 2016, la Asamblea General aprobó un conjunto de medidas durante la primera cumbre en la historia sobre los desplazamientos de migrantes y refugiados. Estas obligaciones contraídas por los Estados Miembros se conocen bajo el nombre de la Declaración de Nueva York sobre Refugiados y Migrantes. En ella se reafirma la importancia de la protección internacional de estas personas y se subraya la obligación de los Estados de mejorarla. Este documento allana el camino para la aprobación de dos nuevos acuerdos mundiales en 2018: uno sobre refugiados y otro sobre la migración organizada, regular y en condiciones de seguridad.

La organización Cáritas emitió una declaración en la que, exige “que cesen las expulsiones sumarias en las vallas de Melilla y Ceuta”. “El legítimo control de la frontera no puede nunca estar por encima de las personas y el respeto a su dignidad”, argumenta la entidad. Llamó la atención sobre “los últimos entre las personas migrantes” en referencia a las personas que ven “vulnerados sus derechos humanos en la Frontera Sur” española.

“Es importante mirar a los emigrantes no solamente en función de su condición de regularidad o de irregularidad, sino sobre todo como personas que, tuteladas en su dignidad, pueden contribuir al bienestar y al progreso de todos”,  citando al Papa Francisco. Que asimismo declaró que no se pueden reducir las migraciones a su dimensión política y normativa, a las implicaciones económicas y a la mera presencia de culturas diferentes en el mismo territorio.

"El legítimo control de la frontera no puede nunca estar por encima de las personas y el respeto a su dignidad, por lo que, desde Cáritas, reiteramos nuestra petición para que cesen las expulsiones sumarias en la vallas de Ceuta y Melilla".

Al fin y al cabo, todos hemos sido migrantes o lo fueron nuestros antepasados. Así oraba el judío antes de atravesar el atrio del Templo de Jerusalén, “Acuérdate, Señor, que todos fuimos emigrantes y extranjeros en tierra extraña”.

José Carlos García Fajardo

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