En las últimas décadas han surgido nuevos paradigmas de computación, basados en la observación de la Naturaleza, que han tomado mayor relevancia desde el experimento de Adleman que resolvía problemas reales empleando cadenas de ADN, y que han dado lugar a la Computación Natural.
Nuria Gómez Blas y Luis Fernando de Mingo López son dos investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid que están utilizando estas técnicas en la resolución de problemas, tales como la aplicación de un algoritmo de enjambres gramaticales para la búsqueda de la mejor arquitectura neuronal que optimice un problema dado; la reconfiguración de las comunicaciones en malla para vehículos e infraestructuras inteligentes con enjambres de partículas, y el desarrollo de nuevos métodos de procesado de señales fotónicas para la generación de impulsos ópticos1.
La Inteligencia Social es una de las tendencias de la Computación Natural que está basada en el estudio de la cooperación de individuos. Este modelo provoca que éstos se aproximen hacia la mejor solución empleando la información de otros, es decir, que un comportamiento social ayuda a la adaptación de los individuos a su entorno y garantiza que se obtenga mayor información a través de sus sentidos. Existen dos variantes de la Inteligencia Social: aquella inspirada en el comportamiento de los insectos sociales, como las colonias de hormigas, y aquella inspirada en el comportamiento de grupo o enjambres, como el de los pájaros, peces, etc.
Uno de los enfoques más actuales se basa en el uso de gramáticas. Los enjambres gramaticales emplean una inteligencia social basada en el comportamiento en grupo para generar individuos que resuelvan un problema a partir de una gramática dada.
Dichos modelos, inspirados por la Biología, se han aplicado con éxito a diferentes campos. Las colonias de hormigas han resuelto problemas de encontrar caminos mínimos, por ejemplo, la disposición del cableado interno de un avión; y los enjambres se emplean, entre otras cosas, para la planificación de actividades y la optimización de recursos. Los enjambres gramaticales se están empleando para encontrar soluciones a problemas no triviales como la generación de lenguajes.